[VIDEO] De Barrio para el Barrio, iniciativa que nació en pandemia y ahora ofrece espacios a la comunidad de Soacha
Nació con el fin de recolectar mercados para los más necesitados de Soacha, pero luego crearon una biblioteca comunitaria, dan clases personalizadas para refuerzo escolar, tienen una huerta y realizan otras actividades.
De Barrio para el Barrio es una iniciativa que surgió en tiempos de pandemia en el barrio Luis Carlos Galán de la comuna 4 de Soacha, con el fin de hacer la recolecta de mercados para las personas más necesitadas del sector; hoy en día se ha convertido en una iniciativa que ofrece diferentes actividades y alternativas.
Ana Rojas, una de sus integrantes y quien es líder comunitaria, cuenta que al comienzo eran 35 personas los que conformaron esta iniciativa, que se fueron disolviendo por diferentes circunstancias y en la actualidad son 10 integrantes vinculados, desde una adolescente de 13 años hasta adultos mayores de 40 años.
De acuerdo a Sharón Marroquín, una joven estudiante de derecho en la Universidad Santo Tomás, el nombre del proyecto fue pensado porque querían hacer cosas desde el barrio para el mismo barrio.
De esa manera han podido generar diferentes alianzas con otras organizaciones que los han apoyado en distintas actividades, como son Raíces en Rebeldía, Atupkua, Movimiento Periferia, Red del Otro Mundo (Ciudad Bolívar), CJ, Circlodestinos y Semillas y Raíces.
Luego de hacer la recolecta de los mercados, observaron que muchos niños permanecían en las calles, y entonces surgió la necesidad de brindar espacios para el aprovechamiento del tiempo libre, así pensaron en diferentes actividades como circos, clases de danzas, refuerzos escolares, huertas y biblioteca comunitaria.
Hay que destacar que este grupo de personas hace poco tomó en arriendo un lote para adecuar la biblioteca comunitaria, en donde se puede encontrar una gran cantidad de materiales. Al respecto, Ana cuenta que ellos llevan a cabo caravanas de recolecta, donde a través del trueque, reciben tesis y todo tipo de libros.
En la actualidad cuentan con 30 niños y jóvenes activos que cursan desde transición hasta décimo grado. Además, hay 3 jóvenes que llevan a cabo un servicio social y se encuentran haciendo una digitalización para que los papás puedan consultar y acceder a los libros que requieren.
Ana comenta que no generan cobro por estos servicios, sin embargo, cuentan con una alternativa de clase personalizada, que es ofrecida para aquellas personas que no tienen conectividad; así pueden acercarse hasta la vivienda de una de las integrantes y recibir apoyo desde las 7am hasta las 2pm por sólo $5.000.
Ellos buscan ofrecer otro tipo de espacios para que los niños y jóvenes puedan alejarse un poco de la tecnología y tengan la posibilidad de acercarse a otro tipo de entornos.
De Barrio para el Barrio ha estado retomando de a poco cada una de las actividades, contando con un aforo de 6 niños por salón, segmentados por grupos poblacionales, con dos horas en la mañana y dos horas en la tarde. Esperan tener 15 niños en el espacio con todas las medidas de bioseguridad.
Además de la biblioteca comunitaria, cuentan con una huerta, que es visitada los días sábados y donde hacen todo el trabajo de recuperación y siembra. El objetivo es crear conciencia para el tratamiento de desechos orgánicos, tanto en los padres como en los niños y jóvenes del sector.
Sharon comenta que se encuentran trabajando en un proyecto de economía solidaria autosustentable, teniendo en cuenta que para ellos ha sido complejo contar con los recursos necesarios para continuar con esta gestión y que no es fácil generar réditos dentro de la comunidad.
Esta iniciativa que no ha contado con apoyo estatal, dispone de un buzón para recibir aportes voluntarios por parte de los papás con el fin de hacer el pago del arriendo del lote y comprar insumos para otras actividades.
De Barrio para el Barrio busca impactar de manera positiva a los niños y jóvenes, y que sean ellos quienes repliquen y corran la voz a voz en otros lugares para que se amplifique esta idea. Para ellos el proyecto está encaminado desde lo que significa el amor por el barrio.
Para finalizar, Sharon deja como reflexión una frase que la identifica: “participar es existir”, y por eso cree que es necesario generar espacios de discusión e inclusión, a partir de las diferencias de cada persona, que deben ser vistas para construir y no discriminar.
Por Cristhian Cañón