Implementan plan de conservación para el oso de anteojos en Cundinamarca

Las autoridades ambientales y la comunidad implementan un plan de conservación para el oso de anteojos en Cundinamarca. El proyecto contará con monitoreo y una inversión de 460 millones de pesos.

El oso de anteojos, una de las especies más representativas de los ecosistemas andinos de Colombia, será objeto de un plan de conservación en el municipio de Manta, Cundinamarca. La iniciativa busca mitigar los efectos de la expansión humana sobre su hábitat y fomentar la convivencia armónica entre la comunidad y la fauna silvestre.

La Corporación Autónoma Regional (CAR) y la Gobernación de Cundinamarca, a través de la Secretaría del Ambiente, firmaron un convenio interadministrativo para la protección del oso andino en las veredas Palmar Arriba, Manta Grande Arriba y Quimbita. Este acuerdo responde a investigaciones recientes que evidenciaron conflictos socioambientales derivados de la presencia del oso en zonas de actividad humana.

“Es importante trabajar con las comunidades para resolver los conflictos que surgen con la biodiversidad en nuestro territorio. La presencia del oso en Manta es una oportunidad para el desarrollo del turismo de naturaleza y la conservación de los ecosistemas”, señaló Alfred Ballesteros, director general de la CAR.

El plan de conservación para el oso de anteojos en Cundinamarca se desarrollará en tres fases. En la primera, se realizará un diagnóstico del uso del suelo mediante fotogrametría, drones y talleres comunitarios. La segunda fase contempla la firma de acuerdos con las Juntas de Acción Comunal para la reconversión de modelos productivos sostenibles. Finalmente, en la tercera etapa, se llevará a cabo un monitoreo de la población de osos mediante cámaras trampa.

Para la ejecución del proyecto se destinarán 460 millones de pesos, de los cuales 300 millones serán aportados por la CAR y 160 millones por la Secretaría de Ambiente. El secretario de ambiente de Cundinamarca, Diego Cárdenas Chalá, destacó que este proceso es fundamental para reducir la interacción negativa entre los osos y las comunidades locales.

Las autoridades ambientales esperan que este modelo de conservación participativa no solo se beneficie al oso de anteojos, sino que también contribuya al desarrollo sostenible de la región, fortaleciendo el equilibrio entre la biodiversidad y las comunidades humanas.

Foto: CAR Cundinamarca

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