Gobernador Rey advierte que la concesión no respondería por la reapertura de la vía al Llano

Algunos municipios enfrentan afectaciones que complican la movilidad en la región, mientras las autoridades evalúan la situación.

La preocupación crece en el oriente de Cundinamarca. Con el paso de las horas, la emergencia vial entre Bogotá y Villavicencio sigue sin una solución definitiva y, según el gobernador Jorge Emilio Rey, la situación “se agrava minuto a minuto”.

En entrevista con La FM, el mandatario alertó que municipios como Chipaque, Cáqueza, Fosca, Gutiérrez, Quetame y Guayabetal permanecen prácticamente aislados por cuenta del derrumbe en el kilómetro 18, en Chipaque, que mantiene bloqueado el principal corredor entre la capital y los Llanos Orientales desde principios de septiembre.

Las comunidades se sienten prisioneras. No hay movilidad, las personas no pueden llegar a sus trabajos ni asistir a citas médicas o a clases. Esto ya no es solo una crisis económica, también es social”, expresó Rey, al detallar las complicaciones que enfrentan los habitantes ante los bloqueos y los prolongados trancones en los desvíos habilitados.

El gobernador insistió en que las medidas de contingencia no han sido suficientes, y que las alternativas viales tampoco ofrecen condiciones seguras ni eficientes. Una de ellas es la Perimetral de Oriente, en sus unidades funcionales 4 y 5, donde únicamente pueden circular vehículos previamente registrados desde el año pasado. El otro paso habilitado, por el kilómetro 19 hacia Usme y el barrio Juan Rey, solo permite el tránsito de automóviles livianos y carga menor, también bajo control y cupos limitados.

A esta situación se suma un factor estructural: la ministra de Transporte explicó que el contrato de concesión con Coviandina no contempla la intervención en ciertos puntos de inestabilidad geológica, por lo que las obras mayores deben ser asumidas por el Estado. Para el gobernador, esto solo agrava la incertidumbre. “No podemos seguir con paliativos cuando miles de familias están atrapadas”, advirtió.

Las consecuencias ya son visibles. Transportadores calculan pérdidas cercanas a los 1.500 millones de pesos, mientras el sector avícola reporta incrementos del 300 % en los costos logísticos, lo que presiona los precios al consumidor. El comercio, el turismo y las cadenas de abastecimiento en Cundinamarca y Meta también comienzan a resentirse.

Entre tanto, el malestar ciudadano crece. En varios municipios se anuncian manifestaciones y bloqueos en protesta por el aislamiento que padecen, mientras las autoridades insisten en mantener el control de las vías alternas y buscan una salida técnica que permita restablecer, al menos de forma parcial, la movilidad en la vía al Llano.

Foto: Gobernación de Cundinamarca

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