Habrá que vigilar

En primer término debo dar disculpas a los lectores de la columna anterior, porque mi preciosa “secretaria” no observó, oportunamente, la llamada que aparecía en el borrador y al pasarla al computador, la dejó “mocha” y, en cierta forma, sin el contenido exacto que me proponía. Pero bueno, estimados compatriotas, otra vez será para que, entre otras cosas, el autor del comentario que leí pueda opinar, sabiendo exactamente lo que dice.


Ahora sí, vamos al grano. Todos en Soacha están perfectamente informados que por ciertos contratos elaborados sin el lleno de los requisitos legales, han ido a la cárcel dos alcaldes. Uno fue condenado y está preso y otro, el anterior, lo estuvo pero por el famoso “vencimiento de términos” salió, pero eso no quiere decir que se le haya absuelto como algunos pregonan y, entonces en cualquier momento será llamado por el Juez que conoce del caso que, aún no ha terminado. Un tercero, que fue el primero, fue condenado y naturalmente anduvo preso y, afortunadamente, se fue de Soacha.

Los “chorizos”, como dicen por estas tierras españolas, siempre caen, afortunadamente, en la cárcel. No obstante, y para sonrojo de la gente honesta, que es la mayoría, sus fotografías se cuelgan en algún Salón de la Alcaldía Municipal, en espera que algún Alcalde amante de la dignidad que debe exhibir siempre Soacha las baje para acabar de llenar, como debe ser, el cuarto de San Alejo, como se hacía antes con los trastos viejos y sin valor alguno. En cambio, preclaras figuras como, por ejemplo, la de Eugenio Díaz Castro, no tienen inexplicablemente un cuadro, siendo honor y gloria de las letras de Colombia, como si las autoridades ignoraran la historia.¡ Bendita cultura nuestra!

Abundan tanto los “chorizos”, no importa el sexo, que hasta una concejala, presidenta del Cabildo por la época, fue destituida por la Procuraduría cuando pretendía que se aprobara un contrato que firmó con una entidad que en el momento no existía legalmente. ¡Vaya chanchullo!

Y para que vean que los “chorizos” dan que hacer en todas partes, pues también existen por todas las latitudes, llámese como se llame el sitio, la escritora y periodista Elvira Lindo firmó un artículo en El País de Madrid el 14 de enero último, que a esto se refiere y tituló “EL VICIO”, y dijo lo siguiente que se puede aplicar en cualquier parte y, naturalmente, en Soacha:

“Por lo mucho que se practica, robar debe ser una actividad íntimamente ligada a la naturaleza humana. Por lo mucho que se incurre en eso de hacer propio lo ajeno ese popular vicio aparece en el ranking de los mandamientos de todas las iglesias. Por ser una tendencia poderosa en el ser humano, siempre hay un momento en la educación de una criatura en la que los padres deben enseñar al hijo a devolver lo sustraído y pedir perdón. Pero hay padres, madres o adultos con edad de serlo, por lo visto, no aprendieron la lección. En realidad, se roba mucho más de lo que se admite. Hay gente que razona con mucho salero que incluso hay objetos que están puestos ahí, como pidiéndote que te los metas en el bolso, y que el hotel, el restaurante o el centro de trabajo ya cuentan con ello, es más, que tienen una partida destinada a lo que los usuarios afanan. Hay honrados españoles que esquilmaron las excavaciones arqueológicas de su pueblo. Y qué. Hay mucho patriota que defrauda a Hacienda. Y, por supuesto, ha habido en estos años muchos que despilfarraron el dinero público y se metieron un porcentaje en el bolsillo. Por una simple razón, porque era fácil y lo hacía todo el mundo, como dicen que dijo el célebre duque en su descargo.

Hay momentos históricos que animan esa codicia. En cuanto, a lo que ha sido la cura reinante, la del pelotazo intoxicó todas las artes humanas. Pero alguna enseñanza se podrá extraer de todo esto. Me niego a que el desastre sea estéril. Sabemos ya, por ejemplo, que los políticos no pueden actuar sin un severo control de las técnicas de la Administración. Nos convencieron de que lo democrático era que la clase política ejerciera todo el poder económico, sin impertinentes funcionarios metiendo las narices en sus cuentas. Pero el autocontrol no funcionó. Y está claro que no se les puede dejar solos.”

Por lo tan claro y escueto del artículo de la señora Lindo y lo comentado atrás de los “chorizos” debemos tener en cuenta que, como dice ella, a algunos políticos y funcionarios “no se les puede dejar solos” en ninguna parte. Entonces, los buenos ciudadanos y funcionarios están en la obligación de vigilar permanentemente para que las cosas no nos salgan igual a lo opinado en su artículo por doña Elvira, o los nuestros empleen el sistema de cambio de contratos por vestidos, gabardinas y calzado, que hoy se investiga a altos cargos de la administración valenciana, en España y que en pocos días podrán ser condenados por un alto Tribunal de Justicia de la Comunidad (Departamento) golpeada por los “chorizos”.

Para que todo no siga igual, no olvidemos, amigos y coterráneos que “en la política también hay ineptos, vividores y corruptos con máster” y que si se nos aparecen hay que sacarlos de inmediato, porque no se debe olvidar que la reacción de la dirigencia de Soacha, en muchos casos, ha sido, como se dice por aquí “la de Don Tancredo en el espectáculo de las plazas de toros, donde este se queda inmóvil ante el toro, como si aquello no fuera con ellos.”

Los Tancredos criollos no pueden permanecer inmóviles ante la “mordida “ o la mala administración, si se diera, porque los vigilantes e impulsores del progreso, deben saltar de inmediato y denunciar los hechos ante quien corresponda, como garantes de una era, imprescindible en la época moderna que Soacha requiere con urgencia. Es su deber e imperiosa obligación.

joseignaciogalarza@yahoo.es

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp