La miseria de la cultura

Han pasado casi seis años desde que el Concejo Municipal de Soacha estableció el SISTEMA MUNICIPAL DE CULTURA mediante el acuerdo N° 10 del 31 de Julio de 2006 y mediante el acuerdo N° 11 de la misma fecha se creó la emisión de la estampilla PRO-CULTURA. En estos seis años además se realizaron dos procesos de diagnóstico cuya inversión tenía como propósito identificar todas las expresiones y organizaciones que promueven y ejercen la actividad cultural en el municipio. Por su parte el acuerdo N° 55 de 2008, debatido por el Concejo Municipal, aprobó la organización de una agenda cultural independientemente de la existencia o no del Sistema y del Consejo Municipal de Cultura.


Como si fuera poco, durante los procesos de construcción del Plan de Desarrollo de las anteriores administraciones se han incorporado numerosas propuestas sin que hasta la fecha se hayan ejecutado la gran mayoría de ellas.

Sin embargo la creación de esos mecanismos y la normatividad desarrollada para afianzar y fortalecer esos procesos, no ha sido posible ponerlos en marcha. Lo realizado hasta ahora, ha sido producto del esfuerzo de varios grupos del municipio que tienen procesos de trabajo pero no tiene recursos ni mucho menos articulación a proyectos estructurados, planificados y financiados institucionalmente.

No obstante la esporádica voluntad del Consejo Municipal para contribuir a sacar de la postración y la indigencia al sector de la cultura, no ha sido posible organizar el sector ni mucho menos desarrollar proyectos culturales con la continuidad necesaria para proyectar la actividad cultural en el ámbito departamental y nacional.
Algunas razones que me permitiré exponer a continuación podrían aportar a la reflexión y contribuir a dar luces a una de las varias preguntas que planteo el maestro Sergio de Zubiría Samper en relación con la crisis de la cultural local: ¿Cuáles son las mayores dificultades que se erigen para estructurar políticas públicas culturales en el municipio?

  • 1- El escaso interés por la actividad cultural de la mayoría de los concejales han sido francamente preocupante, pues la actividad en términos de contratación y de ganancias no llama o llama muy poco la atención y el interés de nuestros honorables concejales.
  • 2- El sector cultural ha sido un sector marginal en los programas de gobierno y los planes de desarrollo de casi todas las administraciones.
  • 3- La Dirección de Cultura se ha constituido en un espacio donde esencialmente se pagan favores políticos por los votos recibidos por alcaldes y concejales.
  • 4- La dirección de cultura ha sido una verdadera pasarela de directores y funcionarios donde los fugaces nombramientos de unos y otros han impedido desarrollar proyectos de mediano y largo alcance.
  • 5- Aparte de los recursos provenientes de la estampilla pro cultura, aprobado por el concejo municipal mediante acuerdo citado, el presupuesto ha sido extremadamente exiguo por no decir que inexistente.
  • 6- Los espacios para la realización de las practicas culturales, o están en obra negra como el auditorio de la “Casa de la Cultura” desde hace 12 años, o les han cambiado su uso para actividades distintas a la cultura como ha ocurrido con la Biblioteca Pública que se convirtió en una subsede de la Registraduría Municipal, o el Teatro Sua, el cual se utilizó para el ejercicio espiritual de una reconocida confesión religiosa a lo largo de los últimos cuatro años.
  • 7- Los procesos de formación de las escuelas y sobre todo sus docentes, pasan verdaderos viacrucis, pues cuando no funcionan por los trámites burocráticos relativos a su contratación, no funcionan porque los espacios se destinan a otras actividades diferentes a la cultura como las capacitaciones de los funcionarios públicos de la administración.
  • 8- Durante los últimos años, la disputa por el control de la Dirección de Cultura, o al menos la disputa por el predominio de la influencia sobre la Dirección por parte de diferentes grupos culturales, ha sido la principal característica donde ha prevalecido el interés de los grupos sobre el interés general y el interés individual de algunos miembros sobre el interés colectivo.
  • 9- Estas prácticas obran en sentido contrario al espíritu que debe prevalecer en la actividad cultural cual es el reconocimiento del otro, el desarrollo y afianzamiento de la tolerancia, la diversidad, el fortalecimiento de la identidad, el sentido de pertenencia, el respeto, la participación y el humanismo.
  • 10- No obstante existir el acuerdo 55 de 2008 que establece la organización de la agenda cultural, el balance de entonces a hoy es francamente pobre.
  • 11- No se conocen los resultados ni la gestión de recursos del orden departamental, nacional y mucho menos del internacional, adelantado por los distintos directores que han estado al frente de la Dirección de Cultura en los últimos años.
  • 12- Los escasos logros individuales alcanzados en la actividad literaria y los colectivos alcanzados por la banda municipal en diferentes eventos que se organizan regional y departamentalmente, son fruto principalmente del esfuerzo personal, el talento, la creatividad, el sentido de identidad y pertenencia de quienes contra todas las dificultades hacen esfuerzos ingentes para asistir, participar y representar con vergüenza y dignidad al municipio.
  • 13- El estímulo, el reconocimiento y el apoyo a los artistas que se destacan a nombre del municipio con suficientes méritos es absolutamente inexistente.
  • 14- Los nombramientos de algunos funcionarios en la Dirección durante las últimas administraciones, sin la experiencia necesaria, sin la formación pertinente, sin la idoneidad requerida no muestran ningún resultado de gestión.
  • 15- La profunda crisis de la identidad que caracteriza a la mayoría de la población del municipio en lo fundamental solo genera polarización, desconfianza, incredulidad, indiferencia e incluso rechazo en relación con algunas prácticas culturales.

El panorama, como se puede colegir de las razones anteriormente expuestas, no puede ser más desalentador y sombrío. Es, ni más ni menos que la expresión fehaciente de la verdadera miseria de la cultura en nuestro municipio.

Es por tanto para la nueva administración un verdadero desafío y sobre todo un compromiso ineludible no solo prestar la atención necesaria sino los recursos que el sector demanda, sobre todo porque la actividad de la cultura es fundamental en los procesos de mejoramiento del bienestar general y el fortalecimiento de la convivencia social.

angelhumbertotarquino@yahoo.es

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