Se realiza diligencia de verificación de obras ilegales en Maranatha II

Lo que en un principio fue pensado como un proyecto urbanístico de propiedad horizontal conformado por 540 apartamentos organizados en 15 torres, la empresa contratista encargada del levantamiento del conjunto sólo alcanzó a construir cinco porque entró en problemas jurídicos y se vio obligada a suspender las obras.


Partiendo de este motivo, la firma contratista resolvió entregar a quienes habían invertido en su proyecto los apartamentos que se alcanzaron a edificar. Las personas que adquirieron las propiedades tuvieron que asumir durante años gastos millonarios como pagos de impuestos para poder suministrar todos los servicios necesarios a Maranatha II.

Sin embargo y a pesar del constate trabajo de algunas personas para mejorar las condiciones de vida de los residentes del conjunto, el predio presentó una serie de problemas inmobiliarios que se prestaron para que el entonces abogado de la Junta de Acción Comunal vendiera de forma irregular los derechos litigiosos a Juan Adelmo Montenegro, quien hoy alega ser el dueño del predio y es señalado de abusar de la comunidad que lo habita.

Se completaron dos años de insistentes gestiones por parte de la expresidenta de la JAC de Maranatha II, Blanca Mateus, quien acudió a todas las herramientas jurídicas que tuvo a su alcance para evitar que el predio quedara en manos de Montenegro, puesto que el uso que estaba dando al mismo aparentaba ser cada vez más irregular y representar un peligro para la comunidad, al tiempo que se esperaba ser obtenido por la Asociación Nazarena de Vivienda (Asonavi) para reanudar la construcción de la propiedad horizontal.

“Se ha denunciado en diferentes medios y entidades, entre ellas Planeación, apoyo a la justicia, Procuraduría, Policía y todo apuntaba a que el trabajo debía ser realizado por la inspección de policía […] lamentablemente quien era el antiguo inspector no realizó su trabajo como se supone debería de hacerlo y permitió que a pesar del statu QUO interpuesto sobre el lote, el señor Montenegro siguiera construyendo sus obras de forma ilegal, mientras no dejaba de perjudicarnos”, manifestó la líder.

Un residente del conjunto, que prefirió reservar su nombre por cuestiones de seguridad, explicó: “Durante el tiempo en que Adelmo administró el lote fueron varios los conflictos e inconvenientes que generó para la comunidad de Maranatha II, en repetidas ocasiones expuso la integridad de todos y con frecuencia se encargó de violar nuestros derechos como propietarios, al tiempo que vendía el predio por lotes, estafando a personas que pretendían invertir sus recursos en la compra de un hogar”.

El 21 de abril del año en curso se realizó la diligencia de secuestro del predio por parte de la inspección primera de policía, por petición de Asonavi y la comunidad de Maranata. El resultado de la diligencia obligó a dejar el lote en Statu QU, sin embargo quien alegaba ser el propietario continuó realizando obras y vendiendo la extensión por lotes.

Tras la obstinación de la comunidad por encontrar solución a todos los conflictos generados, se optó por llevar el caso a conocimiento del concejo municipal, después de un debate desarrollado en el mismo, se decidió apoyar y apresurar el proceso de expropiación para al fin solucionar el problema inmobiliario y jurídico del predio.

“Después de más de dos meses de establecido el statu Quo, y tras el insistente trabajo de la comunidad, al observar las acciones del señor Montenegro se llevó a cabo la diligencia de verificación de urbanismo, en la que se especificó el estado ilegal de todas las obras levantadas por el señor en mención; una vez definido el estado de cada edificación se procederá a sellarlo para efectuar las acciones jurídicas necesarios y su posterior demolición”, puntualizó Víctor Medina, agente liquidador de la Secretaría distrital del habitad de Bogotá.

Ahora que está determinada la ilegalidad de todas las obras construidas sobre el predio, aún queda un plazo de 6 meses para poder establecer todos los argumentos y documentos que permitirán el levantamiento de todas las obras y la entrega del predio a la constructora Asonavi. La emoción y agradecimiento de la comunidad que estuvo pendiente durante la jornada fue un actor importante durante el desarrollo de la diligencia.

“Me alegra mucho porque ya habíamos esperado bastante a que esto pasara y que pasara para bien, porque llegó un instante en el que ya no sabíamos a donde más recurrir. Estamos viendo el trabajo del nuevo inspector primero de policía y lo vamos a resaltar, gracias a su inmediatez, sólo nos queda desearle que siga ese trabajo honesto y profesional que la ley les exige a ellos”, concluyó la presidenta de la JAC.

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