En el Día Mundial del Turismo, una mirada al Salto del Tequendama en Soacha

Enel-Emgesa apoyará la preservación de la memoria histórica y cultural de la zona del Salto y realizará acciones para promover la sensibilización ambiental. 

El Salto de Tequendama fue declarado Patrimonio Natural de Colombia (resolución Minambiente 1869 del 2019) y la Casa Museo en Bien de Interés Cultural de la Nación (resolución Mincultura 3335 del 2018).

Por esto y dado que la contingencia actual por el Covid-19 ha puesto en riesgo la sostenibilidad del proyecto, Enel-Emgesa firmó un convenio con la Fundación GEP mediante el cual se comprometen a ejecutar acciones para promover la sensibilización ambiental y preservar la memoria histórica y cultural en la zona del Salto del Tequendama.

 Entre las acciones, la Compañía entregará recursos económicos por 30 millones de pesos para garantizar una parte de los gastos de personal, funcionamiento y mantenimiento de la edificación construida hace cerca de 100 años. Cabe destacar que este aporte se suma a un convenio firmado en 2019 con el que también se han aunado esfuerzos con la Casa Museo Salto de Tequendama, para promover la sensibilidad ambiental y preservar la memoria histórica y cultural de la zona.

 La majestuosa caída del Salto del Tequendama es única en Colombia. Foto: Nicolás Acevedo Ortiz.

De acuerdo con el gerente General de Enel-Emgesa, Marco Fragale, “uno de nuestros focos de trabajo, además de la generación de energía, está alineado con el apoyo de las comunidades de nuestras áreas de influencia para aportar a su desarrollo económico. Aplaudimos estas iniciativas para conservar el legado histórico. Hoy, al conocer la difícil situación por causa del impacto de la pandemia,  quisimos reforzar la contribución bajo un convenio nuevo que buscará darles sostenibilidad a las acciones y al trabajo de la Fundación en pro del río Bogotá, del cual nosotros hacemos parte y por el que también trabajamos desde lo ambiental”.

Una vez la Casa Museo Salto del Tequendama vuelva a abrir sus puertas al público, una de las salas de exhibición llevará durante un año el nombre “Sala ENEL”. 

El Salto de Tequendama es el único sitio netamente turístico en los más de 380 kilómetros que tiene el río Bogotá desde su nacimiento en el páramo de Guacheneque en Villapinzón y su desembocadura en el río Magdalena en Girardot, a pesar de los olores nauseabundos y el color oscuro de sus aguas.

En la zona habitan más de 120 especies de animales, como el oso de anteojos y el oso perezoso, además de una alta diversidad de árboles, plantas y flores conformada por 52 familias y 81 especies, una de ellas, la merinthopidium vogelii, ilustrada en la expedición botánica de José Celestino Mutis. Sumado a esto, en el pasado fue un sitio habitado por los muiscas, indígenas que llamaban al río Bogotá como el alma de la sabana.

Hoy, esta caída de 157 metros de altura sigue siendo un sitio cargado de misterio, cuentos y leyendas que en una época fue conocido como el punto de encuentro de los despechados del amor con la muerte, pero que hoy se perfila como uno de los sitios turísticos más llamativos del centro del país.

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