Al tablero con ‘el profe’: ¿Cuál es la función participativa de la radio comunitaria?
La llegada de la radio comunitaria a Colombia marcó un hito, quizás muchos vimos en los medios la posibilidad casi utópica de incursionar para buscar un verdadero objetivo: informar.
De hecho la radio comunitaria nace en Colombia en los años 60, todo auspiciado por el famoso sacerdote, padre Salcedo, quien con el apoyo del gobierno nacional coloca a funcionar una gran proeza, Radio Sutatenza, la radio campesina, la radio de la alfabetización; las cabinas de radio se convirtieron en escuelas radiofónicas, cientos de colombianos en la radiografía de Colombia y a través del espectro electromagnético o de las famosas ondas hertzianas se graduaban en la primaria y se preparaban para el bachillerato.
Sobre 1990 se hace necesario en medio de la profunda guerra colombiana, el fortalecimiento de la radio comunitaria, dándole una manito la desaparecida, remendada y ultrajada constitución de 1991; se inicia una nueva era, toma forma y se genera en los municipios de Colombia una nueva identidad, una cultura diferente, llega la radio comunitaria, para buscar y quedarse con la audiencia insatisfecha de lo comercial, de lo mundano.
Hay una gran diferencia de la radio urbana a la rural y Soacha no se sustrajo a esta gran iniciativa, llegando hace trece años Radio Rumbo 107.4 FM, al municipio, de la mano del doctor Hernán Castellanos Ramírez y Carlos Eduardo Rodríguez.
La radio comunitaria está reglamentada por el decreto 1447 de 1995, y usted amable lector debe saber:
-• Toda radio comunitaria debe ser por obligación participativa.
-• La radio comunitaria es un servicio sin ánimo de lucro.
-• La radio comunitaria debe ser formadora, difundiendo programas de interés social.
-• La emisora comunitaria se construye en libre expresión.
-• La emisora comunitaria ejerce control social, es veedora.
-• La emisora comunitaria provee espacios para la difusión masiva. Estimula la creación de nuevos productos culturales, para un medio masivo, a partir de lo local. Esto fomenta el reconocimiento de la diversidad cultural presente en las regiones y genera reconocimiento, respeto y tolerancia.
-• La emisora comunitaria se convierte en un espacio de recreación.
LAS JUNTAS DE PROGRAMACION
La ley establece que las emisoras comunitarias tienen una junta de programación dirigida por su director, en ella deben estar todas las fuerzas representativas del municipio, quienes en sendas reuniones organizarán la parrilla de programación, que por obligación será diversa, buscando que la población sea partícipe.
Cuando no existe junta de programación se violenta la ley, en ninguna emisora comunitaria del país, en ninguna, el 90% de la programación se debe destinar a un género musical especifico, si así se hiciese se está vulnerando el derecho a la identidad y la diversidad del municipio donde suceda; usted amigo, podrá quejarse ante el Ministerio de las Tics, entidad que regula el objeto de los medios comunitarios.
La programación de un municipio debe girar en : Programas noticiosos, programas comunales, programas ambientales, programas pedagógicos, programas deportivos, programas de interés social, programas culturales, programas musicales donde se destaquen los diversos géneros que representan una comunidad, diferenciando lo comunitario de lo comercial, en las tarifas y en la programación, es prioritario para un municipio la identidad regional. Lo que menos deseamos es que las emisoras de los municipios peguen en Bogotá, para la gente lo más importante es ganar audiencia, y eso se logra visitando las comunas, los corregimientos, preguntándole a los habitantes qué es lo que desea que emita su emisora comunitaria. RECUERDEN QUE EMISORA COMUNITARIA ES SIMBOLO DE PARTICIPACION, DE PLURALISMO Y DE REGION.
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