Culebra de pantano buscaba refugió entre la contaminación y la máquinaria pesada
Un operativo de la CAR en un municipio de Cundinamarca despertó la atención de los funcionarios por graves hallazgos.
En medio de un operativo de control ambiental, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) se encontraron con una escena inesperada en Nemocón: entre residuos contaminados y maquinaria pesada, una culebra de pantano buscaba refugio en lo que alguna vez fue su hábitat natural.
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El hallazgo ocurrió durante una intervención realizada en la vereda La Puerta, donde la CAR, junto a efectivos del Ejército Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía, verificó en flagrancia una operación de minería ilegal a cielo abierto. La actividad se desarrollaba dentro de la Reserva Forestal Protectora Productora Cuenca Alta del Río Bogotá, una zona de especial importancia ecológica.
La acción fue resultado de varios días de seguimiento discreto. Equipos de monitoreo de la Fuerza Aeroespacial confirmaron que en el lugar se utilizaban cuatro retroexcavadoras de gran potencia, además de otros equipos propios de una extracción intensiva de arena y minerales. Según los técnicos, el área intervenida abarcaba un frente activo de al menos 6.300 metros cuadrados.
“Pudimos evidenciar graves afectaciones a los recursos suelo, paisaje, flora y fauna, acentuados por el uso de maquinaria de alto poder”, explicó Constanza Zúñiga, directora jurídica de la CAR, quien acompañó el procedimiento.
Durante la inspección de la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental (UIGA), conformada por profesionales de distintas disciplinas, se identificaron daños al paisaje y a la vegetación, además de rastros de contaminación por aceites, aguas residuales y baterías de plomo-ácido. Fue en ese contexto donde los biólogos encontraron la culebra de pantano (Erythrolamprus epinephalus), una especie terrestre que se resguardaba bajo la tapa plástica de un tanque, buscando un pequeño parche de vegetación en medio de los escombros.
Para los expertos, la presencia del animal evidencia los efectos de la presión humana sobre la fauna silvestre. “Claramente se trata de una escena de contrastes: en medio de los residuos sólidos de la actividad minera, nuestros especialistas hallaron a esta serpiente intentando adaptarse a un entorno cada vez más hostil”, subrayó Zúñiga.
Una vez confirmados los daños, la CAR ordenó la suspensión inmediata de la explotación ilegal y procedió con el decomiso de la maquinaria. Las cinco personas que fueron sorprendidas operando el frente de extracción quedaron a disposición de la Fiscalía General de la Nación por delitos ambientales.
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Con esta acción, la entidad ambiental reiteró que continuará con los controles en zonas de reserva y llamó la atención sobre la necesidad de frenar las prácticas extractivas que ponen en riesgo los ecosistemas de la sabana de Bogotá.