En Pekín venden aire enlatado

Desde mascarillas de colores hasta purificadores de aire, el negocio de los productos contra la contaminación encuentra estos días en Pekín su mejor momento.


Hace apenas dos semanas, la capital china registró niveles de contaminación atmosférica que excedieron sobremanera el límite máximo de riesgo para la salud. Entonces, una nube amarillenta cubrió Pekín de contaminación.Algunos, además, aprovecharon la ocasión para denunciar, desde la ironía, la contaminación que deriva del imparable crecimiento, y que está haciendo la vida difícil a la urbe china.

Por su parte, el multimillonario y reconocido filántropo Chen Guangbiao repartía la semana pasada «aire puro enlatado», ante el asombro de los transeúntes de una concurrida calle de Pekín. Las latas amarillas y verdes, que llevaban impresas su caricatura y la frase «Chen Guangbiao es un hombre bueno», contenían aire fresco para que fuera consumido. Chen aspiró el aire de la lata en un intento de mostrar a los compradores una forma alternativa de «respirar» aire limpio.

Las latas de Chen fueron repartidas gratuitamente el pasado miércoles pero se venden a 5 yuanes (US$0,8) y el dinero recaudado va dirigido, según Chen, a las regiones más pobres de China.
Las ventas, hasta entonces moderadas, se dispararon tras la reciente racha de contaminación hasta los casi 8 millones de latas en los últimos 10 días, dijo Chen.

El aire, ¿un negocio?

La calidad del aire de Pekín se sitúa a menudo en valores perjudiciales para la salud pero el pasado 12 de enero se elevó a 755 puntos, el más alto que se recuerda. El máximo, considerado «muy peligroso», es de 500. «Cuando salgo fuera y camino durante 20 minutos, me duele la garganta y me siento mareado», aseguraba el multimillonario Chen en una entrevista con Reuters la semana pasada.

Otro ejemplo de empresa que hace frente a la contaminación atmosférica es Torana Clean Air Center, un negocio del químico inglés Chris Buckley que llegó en el año 2000 a la capital china. Tras desarrollar asma por primera vez, tal y como cuenta en su web, decidió expandir su negocio textil y vender todo tipo de productos para mejorar la calidad de vida de aquellos que vivían en Pekín.

Como Buckley, otros emprendedores en Pekín ven crecer un mercado que cada vez más recibe nuevos consumidores por el empeoramiento de las condiciones del aire.

Fuente y nota completa en BBC

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