Trabajando para rescatar a las personas de la droga y el alcoholismo

Una historia de vida ocurrida en Medellín durante la época de Pablo Escobar fue el motor que ayudó a forjar esta fundación, que a lo largo de 13 años se ha dedicado a trabajar para ayudar a las personas que han caído en las drogas y el alcohol, ofreciendo alternativas y herramientas para que puedan superar este episodio de sus vidas y renacer para servir a la sociedad.


Dicha historia es la que cuenta Diego Bustamante, un Psicoterapeuta que vivió en carne propia el auge del narcotráfico, los combos, el sicariato y todos los fenómenos derivados de las acciones del Cartel de Medellín. A partir de su propio testimonio, esta persona se ha propuesto ayudar a otros que al igual que él, por diferentes circunstancias terminaron bajo la sombra de la droga y el alcohol, buscando que ellos logren superar ese flagelo y se reincorporen a la sociedad para que vuelvan a tener una vida digna y ayuden a otros de la misma manera en que ellos fueron ayudados.

Bustamante es el Director de la Fundación Formación Integral Diamante, él le contó a Periodismo Público.com su experiencia de vida, el trabajo realizado con la fundación, la gestión que ha hecho hasta el momento en Soacha y lo que quiere seguir haciendo para que cada vez menos personas sean sometidas a los perjuicios de las drogas y el alcohol:

Periodismo Público.com: ¿Cómo se constituyó la fundación y cuál es el trabajo que realiza?

Diego Bustamante: El objetivo claro que tiene la fundación es ayudar a las personas que tienen problemas con el alcoholismo, la drogadicción y otras adicciones. Nosotros nos constituimos como entidad en el año 1999, basando nuestro trabajo en lo que fue el dolor causado para los familiares de las personas que integramos la fundación, pues todos nosotros hemos tenido un ser querido con problemas de drogadicción o de alcoholismo y hemos visto cómo se destruyen a través de este tipo de problemas, por eso quisimos darle una solución efectiva y eficaz a esto. Fue así como nos unimos para ayudar en este tipo de procesos.

PP.com: ¿Cómo se ha desarrollado el trabajo de ustedes durante estos 14 años?

D.B: Al principio iniciamos con la iglesia católica en la ciudad de Bogotá, dando testimonio de conversión, ya que soy terapeuta reeducador, es decir, fui drogadicto durante 10 años, participé en los combos de la ciudad de Medellín y lamentablemente me crié en medio de sicarios y ladrones. A dos cuadras de mi casa vivía el señor Ricardo Prisco, lugarteniente de Pablo Escobar Gaviria y Carlos Alzate Urquijo, alias ‘El Arete’, también lugarteniente de Escobar. Estas personas del Cartel de Medellín fueron amigos míos, personas que compartieron conmigo en los barrios de la comuna nororiental de esa ciudad, donde prácticamente se gestó el brazo armado del cartel.

En torno a esto iniciamos dando testimonio en cada una de las iglesias, estuvimos trabajando con los ocho obispos que hay en este momento en la ciudad, las tres diócesis que existen actualmente y las cinco zonas pastorales. Paralelamente a este trabajo, empezamos a trabajar con la comunidad educativa, en cada una de las 20 localidades del distrito, y actualmente seguimos realizando esa labor, en el marco de un trabajo mancomunado con la Mesa Distrital de Orientadores Escolares, es decir, todos los colegios distritales de Bogotá.

En el caso de Soacha, hemos trabajado con el profesor John Faiber Garzón y los colegios de Ascopris (Asociación de Colegios Privados de Soacha). A pesar de que hemos querido seguir sirviendo a la comunidad educativa, nos ha resultado complicado hacer enlace con la Secretaría de Educación del municipio, pero igual estamos a disposición, en el momento en que nos llamen para servir, teniendo en cuenta que esta es una actividad sin ánimo de lucro.

PP.com: Hay un valor agregado en el trabajo que realiza usted con la fundación, pues vivió en carne propia esta experiencia, y eso ayuda a que las personas que están en la fundación actualmente, conozcan de primera mano qué es vivir esto:

D.B: Ha sido una experiencia muy enriquecedora, porque no es lo mismo hablar desde el conocimiento técnico o profesional en un área, que vivir personalmente una experiencia como esta. Por ejemplo, en el tema de farmacodependencia, no es igual hablar desde la parte técnica, porque esta da algunos conocimientos, pero no toca la realidad de la persona. Cuando se toca la realidad de la persona y se siente lo que le está pasando, todos esos conocimientos técnicos desaparecen y uno empieza a trabajar de corazón a corazón, entonces es algo 100% efectivo.

