Crimen virtual crece en Colombia
Abrir los computadores y conectarse a al gran red de internet no es tan seguro como en sus inicios. Lamentablemente al día de hoy cada vez más se encuentra gente especializada en hacer del uso de la tecnología un negocio lucrativo.
Los robos cibernéticos son pan de cada día, las claves que se utilizan para las transacciones bancarias son fácilmente clonadas, los delincuentes dedicados a esta función están siempre desarrollando nuevos métodos para intervenir las cuentas.
En una nota escrita en “El tiempo”, el coronel Freddy Bautista, director de la Unidad de Delitos Informáticos de la Dijín, dice claramente, “los robos y ataques dirigidos a empresas y particulares están llegando a niveles preocupantes”. (El tiempo, 26 de noviembre-2014).
Según el alto oficial “con la complicidad de proveedores y empleados que modificaron su sistema de giros, lograron movilizar más de 150.000 millones de pesos, de los cuales 8.000 lograron ser sacados en efectivo”.
A ello se le suman las famosas chuzadas cibernéticas, no hay que ir tan lejos para recordar los que pasó en las campañas presidenciales, donde esta modalidad de delito fue el debate principal. El Hacker Andrés Sepúlveda, está en ojo del huracán al ser descubierto como el responsable de la extracción de información de los delegados del gobierno en la Habana.
Si esto les pasa a los más altos representantes del gobierno, ¿que será del ciudadano del común?, ¿cuán estamos vigilados? Y lo más importante ¿es seguro publicar información personal en redes sociales y banca virtual?
Por ahora toca acoger recomendaciones básicas e indispensables, que propone la fiscalía general de la nación como:
• Cambiar las claves.
• Verificar la dirección real del sitio,
• Tener el internet (equipo de cómputo) en un lugar común dentro de la casa.
• Clasificar correos (usuarios conocidos y desconocidos)
• Ingresar a chats conocidos y clasificados.
• Utilizar el internet como forma de cultura mundial o medio de información.
• No proporcionar información de tipo personal o familiar.