Cara y sello de Transmilenio en Soacha

Inconformidad y decepción son palabras que agrupan los sentimientos de buena parte de los usuarios de Transmilenio en Soacha. Sin embargo también hay personas que consideran que el sistema ha mejorado los tiempos de desplazamiento y las condiciones de vida de los habitantes del municipio.


Las dos caras de la moneda son la muestra de las inconsistencias del sistema desde que el viernes 27 de diciembre de 2013 comenzó operaciones en el municipio de Soacha. Inicialmente fueron 18 articulados con las rutas E43 y G43 los que rodaron entre la estación San Mateo y el CAD en Bogotá.

Finalizado el puente de Reyes de enero de 2014, Transmilenio puso al servicio las rutas E44 y G44, entre San Mateo y Simón Bolívar; el lunes 13 del mismo mes se habilitó la conexión entre la NQS y la calle 26, hecho que permitió extender la ruta K43 – G43 hasta Corferias.

Pero siete semanas después de la inauguración, el sistema colapsó y fue necesario un plan de choque para evitar contratiempos con los usuarios. Se anunciaron posibles soluciones como adelantar una hora el inicio de la operación, aumentar el número de articulados y ampliar las estaciones.

El lunes 10 de marzo Transmilenio inició operaciones a las 4:00 a.m., decisión que ayudó a descongestionar el sistema en horas de la madrugada. Dos meses después, el jueves 22 de mayo, entraron a operar las rutas G45 y G46 hasta el Portal del Sur.

Los cambios en el sistema continuaron para evitar protestas y bloqueos por parte de los usuarios, quienes reclamaban más buses y exigían respeto de la empresa, por eso el lunes 29 de septiembre la ruta K43-G43, cuyo recorrido hasta ese momento era Soacha-Corferias y viceversa, amplió su recorrido hasta el Portal el Dorado.

Si bien es cierto la ampliación de rutas ayudó a mejorar el servicio y el beneficio para los usuarios fue mayor, las congestiones continuaron, por eso el jueves 23 de octubre se adjudicó la ampliación de las estaciones de Transmilenio en Soacha, por un costo que supera los 8 mil millones de pesos.

Pero la evolución del sistema en su primer año de servicio en Soacha ha resultado insuficiente para la cantidad de pasajeros que día a día necesitan transportarse hasta la capital colombiana. “No es suficiente porque las estaciones quedaron muy pequeñas y faltan los buses biarticulados”, dijo Edilberto Bogotá, residente en la comuna dos.

Otro de los problemas es haber inaugurado el sistema sin el servicio de alimentación, hecho que ha obligado a los usuarios a pagar doble pasaje para poder acceder a los articulados. “El problema es que somos nosotros los directamente perjudicados. En Bogotá no inauguran una troncal sin el servicio de alimentación, pero como estamos en Soacha, todo se vale”, agregó Martín Pinilla, residente de la comuna seis.

Y como si fuera poco, las autoridades distritales y departamentales, en conjunto con la policía, decidieron cerrar uno de los carriles del sistema los domingos y festivos para darle paso al tráfico mixto, con el agravante que es al municipio al que le toca reparar las losas.

Lo cierto es que aún falta mucho por mejorar en el sistema, y se espera que el servicio de alimentación se adjudique lo más pronto y que las estaciones se amplíen y adecúen en el menor tiempo posible.

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