Nunca es tarde para aprender: Personas mayores retoman sus estudios en Bogotá
Veinte personas mayores retoman sus estudios en Bogotá con un programa adaptado a sus trayectorias de vida. Clases personalizadas, ciclos flexibles y un enfoque integral les permiten cumplir un sueño postergado.
Muchos creyeron que su etapa estudiantil había quedado atrás, pero hoy vuelven a tomar cuaderno y lápiz con más entusiasmo que nunca. En la localidad de Puente Aranda, veinte personas mayores de 60 años comienzan una nueva etapa, retomar sus estudios de primaria o bachillerato con el apoyo de un modelo educativo flexible e inclusivo.
Este logro es posible gracias a una articulación entre el Colegio María Montessori y el Centro Día Casa de la Sabiduría Monseñor A. Romero, dentro del programa «En Bogotá, mi Ciudad, mi Casa» , que promueve oportunidades educativas para las personas mayores.
La alianza se consolidó mediante un diálogo directo con el rector de la institución educativa, logrando así la implementación de clases sabatinas, de 7:00 am a 1:00 pm, diseñadas para respetar y valorar las trayectorias individuales de cada estudiante.
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La propuesta contempla dos ciclos: cinco personas que alcanzaron hasta sexto de bachillerato cursarán los grados restantes, mientras que otros quince, que sólo llegaron a primero, segundo o tercer grado de primaria, iniciarán un proceso de validación en ese nivel.
Cada ciclo tiene una duración de dos meses, con la posibilidad de continuar inmediatamente al siguiente nivel, lo que permitiría completar primaria y bachillerato en tan solo cuatro meses.
La formación abarca áreas como matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, inglés, arte y danza, garantizando una educación integral y significativa. Además, cada ciclo finaliza con una ceremonia de graduación y entrega de diplomas, reconociendo formalmente el esfuerzo y el compromiso de los participantes.
Este tipo de iniciativas representan una clave de avance en la inclusión social y productiva de las personas mayores. No solo se fortalece su autoestima y autonomía, sino que se abre la puerta a nuevas oportunidades de participación cultural, laboral y comunitaria.
Retomar los estudios en la vejez es un acto de valentía, dignidad y transformación. Estas acciones reafirman que la educación es un derecho que no tiene fecha de caducidad y que las etapas de la vida, lejos de ser límites, pueden ser nuevos comienzos.
Foto: Alcaldía de Bogotá