La necesidad en San Martín obliga a poner en marcha la creatividad de sus habitantes

La falta de un acueducto y alcantarillado de calidad obligó a los residentes de este barrio de la comuna seis a construir un rudimentario sistema que permita llevar el vital líquido hasta las viviendas. Además niños y jóvenes juegan entre las piedras para buscar distracción y esparcimiento.


Gracias a un rudimentario sistema de acueducto construido por ellos mismos, los pobladores de este barrio de la comuna seis cuentan con el servicio de agua, porque no quieren vivir la situación de sus vecinos de Altos de la Florida, quienes deben pagar por cada caneca que deseen recoger de un carrotanque que sube hasta la parte alta del sector.

La gestión de algunos líderes permitió que se suministre agua cada tercer día a los habitantes de San Martín, a través de una motobomba que se encuentra instalada en el barrio Divino Niño. Por ello, los vecinos deben pagar una suma de $10.000 para cubrir el gasto de energía que hace el artefacto al bombear el agua hasta la zona en mención.

Rigoberto Prieto, presidente de la JAC de San Martín, explicó que por motivos de reconocimiento municipal hacia el barrio no se ha podido establecer un acuerdo con el Empresa de Acueducto que permita la instalación de tuberías y alcantarillado de manera que satisfaga las necesidades en su totalidad: “Hay gente que colaboró para construir el alcantarillado, sin embargo hay cuadras donde no se ha hecho nada y la gente está botando los residuos al potrero, los habitantes ya no tienen plata para seguir instalando tubería”, señaló el líder cívico.

“A veces se daña la motobomba, el presidente es para allá y para acá, nos toca muchas veces pagar para que traigan el agua, que vale como $25.000 cuando no llega hasta aquí”, expresó Roquelín Díaz, quien además recordó que el agua anteriormente se llevaba en burros y que el alquiler de los animales era a $500: “Después no se qué pasó y se llevaron los burritos, luego era por galones que se sacaba el agua hasta que vino el carrotanque”, rememoró.

En relación al reconocimiento municipal que la Empresa de Acueducto exige a los residentes del barrio para poder iniciar obras, el líder manifestó que se han radicado los documentos pertinentes para comenzar con el proceso, pero que las respuestas han sido las mismas y nada alentadoras: “La legalización prácticamente aquí está vetada porque siempre que vamos nos dicen que la prioridad son los barrios de la comuna cuatro, entonces que nos toca esperar”.

De igual manera, destacó el ímpetu de la comunidad cuando se hacen jornadas y certámenes atléticos, la manera como se incentiva el deporte en el barrio a través de la organización de campeonatos de microfútbol, que a diferencia de muchos otros, se disputan en una cancha sin pavimentar y llena de piedras, lo que hace aún más admirable la competición. A pesar de estas dificultades, los fondos que se recolectan no alcanzan para la adecuación del escenario.

“Aquí se juega entre las piedras, cuando llueve hay que suspender los partidos porque eso es imposible jugar y se corre el riesgo de que alguien se lesione, los niños salen también a jugar en estas condiciones, a veces uno ve el campo lleno de niños”, indicó Dubán Hernández, habitante de San Martín.

Otra de las obras realizadas en este barrio corresponde al salón comunal, el cual se cimentó gracias a la colaboración del Ejército Nacional y la Policía Militar, que dispusieron a sus hombres para que levantaran la edificación: “Tenemos pensado hacer un bazar para recoger más fondos porque al salón comunal le hace falta luz, pañete, piso, se construyó por fuera, pero por dentro no tiene casi nada, nos colaboraron con muchas cosas pero aún le hace falta”, concluyó Prieto.

“No nos aliamos con ningún político porque siempre vienen por votos, se los llevan y se les olvida que se comprometieron con la comunidad. Si quieren votos, que primero hagan algo por la comunidad”, reclamó Manuel Landazábal, habitante de San Martín.

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