Los delincuentes fueron detenidos cuando intentaban escapar con el dinero del rescate. Así fue el modus operandi.

Todo comenzó con una llamada desesperada. Un ciudadano, residente en Bogotá, reportó a las autoridades que su perro había sido robado de su vivienda días atrás. Pero el dolor de la pérdida se agravó aún más cuando empezó a recibir mensajes de desconocidos que aseguraban tener al animal y le exigían 400 mil pesos a cambio de devolverlo con vida.

La víctima, angustiada pero decidida, acudió a la línea nacional contra la extorsión 165 de la Policía Nacional. Lo que parecía una simple desaparición de una mascota tomó rápidamente un giro más grave: se trataba de un caso de extorsión en curso. Fue entonces cuando entró en acción el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), especializado en este tipo de delitos.

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En coordinación con el dueño del perro, las autoridades planearon una entrega controlada. El encuentro fue pactado en la localidad de Chapinero, uno de los sectores más concurridos de la ciudad. Allí, los presuntos responsables —un hombre y una mujer— acudieron confiados a recoger el dinero exigido. Sin saberlo, estaban rodeados. En el instante en que recibieron el paquete con los 400 mil pesos, fueron capturados en flagrancia por los agentes encubiertos.

Durante el procedimiento, los uniformados incautaron dos teléfonos celulares, que serán claves para la investigación, además del dinero entregado como prueba del delito. Por fortuna, el perro fue recuperado sano y salvo y regresó a los brazos de su dueño, cerrando con alivio una experiencia que comenzó como una pérdida y terminó como un delito penal.

La judicialización: detención domiciliaria para los capturados

Tras su aprehensión, los dos detenidos fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que los presentó ante un juez de control de garantías. Durante la audiencia, el ente acusador les imputó el delito de extorsión y solicitó una medida restrictiva de libertad, sustentando la gravedad de los hechos y el modus operandi empleado.

El juez, tras escuchar a las partes, decidió imponerles medida de aseguramiento en detención domiciliaria mientras avanza el proceso judicial. Aunque no quedaron tras las rejas, deberán enfrentar las consecuencias legales de sus actos ante la justicia colombiana.

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Este caso se suma a las 136 capturas por extorsión que la Policía Nacional ha logrado en lo corrido del año, en su ofensiva permanente contra este delito que atenta contra la tranquilidad y seguridad de los ciudadanos.

Las autoridades reiteran su llamado a la comunidad para que denuncie cualquier intento de extorsión a través de la línea gratuita 165 o la línea de emergencia 123, recordando que una denuncia a tiempo puede hacer la diferencia entre el miedo y la justicia.

Foto: Policía Nacional

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