Esa paz no es de Santos ni esta Guerra es de Uribe

Por:
Mario Guerrero.

A pesar de que muchos
lo digan en televisión, en radio y se discuta en redes sociales, el regreso a
las armas de una disidencia del grupo FARC no es culpa de Uribe, ni de Duque,
así como tampoco fue responsable Santos de su previa desmovilización.

Si bien los uribes y
los santos y todos esos políticos rapaces quisieran que la guerra y la paz
fueran suyas, y sus egos se desviven por tener el poder de causar cataclismos
para luego ser salvadores y que las personas vivieran y murieran por ellos,
realmente sólo tienen palabras de engaño para ganar presidencias,
reconocimientos y premios, y placas de honor.

Pero la culpa de la guerra y la paz no la tienen
los rojos, ni los azules, ni amarillos, ni los verdes
; tampoco tienen la
culpa la derecha, ni la izquierda. La culpa y la responsabilidad la tenemos todos, ya dejemos de hablar
de políticos.

Porque la verdadera
guerra en Colombia empezó hace décadas cuando nuestros abuelos dejaron que los
cimientos de país fueran las diferencias (hombres-mujeres, blancos-negros-indios,
costeños-cachacos-paisas-pastusos…). Y empeoró cuando nuestros padres
permitieron que esas diferencias se volvieran desigualdad y miseria. Y la
guerra continuará porque hoy nosotros, todos, permitimos que Colombia sea el
país de unos pocos que tienen mucho, y muchos que no tienen nada en una
economía de migajas que así nos basta. 

Entonces la guerra no
es de la guerrilla contra Duque, Santos contra Uribe, el comunismo castrochavista
contra el capitalismo, no. La guerra es
la pobreza, la desigualdad, la corrupción
que nos carcomen.

Sin embargo, hace
muchos años cuando empezó la guerra también empezó la paz, no se la inventó
Santos (quien habló muchos años de guerra como hoy habla de paz); la paz son las personas que viven y
hacen cosas por la vida a pesar de la muerte y la violencia.

No había nacido los
oportunistas uribes y santos cuando empezaron la guerra y la paz, y morirán y
aún no se habrán acabado; porque la guerra y la paz es lo que somos los
colombianos, y ahí ya nos toca ver a cada uno de nosotros, y de verdad entre
todos, qué vamos a hacer con ellas.

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