Gigantescas rocas y consumo de drogas amenazan tranquilidad de habitantes en el Divino Niño

Un conjunto de gigantescas rocas amenaza con aplastar más de 15 viviendas del barrio Divino Niño primer sector, sin que las autoridades tomen cartas al respecto. Sumado a este delicado problema, el único espacio verde con el que cuenta la comunidad fue invadido por drogadictos, sitio desde donde se originan atracos y robos a quienes transiten por allí.


Hace aproximadamente 25 años se fundó el barrio Divino Niño, ubicado en la comuna seis del municipio de Soacha. Desde ese entonces, sus pobladores han luchado por obtener su legalización sin que hasta el momento se haya podido conseguir. Sin embargo, el origen de este y otros problemas radica en la existencia de dos macizos rocosos que son causa de preocupación entre los residentes.

En primer lugar, los habitantes manifiestan sentirse amenazados por un posible derrumbe, ya que los macizos se encuentran agrietados y existen casas que se encuentran precisamente debajo de ellos, por tal motivo se han hecho trámites con la administración municipal para que sean removidas las rocas, y como si fuera poco, la instalación del servicio de gas se ha visto afectada, obligando a los vecinos del sector a comprar pipetas que cuestan de 35 a 40 mil pesos:

“Los macizos nos tienen trancada la legalización, el servicio de gas y las vías, porque se atraviesan en cinco calles del barrio, siempre que vamos a solicitar una acción, nos dan vueltas, que fue que Planeación, que fue que la Alcaldía, que vamos a Gas natural y así nos han tenido los últimos cinco años, tirándose la pelota de unos a otros y nosotros esperando”, afirmó Alexander León, tesorero de la JAC del Divino Niño Primer Sector.

En cuanto al terreno donde se encuentran ubicados los macizos rocosos, León explica que le pertenece a la Alcaldía, pero que la única manera de solucionar el problema es que las rocas allí existentes se puedan remover adecuadamente y luego utilizarlas para arreglar las mismas vías, cosa que no sucede y por tal motivo las han dejado así, afectando únicamente a la comunidad. “Hasta que no tengamos gente muerta, no se le va a poner cuidado a estos peligros”, precisó el líder comunal.

Por otra parte y según los vecinos, la empresa de gas natural manifiesta que debido al peligro que representa abrir una tubería en la zona, no realiza las obras. Vale la pena aclarar que no todas las viviendas sufren por la falta de este servicio, únicamente las que se encuentran a menos de 200 metros del macizo rocoso, de ahí otro motivo para que se le solicite a la administración la remoción de las rocas y así se dé continuidad a la vía que por allí pasa y baja hacia el barrio El Altico.

Otro de los problemas más significativos y que es común en la mayoría de barrios de Soacha, es el consumo de drogas y la inseguridad, pero lo particular de este caso es que los delincuentes y drogadictos cuentan con su propio espacio de relajación, adecuado con sofás y en medio de la zona verde, como si se tratara de un club para reunirse y departir en las noches: “El que pase por aquí en horas de la noche pierde el año, lo roban y hasta lo apuñalan. Hace como un mes al señor que reparte las papas en paquete lo atracaron, lo mismo que al de Alpina, a él sí le fue peor porque lo secuestraron, se lo llevaron hasta el cerro, le quitaron el producido y lo apuñalearon, apareció como a las 10 de la noche y afortunadamente no se murió”, explicó Carolina Acosta, habitante del sector.

Hay que mencionar que la zona en cuestión fue reacomodada porque hace algunos meses también se presentó un derrumbe que afectó a cerca de 50 familias, las cuales fueron reubicadas en otros sectores, siendo así como los consumidores aprovecharon y se apropiaron del espacio, y según denuncia la comunidad, la policía no ejerce autoridad en dicho punto.

“Encima de que meten vicio, ese sitio se convirtió en basurero y nido de ratas, no sólo las que roban sino también las que muerden”, dijo en forma jocosa Roberto Daza, quien reside en una de las casas cercanas al lugar, asegurando que el botadero de basura en el que se convirtió el lugar hizo que los roedores llegaran y se multiplicaran.

A pesar de todos estos problemas, es válido destacar el esfuerzo que la JAC ha hecho para contribuir con el desarrollo de la comunidad: “Estamos buscando recursos con el fin de construir un parque para los niños, ya que el único parque con el que contamos es un espacio lleno de piedras y además está ubicado precisamente en la zona donde consumen vicio, imagínese lo que tienen que ver los menores”, concluyó Alexander León.

También hay que resaltar la lucha conjunta de los habitantes para legalizar el barrio, ya que por ejemplo el acueducto no presta el servicio de alcantarillado, argumentando la ilegalidad del sector, razón por la cual hace algunos años la comunidad construyó su propia red de alcantarillado. Claro que en este punto nuevamente se presenta el obstáculo de los macizos rocosos.

“Este es un trabajo que se viene haciendo desde hace muchos años, el de legalizar el barrio, nosotros lo estamos luchando pero nunca se obtiene respuesta. De una institución nos envían a la otra, que Ingeominas, que Planeación, que Gas natural, que el Acueducto, que la Alcaldía, pero al final nada de nada”, sentenciaron Nohora Giraldo y Myriam Uribe, secretaria Ad-Hoc y Presidenta de la JAC del Divino Niño I Sector.

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