PTAR Canoas: arranca el megaproyecto en Soacha que le cambiará la cara al río Bogotá

Este proyecto permitirá la navegabilidad del río Bogotá, además de generar otros beneficios que explican las autoridades encargadas.

Lo que durante décadas fue un símbolo de abandono y deterioro ambiental está a punto de convertirse en un emblema de transformación en Soacha. Con una inversión sin precedentes de más de 12 billones de pesos, se busca hacer realidad el proyecto de la PTAR Canoas.

La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales más ambiciosa en Colombia, ha iniciado oficialmente su ruta hacia la ejecución, tras la aprobación del cierre financiero por parte del Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR).

La decisión, tomada el pasado 21 de abril en una sesión presidida por el gobernador Jorge Emilio Rey, marca un antes y un después en la gestión del recurso hídrico en el país.

El proyecto busca tratar el 70 % de las aguas residuales de Bogotá y el 100 % de las de Soacha, deteniendo así el vertimiento de millones de litros de aguas contaminadas al río Bogotá, una de las cuencas más intervenidas del país.

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Durante décadas, los municipios cercanos ha recibido las consecuencias del crecimiento urbano de la capital del país. Los territorios cercanos han sido testigos del paso silencioso pero devastador de las aguas residuales que desembocan sin tratamiento en la cuenca baja del río Bogotá.

Hoy, esa historia empieza a reescribirse. Cundinamarca ya no es solo víctima de esta crisis ambiental: ahora se convierte en actor clave de la solución. No solo aporta recursos, sino que lidera la planificación y ejecución del megaproyecto, junto con la Alcaldía de Bogotá, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, el Gobierno Nacional y diversos actores territoriales y ambientales.

El gobernador Jorge Emilio Rey lo resumió así: “Esto no es solo una planta. Es una apuesta por el futuro, por reconciliar a nuestra región con su río y por garantizar condiciones dignas de vida para millones de personas«.

Sin embargo, líderes ambientales se han opuesto al proyecto por el impacto ambiental, social y económico que supone este proceso. Se teme que la construcción de la planta y la disposición de las aguas puedan causar problemas en la calidad del servicio el suelo y el aire, además de afectar a las comunidades locales y su forma de vida. 

¿Una obra que mejora el ambiente y asegura el agua?

Las autoridades aseguran que el impacto ambiental de la PTAR Canoas será inmediato y profundo. La recuperación de la calidad del agua del río Bogotá permitirá restaurar ecosistemas acuáticos, revitalizar la biodiversidad y mejorar las condiciones para la pesca, el turismo y la agricultura en los municipios de la cuenca baja.

Además, el saneamiento tendrá una repercusión directa en la salud pública, al reducir enfermedades asociadas con la contaminación hídrica. Esta mejora también reforzará la seguridad hídrica, ya que las fuentes de abastecimiento se verán menos afectadas por los residuos contaminantes.

Con una mejor calidad del agua, se fortalece la prestación del servicio de acueducto para millones de personas, asegurando un recurso vital en mejores condiciones y reforzando la infraestructura de saneamiento de Bogotá y su entorno.

El alcalde Carlos Fernando Galán, también celebró la decisión tomada por el Consejo Directivo de la CAR, que aprobó las vigencias futuras necesarias para que el Acueducto puedan suscribir un nuevo convenio de financiación para la ejecución de la PTAR Canoas.

El cierre financiero aprobado recientemente es el fruto de un trabajo conjunto entre múltiples actores, incluidos organismos judiciales como el Consejo de Estado y el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que impulsaron la urgencia del saneamiento como prioridad nacional.

Y aunque el proyecto no ha estado exento de obstáculos incluyendo retrasos técnicos y un auto judicial que obligó a replantear su licitación, su avance sigue firme. Cuatro consorcios internacionales han mostrado interés en ejecutar esta megaobra, cuyo contratista final se conocerá a mediados de 2025.

Un proyecto de alcance nacional

El proyecto no solo beneficiará directamente a más de 7 millones de personas. Sus efectos llegarán mucho más lejos: al tratar las aguas contaminadas antes de que lleguen al río Magdalena, se reducirá la carga de residuos en la principal arteria hídrica del país, mejorando así la salud pública, la biodiversidad y las oportunidades económicas en otras regiones.

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Además, con su puesta en marcha, Colombia contará con la planta de tratamiento más grande de Sudamérica y una de las más importantes a nivel mundial en caudal medio de tratamiento secundario.

Foto: Acueducto de Bogotá y Freepik

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