Las personas que llegan con un problema como este no necesitan únicamente una receta médica, sino quien los entienda y quién los valore, alguien que reconozca que verdaderamente están allí no porque quieren, sino porque contrajeron una enfermedad psicológica y espiritual, y que por más que han buscado la manera de salir, no han podido. Actualmente podemos contar que tenemos más de 50 personas que han salido de problemas de alcoholismo y drogadicción, a través de los procesos que nosotros realizamos, buscando siempre hacer algo por los demás.

PP.com: Esa experiencia que ustedes han logrado acumular en Bogotá, quieren replicarla en otros municipios, en este caso estamos hablando de Soacha y un trabajo que se ha adelantado con los colegios privados, ¿cuánto tiempo llevan en esta labor?

D.B: En Soacha estamos trabajando más o menos desde el 2003 o 2004, el enlace que hicimos con el profesor Garzón fue a través de los medios de comunicación y de Óscar Barrera, que es nuestro representante en las redes sociales de la fundación. Ingresamos a Soacha y realizamos un primer sondeo, en el que estuvimos dictando conferencias con docentes de cada institución educativa de Ascopris. Hicimos una muy buena labor, sin embargo sólo pudimos realizar una actividad con ellos.

Lo que queremos hacer ahora es tomarnos el municipio de Soacha y poder servir a la comunidad tan vulnerada que vive allí, a través de las instituciones educativas. ¿Cómo hacerlo?, la fundación ha conseguido los recursos para poder ayudarles en tres acciones específicas. La primera es la escuela de padres, que no tiene costo para las instituciones educativas, aunque sí se debe cubrir los costos de desplazamiento y la papelería.

La segunda actividad es formación profesional en farmacodependencia para los docentes, que tampoco tiene ningún costo para las instituciones educativas. La tercera actividad consiste en terapias en línea a través de internet, de esta manera vamos a ayudar sin costo a las personas que soliciten este tipo de servicio, lo que significa que una misma persona puede consultar las veces que sea necesario en su correo electrónico para que vea cómo superar su problema, pues la fundación está en disposición de ayudarles hasta que solucionen su situación. Con estos servicios vamos a llegar a la comunidad de Soacha.

PP.com: Para este trabajo que ustedes quieren realizar, ¿qué tipo de alianzas requieren y cómo se pueden materializar para que más personas se beneficien?

D.B: Lo que hemos logrado hasta el día de hoy ha sido llegar a través de programas de prevención a más de cinco millones de personas. Las alianzas son fundamentales, llevamos más de 4000 tratamientos para las familias de bajos recursos, entonces las hemos realizado con la iglesia católica antes que nada, aunque también está la iglesia cristiana y la Secretaría de Educación, a través de la Mesa de Orientadores. Toda entidad pública o privada que desee hacer una alianza con la fundación, lo puede hacer partiendo del principio de que este trabajo es sin ánimo de lucro, pues todas nuestras utilidades son reinvertidas en labores sociales. Estamos buscando un acuerdo con la Secretaría de Educación de Soacha para poder prestar este servicio. De igual manera, si las Juntas de Acción Comunal se quieren unir a este tipo de propuestas, pues entonces unamos nuestras manos por el beneficio de la comunidad.

Tenemos tratamientos virtuales o presenciales que van desde $400 por día, por eso, si pudiéramos aliarnos con muchas personas, podríamos lograr muchas cosas. No estamos pendientes de cuánto podemos ganar económicamente, sino de cómo pueden ganar las personas para que salgan de este flagelo y se puedan resocializar.

La idea de la Fundación es encontrar apoyo y patrocinio para cubrir los costos de desplazamiento de las personas que ingresan a tratamiento, aunque también se busca quién pueda aportar con un sitio para realizar las terapias, así como personas o empresas que ayuden a comercializar determinados productos. Como lo dijo el Director de la entidad, “es cuestión de voluntad”, por eso aquellas personas que deseen apoyar el tratamiento de quienes padecen con la drogadicción y el alcoholismo, pueden hacerlo con un aporte de $12.000 mensuales.

Para ello, los interesados se pueden comunicar con Diego Bustamante al celular. 311 2494516, o al correo: diegoalejandrobustamante@hotmail.com. Igualmente, lo pueden hacer con la fundación, a través del correo. ffidiamante@hotmail.com.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp