Mayor seguridad en los establecimientos de rumba y diversión en Bogotá

Un año de expedido cumplió el decreto 013 en el Distrito Capital, el cual impactó en el control real de los sitios de rumba, lo que generó un efecto de prevención muy fuerte por parte de los mismos propietarios y administradores de bares y sitios de baile, frente a la venta de licor adulterado, la presencia de menores de edad y la hora del cierre, entre otros aspectos.


El Decreto busca un mayor control para negocios que incumplían la norma establecida del cierre a las 3 a.m. Se puso en cintura a aquellos establecimientos que haciéndose llamar como ‘clubes’, burlaban la norma y cerraban en horarios más tardes. Igualmente se controló a los también llamados ‘amanecederos’ que funcionaban hasta después de las 6:00 a.m.

Durante el primer trimestre del año, el Decreto contempló la restricción del expendio de licores y bebidas embriagantes en licorerías, cigarrerías, tiendas y supermercados de 15 cuadrantes de la ciudad (en 9 localidades), artículo que posteriormente se derogó luego del compromiso de autorregulación por parte de comerciantes. Se firmó un Pacto de Buenas Prácticas de Comercio Responsables de Bebidas Alcohólicas con Fenalco y representantes de empresas de licor.

ACCIONES Y LOGROS

-El Decreto ha cumplido una función vital en el tema del consumo de alcohol en espacio público, pues, si bien, éste está contemplado en el Código de Policía, en muchos sitios, especialmente, aledaños a sitios de rumba no se cumplía, y el Decreto 013 permitió un mayor control en este sentido. Se observó una disminución en estos entornos, lo que a su vez se derivó en una reducción de ventas ambulantes relacionadas con la rumba.

-El Decreto permitió una nueva actitud del ciudadano frente al consumo del licor en el espacio público y del comportamiento cuando la gente está embriagada.

-El Decreto 013 contempló la implementación del Registro Distrital de Comportamientos Contrarios a la Convivencia, precisamente para registrar a aquellos ciudadanos que incurren en comportamientos contrarios a la convivencia.

-En diferentes sondeos establecidos a lo largo del 2009 se pudo evidenciar que tanto la ciudadanía -especialmente padres de familia-, administradores de establecimientos comerciales y los propios usuarios de sitios de rumba, mostraron una gran acogida del Decreto 013, al evidenciar sus bondades. Una encuesta (realizada al culminar el primer semestre de aplicación del Decreto) evidenció que de 1.320 personas encuestadas en las 19 localidades de la ciudad, arrojó que el 78,7% estaban de acuerdo con esta normatividad.

-A través de los operativos de cada fin de semana a establecimientos comerciales, se detectó la ausencia de mayores alternativas de esparcimiento para los menores de edad, con el fin de evitar que se inclinen por el licor y los estupefacientes desde pequeños.

-Con los operativos realizados para la aplicación del Decreto 013, además de que se permitió un aumento de la percepción de seguridad, se logró la identificación de los negocios problemáticos en cada localidad, frente a los cuales las alcaldías locales y la Administración Distrital adoptaron medidas especiales.

-Con la aplicación de este Decreto se logró conocer más a fondo el tipo de rumba que existe en Bogotá y las múltiples problemáticas asociadas a ella, especialmente en la que se ven involucrados jóvenes, vinculados a temas de exceso de licor y consumo de drogas.

-A su vez, esto permitió a la Administración Distrital tener un mayor control sobre la rumba en Bogotá, una mejor administración de las noches capitalinas, pues, se podría decir que mucha gente se ‘aconductó’ de acuerdo con la normatividad establecida.. Del anterior caos existente en años anteriores, el Decreto logró una mayor gobernabilidad de la vida nocturna.

-Es claro que si bien, el Decreto buscó un mayor orden a la diversión y el esparcimiento en bares y discotecas, también desde el inicio de su aplicación se hizo énfasis que en ningún momento se pretendió satanizar la rumba capitalina, pues la Administración Distrital es consciente que la población necesita del sano esparcimiento y de la generación de empleo.

-Encuestados en varias oportunidades los alcaldes locales sobre la aplicación del Decreto 013, directos responsables de coordinar los operativos a establecimientos comerciales los fines de semana, un buen número de ellos pidió dejar la medida de carácter permanente.

-El Decreto, igualmente, sirvió como proceso pedagógico de expansión de las normas que comúnmente rigen a los establecimientos públicos, y que tienen que ver con el cumplimiento de la documentación, uso del suelo, normas sanitarias, intensidad auditiva, seguridad industrial, aglomeraciones, planes de contingencia y contaminación, entre otros. (Ley 232)

-Lanzamiento del programa Ángel Protector, que convocó a más de 1.000 personas, y la adhesión de los medios de comunicación y sus respectivos gremios a la campaña dirigida a promover la responsabilidad social empresarial y ética frente al consumo y expendio de cigarrillos y bebidas alcohólicas a menores de edad.

3.558 establecimientos visitados

652 establecimientos sellados

145 clubes visitados

36 clubes sellados

700 comparendos impuestos a personas naturales/jurídicas

334 personas fueron detectadas consumiendo licor en espacio público

71 establecimientos sellados por expendio de licores y bebidas embriagantes por fuera del horario establecido

765 menores de edad protegidos

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