En silencio marcharon comunales para protestar por el asesinato de líderes en Soacha

Desde Funerales La Fe hasta la Iglesia San Bernardino, sitio donde se celebró la misa del sepelio de doña Isnelda Gutiérrez, los líderes comunales de Soacha marcharon con camisetas negras y una cinta en la boca, en protesta por las muertes violentas que han alcanzado a varios miembros de JAC del municipio.


Sin arengas, gritos ni escándalos, los comunales se concentraron a la 1:00 pm al frente de Funerales La Fe, desde donde minutos después partiría el cadáver de la presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Robles, asesinada a tiros el pasado martes en Cazuca. Sólo con una cinta en la boca, flores, pancartas y carteles, los líderes quisieron mostrar su preocupación por la tensa situación que se vive en el gremio.

En medio del grupo de comunales se encontraba el alcalde Juan Carlos Nemocón y el Secretario de Gobierno, Óscar Giovanny Ramírez, quienes se sumaron a la marcha y acompañaron al grupo hasta la iglesia San Bernardino, como símbolo de solidaridad y respaldo a los integrantes de las Juntas.

“La idea es darle nuestro apoyo a la compañera María Isnelda, porque nosotros los comunales debemos permanecer unidos, yo sé que es un momento difícil para la familia y por eso estamos marchando en honor a ella, a la causa de la acción comunal, porque nosotros nos debemos a nuestras comunidades y no podemos dar el brazo a torcer en estos momentos tan difíciles, tenemos que seguir siendo parte integral de la comunidad y del gobierno”, manifestó un presidente de Junta de la comuna seis.

“Esta es una protesta silenciosa, una protesta en la que queremos expresar que no queremos más líderes comunales muertos, simbólicamente nos colocamos una cinta en la boca como muestra de que tenemos que quedarnos callados para que no nos maten, significa que no podemos luchar por las injusticias que hay en los barrios, porque eso era lo que quería Isnelda, ella luchaba por su barrio, quería lo mejor para su comunidad. Lastimosamente por hablar lo que es, por decir la verdad, se dio este suceso tan doloroso para los comunales. Ahí es donde nos hacemos la pregunta: ¿queremos más muertos para que nos escuchen?, o ¿qué vamos a hacer con la seguridad de los líderes comunales?”, agregó otro integrante comunal de la comuna cuatro.

“Nos sentimos amenazados porque en vez de denunciar más bien nos toca callarnos, aquí impera es la ley del silencio y así no podemos más. También hago un llamado a mis compañeros de las JAL para que de igual manera tomen las banderas de no a la violencia, no al derramamiento de sangre dentro de nuestra comunidad”, manifestó un presidente de JAC de la comuna dos.

“Este mensaje es un símbolo de silencio para rechazar la violencia que estamos viviendo los comunales, las continuas amenazas, quiere decir que si nosotros hablamos inmediatamente nos amenazan o nos quitan la vida”, puntualizó otra líder de la comuna uno.

En medio de la silenciosa marcha, desplazándose por la carrera séptima, el alcalde Juan Carlos Nemocón habló en voz baja sobre la tensa situación y pidió mesura a quienes manejan hipótesis sobre los posibles responsables de la muerte de doña Isnelda, argumentando que son las autoridades las encargadas de esclarecer los hechos, al tiempo que se solidarizó con la familia, amigos y con el gremio comunal:

“Primero que todo lamento mucho lo ocurrido esta semana, este es un momento de dolor para la familia de la señora Isnelda y para la ciudad en general. Asisto como amigo, como compañero de trabajo y como líder comunal; soy solidario con esta decisión que han tomado los líderes, hacer una protesta silenciosa, manifestarse de esta manera porque tenemos es que acompañar. La protesta no es contra el alcalde, es contra un sistema nacional de justicia, contra la inseguridad que se vive en nuestras calles en donde se corre riesgo, no solo como líder, sino como ciudadano y habitante del municipio”, enfatizó el mandatario.

Finalmente, el alcalde invitó a los líderes y a la comunidad en general a denunciar ante las autoridades. “Sólo así podemos tomar las medidas de protección necesarias y eficientes para evitar hechos lamentables”, finalizó.

La marcha concluyó en la iglesia San Bernardino, sitio donde se despidió para siempre a doña Isnelda. Posteriormente, su cuerpo sin vida fue conducido al cementerio local.

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