Transmilenio, ¿solución o problema?

Esta breve reflexión fue difundida por las redes sociales el 4 de marzo del presente año. En esta ocasión se hace gracias al espacio generado por www.periodismopublico.com para difundir justamente la opinión pública de los ciudadanos y respaldar un artículo aparecido en este mismo portal “TM Soacha ¿Ilusión o frustración?” para mostrar que la inconformidad no es de unos cuántos ciudadanos, ni mucho menos que es una protesta aislada.


Luego de una espera que se prolongó por espacio de más de 10 años para poner en servicio el TM de Soacha, de sobrecostos multimillonarios en el valor final de la obra, de una miope proyección en los cálculos de la demanda, de un equipamiento del tamaño de los cerebros que lo proyectaron, de la estoica y conformista paciencia de los usuarios, de los inescrupulosos abusos de los empresarios del transporte local, de las losas que ya empezaron a mostrar su pésima calidad y rápido deterioro, del reducido número de articulados que pretenden movilizar más de cien mil usuarios día, han sido más los problemas que generó el servicio que la solución a los que tenía proyectado resolver.

Se ha vuelto una noticia común y nada preocupante el frecuente bloqueo al sistema a causa de la pésima calidad del servicio como consecuencia de la continua modificación de las frecuencias y destinos, por la escasez de vehículos, por la insuficiencia de la capacidad de las estaciones para una población en constante crecimiento, por los cambios en el valor de las tarifas, por la ausencia de rutas alimentadoras, por la ventas ambulantes que ya son permanentes, por los robos, por el abuso que ejercen sobre las mujeres los hombres que padecen largos periodos de abstinencia o traumas sexuales, por la indiferencia hacia los usuarios en situación de discapacidad o de maternidad, por los conflictos y agresiones provocados en el infernal hacinamiento, por los microscópicos tableros de orientación y rutas que obligan a los usuarios a verlos literalmente en “cuatro patas”, por la pésima ubicación de entradas y salidas que dificultan el ingreso o la salida, por la ausencia de equipos de primeros auxilios ante una eventual necesidad y las largas colas de los usuarios expuestos al sol, al agua y el sereno para adquirir las tarjetas para poder viajar.

Cuando mucho, tales hechos tan solo han servido para ser tema de crónicas de los noticieros que solo buscan aumentar sus rating de sintonía sin que ellas tengan ninguna traza de denuncia de la precariedad e indignidad del servicio que se presta.
Paradójicamente, la nueva y creciente problemática que ha venido surgiendo dentro del sistema con el correr de los días, ha logrado ser opacada o minimizada por la rapidez con que los usuarios llegan a su destino luego de una verdadera batalla de codazos, empujones, de agresiones verbales y atropellos que en cualquier momento pueden tornarse en problemas más graves en los que brilla por su ausencia de la autoridad y la intolerancia de los ciudadanos.

Mientras la inconformidad crece entre los sufridos usuarios en proporción aritmética, las utilidades de los empresarios de TM crecen exponencialmente, mientras la necesidad de transporte rápido de los usuarios reduce sus menguados ingresos, los bolsillos de los empresarios no paran de llenarse, mientras los usuarios chocan entre ellos, se enfrentan entre ellos, se agreden y se ofenden al extremo entre ellos, los empresarios del transporte TM se solazan, se burlan y se ríen entre ellos.

angelhumbertotarquino@yahoo.es

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