En Soacha ‘Los sintéticos’ fabricaban droga con medicamentos veterinarios
Después de ocho meses de trabajo policial, cayó un emporio criminal conformado por siete personas, ‘Los Sintéticos’, que se dedicaban a la comercialización y fabricación de peligrosas drogas sintéticas. Una abuela de 70 años era la encargada de distribuir los pedidos del alucinógeno.
‘Los Sintéticos’ eran presuntamente liderado por alias ‘Mery Jane’ y alias ‘El Mono’, quienes serían pareja, con domicilio en Soacha, donde además las autoridades encontraron un laboratorio artesanal compuesto por una máquina tableadora y varios insumos que utilizaban en la fabricación empírica de estupefacientes, como anfetaminas, éxtasis, 2CB o también conocida como la “cocaína rosada”, que no es más que una peligrosa mezcla de medicamentos veterinarios y sustancias químicas.
Las autoridades pudieron determinar que los presuntos delincuentes utilizaban un apartamento ubicado en el barrio Castilla, al occidente de Bogotá, el cual denominaban como “la bodega”. Cuando los líderes de la organización criminal necesitaban nuevas sustancias que no tenían en ese apartamento, contactaban a ‘Fabián’, quien era el encargado de conseguir las drogas sintéticas que solicitaban algunos jóvenes y trasportarlas hasta las ciudades donde se realizan fiestas electrónicas.
En audios de las interceptaciones adelantadas por la Policía, se evidenció la manera como ‘El Mono’ y otro hombre quien se hace llamar ‘Lobo’, conversan sobre la intoxicación que sus sustancias le habrían ocasionado a dos personas, entre ellas una menor de edad, durante una de las rumbas electrónicas que solían frecuentar en un municipio del departamento del Tolima. Un integrante de la estructura aprovechaba su profesión como Disc Jockey para ingresar las sustancias sintéticas a este tipo de establecimientos y comercializarlas con los clientes de los mismos.
El trabajo de inteligencia con actividades de seguimiento, vigilancia e infiltración de una policía que se logró adentrar en la estructura, reveló que alias ‘El Mono’ empleó a su abuela de 70 años para la entrega de la droga y el cobro del dinero. Debido a su edad avanzada no despertaba sospecha entre las autoridades. Otra mujer, conocida con el alias de Daniela, también entregaba la mercancía solicitada en las viviendas de los consumidores.
Los siete sujetos fueron capturados por los delitos de concierto para delinquir, tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, y fueron enviados a la cárcel.
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