El zoológico de Santa Cruz sobrevive

La incertidumbre en la Fundación Zoológico Santacruz se vive cada día en la taquilla, en donde un encargado espera algún visitante para que ingrese a una pequeña «jungla» llena de jaulas pequeñas que encierran a animales de diferentes partes del mundo.


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La Fundación Zoológico Santacruz está ubicada en el municipio de San Antonio del Tequendama, en el departamento de Cundinamarca, mas exactamente 9 kilómetros después del Salto Tequendama. En aproximadamente 32 mil metros se tienen 136 mamíferos, 144 aves y 35 reptiles con el 85% de especies silvestres y un 15 de especies exóticas.

Con el objetivo de salvar el zoológico y empezar un programa de protección de animales y educación del público, este lugar que fue fundado el 3 de mayo de 1975 por el zootecnista Gonzalo Chacón Rueda se convirtió en fundación en el año 2001

La entrada a la Fundación Zoológico Santacruz 34 años después de abrir las puertas por primera vez sigue siendo la misma, es demasiado pequeña y humilde y a la estructura de este sitio le falta la imponencia que le sobra a otros zoológicos como los de Buenos Aires, San Diego y hasta al de Barranquilla.

Las jaulas pequeñas un tanto oxidadas encierran a animales tan grandes como el león, el tigre, el oso y el búho;estos no se ven felices, debido a las dimensiones reducidas de sus cárceles. De la misma manera la mayoría de los animales no han tenido una vida tranquila, pues ahora hacen parte de este zoológico porque fueron decomisados cuando trataban de venderlos, proceso que sucedió durante años atrás con el apoyo del INDERENA (Instituto de Recursos Naturales).

Posiblemente los problemas que tiene el zoológico en cuanto a orden y estructura no es culpa del mismo, tal vez sea del gobierno que al no ver un negocio seguro en éste no ha invertido y ni siquiera le presta la atención que requiere.

Bogotá a diferencia de las capitales del mundo no tiene un zoológico y el Santacruz que puede ser el elegido ya que cumple con todos los requisitos como los son la investigación, recreación, educación y preservación pero no cuenta con el apoyo del gobierno. Sandra Gómez, vocera del zoológico dijo que «Durante muchos años y en varias oportunidades se han tramitado ayudas pero todos los entes gubernamentales relacionados con estos temas se han hecho los de los oídos sordos». Funcionarios públicos responde con evasivas, como por ejemplo que hay cosas mas importantes de las que el gobierno se debe ocupar como lo es la pobreza.

El Zoológico Santacruz es una entidad sin ánimo de lucro y sobrevive gracias al dinero de las entradas. Algunos de sus trabajadores son voluntarios. La comida y el mantenimiento del lugar no puede faltar pero las cosas no son fáciles para los que hacen parte de esta fundación pues hay días en los que no aparece nadie, ni siquiera un vecino va a comprar una galguería en la cafetería que queda en el parqueadero del zoológico.

El zoológico hace todos los esfuerzos por mantenerse en pie, este lugar que parece que va a fallecer antes de tiempo, es un espacio en donde algunos profesionales del tema investigan y hacen talleres a los visitantes para estimular la conciencia pública sobre la necesidad de conservar y mantener un equilibrio entre la naturaleza y el hombre.

Hoy, cuando el clima y la conservación del medio ambiente es una de las mayores preocupaciones para el mundo entero, organizaciones mundiales han decidido que los zoológicos deben ser el espacio perfecto para sus habitantes, pues es en estos lugares se ha ayudado a la preservación de especies que están en vía de extinción. Es así como la ley europea estableció que las rejas de los zoológicos deben desaparecer por completo y a los animales se les debe construir espacios que sean similares a los de su hábitat natural. Sin embargo a pesar de las leyes y la situación actual de algunos animales y en general de la madre tierra Colombia no se preocupa por estos factores que hoy hacen pender el futuro de un hilo.

Al Zoológico Santacruz parece que no le aplicara ninguna ley y como consecuencia pueden cerrarle las puertas, pues cuando llegue el momento de la inspección, que no se sabe cuando será y las autoridades respectivas se den cuenta que los animales viven en dimensiones tan deplorables, las puertas del zoológico se pueden cerrar y los habitantes de Bogotá no tendrán a donde ir para conocer los personajes que sólo ven en cuentos.

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