Comunidad de Villas de Santa Rosa propone alternativas para mejorar seguridad en el barrio
Hasta hace un tiempo este barrio de la comuna dos era uno de los más tranquilos del municipio, pero últimamente el sector se contagió de la inseguridad que acecha a Soacha, hasta el punto que en sus calles se presentan atracos a plena luz del día y sus viviendas son blanco de los ladrones.
Cuentan sus habitantes que la tranquilidad se perdió y ahora es frecuente ver pasar grupos de jóvenes que se dedican a observar a quién pueden robar y qué casa pueden saquear, lo que indica que la inseguridad está tomando fuerza. Los delincuentes están haciendo de las suyas y con sus artimañas están generando pánico en el sector, tanto así que se entran a las viviendas sin que los residentes se den cuenta. Tal es el caso de la señora María Eugenia Rojas, quien fue víctima de un robo dentro de su vivienda.
“Subí a las 6 y todo estaba bien, eché doble llave, salí, cerré una ventana, y cuando volví a subir, ya no estaban unas canecas de pintura que compramos, habían forzado las chapas, no se llevaron mucho pero el miedo es que vuelvan porque allá arriba hay más cosas”, declaró Rojas, manifestando además que no es la única vez que le ha sucedido, sino que hace poco también estuvo a punto de enfrentarse con unos ladrones.
“Se alcanzaron a entrar, pero nosotros nos dimos cuenta y ellos salieron corriendo, aunque uno no sabe si de pronto habrán venido armados y por eso es el susto y el temor de que nos hagan algo”, aseguró la habitante, quien también mencionó no estar conforme con la labor de la Policía, al ver cómo ellos mismos requisan a quienes portan armas y se las quitan, pero no hacen algo más por evitar estas situaciones.
Otra de las denuncias hechas por los habitantes de Villas de Santa Rosa es la presencia de jóvenes de barrios vecinos que utilizan el espacio del parque como sitio de encuentro. Dice la comunidad que se reúnen hasta cuatro y cinco veces diarios, y que muchas veces se alcanzan a agrupar hasta 20 muchachos que causan desconfianza entre los residentes.
Propuestas
La comunidad propuso la instalación de una cámara en el sector de la bahía del barrio, a un costado de la deteriorada cancha múltiple. Durante el tiempo que estuvo el anterior Secretario de gobierno se gestionó su instalación, pero el funcionario fue relevado y todo quedó en una simple propuesta.
“Tengo un cable que se nos dio en esa ocasión, pero nos dijeron que debíamos ponernos de acuerdo con el técnico, estábamos en ese trámite cuando el Secretario de ese entonces entregó el puesto y ni cámara ni alarma nos trajeron; ahora estamos yendo de nuevo para ver qué podemos lograr”, indicó el Vicepresidente de la JAC, Fernando Camargo.
“Propongo más vigilancia y más presencia por parte de la policía, y por parte de nosotros aumentar también la colaboración para no permitir que sucedan cosas que nos afecten”, dijo Elizabeth Bacca, residente de la zona, y quien afirmó además que en ocasiones sí se hacen jóvenes a consumir drogas en sitios públicos, generando mal ejemplo para los niños del sector.
No obstante, se planteó la creación de un frente de seguridad comunitario que patrulle especialmente en horas de la noche, pero falta un apoyo más efectivo de la policía, que si bien tampoco ha descuidado de manera total la zona, sí permite que sucedan situaciones que colocan intranquilos a los vecinos. De otro lado, el problema también se presenta por la falta de iluminación de las zonas comunes, deficiencia que contribuye a que los delincuentes elijan estos sitios para cometer sus fechorías.
“Le estamos pasando la solicitud a Sociluz para que instale también lámparas aquí porque la iluminación está bien en algunas partes, pero es muy bajita y no se ve casi nada en otras”, puntualizó el Vicepresidente, expresando su preocupación también porque existe un lote que contribuye a que estas situaciones se compliquen más, debido a que su dueño no le hace el mantenimiento adecuado, convirtiéndose en uno de los espacios predilectos para los malhechores.
“También es el problema de los zancudos y mosquitos, tengo familia acá y a veces vengo y me quedo, ellos me cuentan que por momentos los zancudos no dejan dormir y sí me he dado cuenta, sería como encerrarlo o poner unas cercas”, indicó Javier Malagón.
“Las novenas son como lo único bueno que se hace en ese lote, nos reunimos y es un buen ambiente porque se comparte, lástima que así no sea todo el resto de año, y del dueño, ni idea”, agregó Lizeth López, una habitante que transitaba por el lugar.
Las anteriores son algunas propuestas que la comunidad tiene, pero que necesitan del acompañamiento de las entidades correspondientes para que no se queden en el aire. El barrio conserva sus aires de tranquilidad, pero si no hay estrategias para bloquear las problemáticas, se acentuarán cada vez más las inconformidades y disminuirán las propuestas por parte de los ciudadanos.
Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp