¿Qué pasaría en Suacha con la implementación del voto obligatorio?

La reforma denominada “Equilibrio de Poderes”, presentada por el actual gobierno nacional de Juan Manuel Santos, propuso, entre otras muchas otras cosas, la implementación del voto obligatorio en el país. En los debates iniciales en las comisiones del congreso, varios congresistas, partidos y sus respectivas bancadas se mantuvieron en contra de la propuesta del voto obligatorio, como el caso del Polo.


Sin embargo, después de varias discusiones, que en un principio propusieron el voto obligatorio de carácter temporal y provisional durante las siguientes dos elecciones, finalmente se hundió la propuesta. Esto ocurrió porque la plenaria del Senado sepultó definitivamente este punto del proyecto; al apoyar, desde las bancadas partidistas (e incluso desde el partido Conservador y el Centro democrático), la proposición presentada por el Polo de acabar con el voto obligatorio.

En torno al debate que se ha desatado sobre voto obligatorio y sobre abstencionismo histórico que ha sido constante en las elecciones del país, me pregunté ¿Qué ocurriría si se implementa dicha medida en un municipio tan abstencionista como Suacha?

Según los datos de la Registraduría General de la Nación, en el municipio hay cerca de 190,969 personas aptas para votar, sin embargo para las elecciones presidenciales de 2014 en primera vuelta, solo acudieron a las urnas 95,152 sufragantes; para la segunda vuelta, votaron 101,852 ciudadanos: esto que quiere decir que hubo un 50.1% y un 46.6% de abstención respectivamente. Estas cifras son bastante parecidas a la abstención registradas a nivel nacional: un 60% para la primera vuelta y un 52% para la segunda. ¿Correspondería la implementación del voto obligatorio como una medida para aumentar la participación electoral y mejorar la democracia? La respuesta es, a mi parecer, NO. Si bien, la implementación del voto obligatorio disminuiría las cifras de la abstención electoral (en cantidad) no significaría una mejora en la democracia, ni una solución a la crisis de representación, ni mucho menos aseguraría que no aumente la compra de votos.

Suacha, históricamente ha sido uno de los municipios donde la compra de votos ha sido el pan de cada día en época de elecciones. Basta simplemente con mencionar las elecciones de cualquier alcalde y/o concejal, para descubrir que detrás de los votos obtenidos que lograron su ascenso gubernamental, se encuentran regalos de navidad (para apoyar la candidatura de algunos alcaldes), tamales, subsidios (como el caso de Familias en Acción para presidenciales) y electrodomésticos (para el caso de algunos concejales). El aumento de la compra de votos sería una consecuencia negativa de la implementación del voto obligatorio, así como el aumento de relaciones clientelares de los políticos locales y nacionales, y sus respectivos partidos.

Los informes de la Registraduría General de la Nación, respecto de la participación electoral demuestran, que así como aumentó la participación de electores en las urnas para la segunda vuelta de presidenciales, también aumentaron los votos nulos. Para las presidenciales de 2010, hubo una cantidad de 2,065 votos nulos; para la primera vuelta del año 2014: 3.325 y, para la segunda, 4.164. Se evidencia que en la medida que aumenta la cantidad de sufragantes, asimismo aumentan los votos nulos. Podría ocurrir el hecho de que los ciudadanos voten de mal forma, y terminen anulando el voto, participando inconscientemente e incorrectamente, gracias a la obligatoriedad del voto; lo que por supuesto no fortalece el sistema democrático.

Otro de los posibles problemas presentes en la posibilidad de implantar el voto obligatorio sería la incapacidad institucional de afrontar económicamente y administrativamente esta medida. Para empezar, en la actualidad no hay un censo electoral claro en el municipio debido a la explosión demográfica y la ineficiencia administrativa. Si desde el año 2002 no se realiza un censo efectivo en el municipio, mucho menos sería posible implementar rápidamente un sistema biométrico de identificación, propiciando la corrupción en las elecciones. Por otro lado, esta falta de un censo actualizado, demuestra la incapacidad institucional del Estado, de la Registraduría General de la Nación y del municipio, para poder adelantar las elecciones de forma segura, legal y eficaz.

Por otro lado, si se implementara el voto obligatorio, una consecuencia directa sería el aumento del Umbral Electoral. Por un lado, fortalecería los partidos políticos más poderosos como el Conservador, el Liberal, Centro Democrático, etc., en la medida que pueden contar con una base electoral mucho más amplia en comparación a otros partidos. Por otro lado, afectaría los mecanismos de participación ciudadana. Para el caso del municipio, un caso a evaluar sería el del concejo municipal. Este, está conformado actualmente por 2 concejales del partido VERDE; 2 de CAMBIO RADICAL; 3 del LIBERAL; 4 de la U; y de AFORVIDES, POLO, AICO, CONSERVADOR, MIRA, OPCIÓN CIUDADANA Y ASI, cuentan con 1 concejal cada uno. Con la implementación del voto obligatorio los partidos, que si hoy tienen muy poca participación, podrían perder su único puesto en el concejo.

Asimismo, los mecanismos de participación ciudadana, para poder llevarse a cabo deben contar actualmente con una cantidad mínima de individuos; con la medida del voto obligatorio, podría aumentar este Umbral. Lo que se traduce en una mayor dificultad de llevar a cabo dichas acciones y conseguir los objetivos de la ciudadanía. Ejemplificando, acciones como el Cabildo Abierto que se pretendió llevar a cabo en Suacha sobre “Derecho a la Vivienda”, y los demás que se han realizado durante el año 2014, serían mucho más difíciles de realizarse por la cantidad tan grande de participantes.

Consecuencias en estos y en otros planos, existirían muchas. Que sea ventajoso implementar el voto obligatorio en el país es muy cuestionable, tanto a nivel teórico como nivel práctico. Afortunadamente, hasta el momento se mantiene sellada la posibilidad de implementar el voto obligatorio en el país, porque la crisis democrática y de representación que actualmente atraviesa el sistema político no se resuelve por medio de estas medidas, esas son otras discusiones.

Jefferson Cruz M.
Twitter: @_Maquiavelisimo

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