No cesa la violencia en la comuna cuatro de Soacha

Mes y medio después de que fueran asesinados el líder comunal Julio César Castro y un joven más en el barrio Villa Mercedes, la tensión y la violencia se han agudizado en la comuna cuatro, sin que hasta ahora hayan acciones concretas por parte de las autoridades para mitigar esta situación y devolver la calma a las personas que habitan en el sector.


Sumado a las amenazas a líderes comunales, el microtráfico, el hurto a negocios y a vehículos, además de otros actos ilícitos, ahora el objeto de las intimidaciones y los actos de violencia son los ediles de la comuna, algunos de los cuales han sufrido agresiones que, incluso, los han llevado a ser desplazados por los delincuentes y las bandas que operan en varios barrios de la zona.

Respecto a lo anterior, es preciso mencionar lo sucedido con el Edil Gustavo Barreto, quien en la noche del pasado sábado fue agredido por cuatro personas, una de las cuales lo atacó con un arma blanca y posteriormente a punta de ‘mordiscos’.

Según el Edil, mientras tres personas lo cogieron, el cuarto sujeto le causó heridas en una de sus orejas, el ojo izquierdo, y le mordió la nariz, la cara y los dedos de las manos.

No obstante, a pesar de que todo indica que lo sucedido con el Edil Barreto fue un hecho aislado que descarta cualquier tipo de amenaza o riesgo para él, lo sucedido permite intuir que la situación en la comuna cuatro se ha agudizado, teniendo en cuenta los antecedentes recientes y hechos como el ocurrido con otro de los ediles de esta parte del municipio, quien se vio obligado a abandonar su lugar de residencia, debido a las amenazas recibidas por parte de una de las bandas delincuenciales que operan allí.

Por razones de seguridad, el nombre del Edil ha sido reservado. Sin embargo, según lo indica él mismo, las intimidaciones de las que ha sido objeto vienen de tiempo atrás, como consecuencia de las reiteradas denuncias que el mismo miembro de la JAL ha hecho contra el vandalismo, la extorsión y el microtráfico.

Lo anterior ha repercutido en ataques con arma de fuego contra esta persona y su vivienda, además del riesgo que existe para su familia, que junto a él se vio obligada a abandonar el sector, por culpa de dichas amenazas. A todo lo anterior se suman otras denuncias que han sido una constante en este y otros lugares del municipio, con respecto a la inutilidad de los cuadrantes de la Policía y la respuesta tardía de los uniformados ante los llamados de la comunidad.

Por otra parte, hay quienes denuncian los supuestos nexos entre miembros de la Policía e integrantes de bandas delincuenciales, expendedores de droga y demás delincuentes, algo que mantiene la inquietud y el malestar entre los habitantes, que en muchos casos y como ellos mismos lo expresan, se sienten desamparados por parte de las autoridades y del Estado mismo.

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