¿Incumplimiento, desobediencia o necesidad? La triste realidad de Soacha en la cuarentena
Sin importar cuál es la palabra que más se acomoda para definir lo que viene pasando en Soacha desde que se decretó el aislamiento obligatorio en el país, la realidad es que desde el primer día hay residentes que no han tomado en cuenta la medida y siguen saliendo a las calles de la ciudad como antes de la pandemia.
¿Por qué lo hacen? Ahí es donde está el dilema porque cada quien tiene su propia justificación y muy pocos (por no decir que nadie) reconoce que en algunos casos sale sin explicación alguna.
Dicen las autoridades de Soacha que a hoy en el municipio se han impuesto 2.477 comparendos por violar la cuarentena (cifra Policía entre el 14 de marzo y el 4 de mayo de 2020) . Sin embargo lo que realmente refleja la situación de Soacha es lo que se observa en las calles, a pesar de las acciones que se han tomado desde la alcaldía: pico y cédula, toques de queda, incluso pico y género para evitar la aglomeración de público. Pero estas normas no se han cumplido por muchos residentes porque salen sin tener en cuenta la crisis y la situación actual.
“La gente anda como si nada, sin tapabocas, sin guantes, incluso salen todos los de la familia, esto ya lo tomaron como algo normal”, afirmó Constanza Perdomo, residente del municipio.
Pero a la presencia de personas en las calles hay que sumarle la apertura de locales comerciales, ventas ambulantes y las aglomeraciones en bancos y grandes superficies, incluso esta semana se observó un carro fúnebre acompañado de muchas personas que no cumplían con el distanciamiento reglamentario y que se dirigía a la iglesia del parque central.
“Aquí en Soacha ya la gente camina como si nada, esperando que el virus se propague como una bola de nieve”, comentó Pedro Ortiz, habitante del centro de la ciudad. Otra residente del municipio, Camila Cifuentes, dijo: “Mire ese río de personas, están esperando que se enfermen para así quedarse en casa”.
Pero en los sectores aislados del centro como comuna cuatro y partes de la uno, tres y seis, la situación es aún más complicada. La gente sale como si nada con el argumento de conseguir lo del diario; en varios barrios la situación que se observa es como la de un día normal. “Lo que pasa es que uno se aburre en la casa, pero además hay que salir a comprar lo del almuerzo”, sostuvo una residente del barrio Olivos.
Sin embargo hay personas que el hambre y la necesidad los obliga a salir. “Yo tengo siete niños y mi mujer, siempre he vivido de la venta de plátano y verduras por la calle, entonces si no salgo, simplemente morimos de hambre”, aseguró Asdrúbal Castiblanco, vendedor informal del sector de Ciudadela Sucre.
Lo cierto es que en teoría quedan seis días para que se termine la cuarentena, si es que el presidente Iván Duque no ordena lo contrario, pero independientemente de lo que pase, se debe tener en cuenta que, para el caso de Soacha, miles de familia ya no aguantan más este encierro y se debe acudir a la responsabilidad social para evitar que el municipio colapse en medio de una crisis de salubridad generada a raíz del Covid-19.
Por Edna Vanegas
Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de WhatsappOne thought on “¿Incumplimiento, desobediencia o necesidad? La triste realidad de Soacha en la cuarentena”
Comments are closed.
Igualmente las rumbas en los apartamentos, como ocurrido este fin de Semana en la Urbanización San Carlos, sin que administración y policía pudieran controlarlos.