Tres bandas delincuenciales se dividen el territorio de Soacha
Como si se tratara de una torta o un ponqué de cumpleaños, los grupos delincuenciales que actúan en Soacha se dividen el territorio municipal para delinquir, vender droga y hacerle frente a las autoridades. Aunque la Policía desarticula bandas y captura a sus integrantes, los microtraficantes utilizan niños y menores de edad con el fin de evadir la persecución.
El panorama delincuencial en Soacha es aterrador y las mismas autoridades reconocen que los delincuentes se dividen el territorio municipal, especialmente para vender droga. La Policía sabe que hay tres grandes bandas que utilizan niños, niñas y adolescentes para distribuir estupefacientes, concretamente en las comunas uno, cuatro y seis.
Según el coronel Necton Lincon Borja, comandante de la Policía Cundinamarca, los Compas actúan en la comuna uno, las Paisas en la cuatro y los Lagartos en la comuna seis.
“Así se tienen dividido el mercado del microtráfico en Soacha. Ellos pretenden instrumentalizar a los niños de la zona para que sean los que se encarguen de distribuir los estupefacientes en algunas líneas estratégicas”, recalcó el oficial.
El problema es que la presencia de estas poderosas bandas delincuenciales afecta directamente a la población civil, no solo en la venta y consumo de drogas, sino en atracos, robos, secuestros y hasta asesinatos.
“Aquí es normal la venta y el consumo, y la verdad la Policía casi no pasa para que controle eso. Cuando voy a recoger a mi hijo al colegio, el olor es impresionante y los vendedores se hacen descaradamente por el lado de la cancha para acechar a los estudiantes”, denunció un habitante de Compartir.
En el sector del Chicó, en la comuna seis de Soacha, sus habitantes también denuncian la presencia de bandas delincuenciales que controlan la venta de las drogas. “El problema es que le venden bazuco y otros alucinógenos a grupos de muchachos que después de consumir atracan a la gente y les roban las pertenencias”, sostuvo una habitante de la zona.
Combatir la delincuencia no es fácil, porque como lo asegura el comandante de la Policía Cundinamarca, los uniformados atacan en un lado y ellos se trasladan para otro, y siempre tienen los denominados “campaneros” que son los que se encargan de vigilar que no haya policías en la zona.
Pero el problema más difícil para las autoridades es el vacío de la legislación colombiana o la interpretación de la Ley para los jueces de la República, ya que muchas veces la Policía dura hasta seis meses haciendo seguimiento, recolectando pruebas y arriesgando la vida para capturar delincuentes y desarticular bandas, y en pocos días los jueces los dejan libres.
“Ese es el problema, que la Policía los captura y al poco tiempo los delincuentes quedan en libertad. Desafortunadamente por la legislación de nuestro país se terminan rearticulando esas organizaciones criminales”, finalizó el secretario de gobierno, William Mayorga.
Foto interior: Noticias RCN
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