Fundación Casa Hogar La Esperanza, ejemplo de ayuda y superación en Soacha

Hace cerca de 30 años, Esperanza Triana en compañía de un grupo de personas, inició un proyecto para atender a niños de escasos recursos. Tiempo después le dio vida jurídica a la Fundación Casa Hogar La Esperanza y hoy apoya a menores y familias necesitadas, además de contar con 117 madres comunitarias que trabajan en las diferentes comunas de Soacha.


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La fundación presta atención integral a niños hasta los 10 años aproximadamente. Allí los educan y los preparan para que enfrenten de una mejor manera los estudios en el colegio y se enriquezcan en valores. Como ejemplo se puede mencionar el caso de una niña que terminó el bachillerato de 15 años y está a punto de graduarse como bacterióloga.

Una de sus miembros fundadoras es la doctora Alba Luz Puerto, quien se mantiene apoyando el proceso y cuenta que ha sido una experiencia enriquecedora por el trabajo social que se realiza. “La fundación cumple una función muy importante en Soacha y quienes formamos parte de ella hemos estado ahí apoyando, incluyendo a los benefactores como la doctora Leonor Serrano. Así mismo agradecemos el apoyo de otras fundaciones como la Norte – Sur, ya que nos brindó ayuda con cursos de cooperación internacional para buscar recursos”.

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Otro miembro benefactor es el reconocido médico Oswaldo Córdoba. Cuenta que viene trabajando con Esperanza Triana desde hace alrededor de 25 años con el fin de colaborarle a la gente necesitada.

“No hemos sido diputados, senadores, congresistas, pero siempre estamos para ayudarle a la gente y lo vamos a seguir haciendo con lo que Dios nos permita. Esperanza ha sido una mujer que ha sacado mucha gente adelante, son las personas que este mundo necesita, entregada por la comunidad”, dijo.

Cuenta el doctor Córdoba que ahora la fundación marcha a un mejor ritmo, que ha crecido y que la señora Esperanza ha demostrado que ha hecho un trabajo muy duro por la comunidad. “Podemos llevar 30 años trabajando por la gente pero seguimos con las ganas de continuar. Ayer por ejemplo una paciente me dijo: tengo 50 años, ¿aún soy joven? Y le dije: tengo pacientes viejos de 50 años y jóvenes de 90. Déjame examinarte y te digo si eres joven o vieja”, sostuvo.

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El trabajo que hace la fundación es por todo el municipio, porque en palabras de Córdoba, “las necesidades no tienen límite, edad ni estrato porque en Soacha no se pasa de tres, y vamos a seguir luchando para buscar que la gente tenga una mejor manera de vivir”.

Para agradecer el trabajo que realizan las madres comunitarias con los niños y las familias de Soacha, la Fundación Casa Hogar La Esperanza realizó la despedida del año con una fiesta familiar en el salón Lincoln. Música, comida, regalos y sorpresas fueron los ingredientes.

“La experiencia en la fundación ha sido muy enriquecedora, en mi caso inicié con madres gestantes y lactantes, y luego con los niños, es algo maravilloso. Ahora estamos disfrutando de la despedida del año, es una reunión muy bonita y acogedora”, añadió Hasbleidy Lozano, madre comunitaria.

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“Estoy vinculada hace 14 años, mi trabajo es ayudar a la primera infancia, trabajar por la comunidad y por los niños, especialmente en la comuna cuatro en Altos de Cazuca. Y en cuanto a la despedida, es algo que se hace todos los años, un compartir muy bonito con la Fundación”, replicó Faisury Ramírez, madre comunitaria.

“Es poder decirles, ustedes han trabajado por la gente y se merecen un rato de esparcimiento, obviamente no van a estar en La Habana, Canadá ni en otras partes, vamos a estar es en Soacha humildemente en un salón y vamos a celebrarlo, pero estas mujeres tienen un gran corazón”, añadió el doctor Córdoba.

“Lo de hoy es un propósito de Esperanza, una vez terminan las labores ella organiza una comida y actividades recreativas para todas las personas que pertenecen a la fundación. Madres comunitarias, colaboradores, todos los años en diciembre ella siempre les prepara una cena o una actividad con premios y mucha diversión”, replicó la doctora Alba Luz Puerto.

Finalmente, la directora de la fundación, Esperanza Triana, dijo que el trabajo con las madres comunitarias ha sido interesante en el sentido que hay una integración con las familias y con los niños en busca de construir un municipio libre de problemas y con muchos valores para la familia.

“Con las madres comunitarias trabajamos en capacitación a través del Bienestar Familiar y ONG. En las comunas lo hacemos con familias y las mismas madres comunitarias a través de otras fundaciones. Y en cuanto a la actividad, siempre al finalizar el año hacemos un evento como este, compartir un rato con ellas y las familias de las directivas”, finalizó.

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