Votar o no botar

Con pesadumbre quedé después de ver los resultados de la primera vuelta para las elecciones presidenciales y con “dolor de patria” como decían los abuelos. Pensé que la reacción de los ciudadanos sería diferente al sentir, al vivir , al ver la situación que cada uno esta viviendo; las movilizaciones de campesinos, de habitantes de los territorios que están siendo afectados ambientalmente por los intereses económicos nacionales y extranjeros, por las largas y extenuantes jornadas laborales, en especial en los sectores más deprimidos, por los contratos de trabajo a meses o días bajo el esquema de prestación de servicios o por labor, la pérdida del derecho a una pensión de muchas personas mayores de 60 años a causa de una ley expedida en el año 2010 y que decir de la Salud que esta de “muerte” y con ella la de todos los colombianos que morimos porque para el sistema generamos mayores ingresos, la politización de la justicia y de los entes de control.


Creí que con esto cada ciudadano pensaría, pondría atención a cada una de las propuestas de los diferentes candidatos, incluyendo el voto en blanco y analizaría cual era la mejor opción para resolver algunos de los problemas cotidianos que vive. Pero tristemente no fue así, quedaron dos candidatos que representan la misma élite política que nos viene gobernando desde hace más de cien 100 años, que usan las mismas tácticas y prácticas politiqueras.

Las campañas políticas en Colombia en los últimos años, buscan perversamente para el ciudadano “la polarización” entre la guerra y la paz, entre el miedo y la tranquilidad; en medio de ataques, de traiciones, del que grite más, del que ofrenda más y con esto se pierde la capacidad de análisis individual de cada persona de las propuestas y tomar así una decisión conciente. Me pregunto al ver el comportamiento de los posibles Presidentes, ¿qué ejemplo están dando a la sociedad? Como decían los antiguos “el ejemplo cunde”, ¿están estos contribuyendo al ambiente violento de nuestra sociedad? Creo que sí.

Leí alguna vez, los poderosos te quitan tus derechos fundamentales y luego ofrecen devolvértelos poco a poco y así tienen a la sociedad en un círculo vicioso entre pérdida y restitución de derechos y con ello una “clientela política” permanente. Y qué decir del “subsidios y más subsidios” que en lugar de ayudar realmente a la sociedad, la convierte en dependiente del estado y de sus políticos. Hábil juego en el que sale perdiendo el ciudadano.

Duele ver que en la víspera de las elecciones de primera y segunda vuelta, los ciudadanos están más preocupados por conseguir las monas y los partidos del mundial que en preocuparse por las propuestas de los candidatos.

Otra pregunta: ¿ Es tan exitosa la estrategia de los medios de comunicación, que representan intereses económicos y de las tales “encuestas” para que el ciudadano ya tenga definido por quién votar?.

En la presentación del libro “Paz sin engaños” se hace un planteamiento sobre que en Colombia hay dos clases de violencia, la de las armas y la Violencia Sutil, y creo que esta última es la que sufre cada colombiano, sabe que algo esta mal pero no logra identificar claramente qué es lo que sucede y está en la pérdida de derechos como la paz, la vida, el trabajo justo, la aplicación de justicia, no acomodada a lo económico o a lo político, sino en verdadero derecho, a una pensión, a ser protegido no agredido por la fuerza pública, a la protección del medio ambiente.

Ciudadanos empiecen a reflexionar en estas y en las siguiente elecciones y dejen de permitir ser manipulados, tomen sus decisiones a conciencia, sean ciudadanos activos, participen en la construcción y control de su país COLOMBIA maravillosa con gente trabajadora, alegre, rica en cultura, en música, en paisajes, en diversidad.

Porque sólo se ama lo que se conoce. Voten y eviten botar su poder como ciudadanos.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp