En Colombia se castiga pensar y actuar diferente

Diferentes actores políticos y sociales nos han demostrado que en Colombia se castiga al que piensa y al que actúa diferente. Gracias a las medidas del señor Procurador Alejandro Ordoñez, muchos incautos e ignorantes consideran un pecado o un delito ser homosexual, ser negro, ser mujer, ser indio, ser pobre, ser desplazado y en general todo lo que no esté dentro de los parámetros de Tradición, Familia y Propiedad privada; convirtiéndose estas minorías inmediatamente en “objetivo militar” de este grupo de fanáticos que veneran a su gran líder Adolfo Hitler, hoy encarnado en el Procurador General de la Nación.


Desde su llegada a este cargo, creado por la Constitución del 91 para defender los derechos de los colombianos, su accionar no ha sido otro sino la de encubrir a los delincuentes y perseguir a todos los que considera hombres pecaminosos, que atentan contra la propiedad privada, la apropiación de los recursos públicos para intereses personales y la permanencia de la plutocracia que ha dominado a este país durante toda su existencia.

Contrario a los postulados de libertades y derechos, consagrados en la Carta Magna del 91, el señor Procurador Alejandro Ordoñez ha puesto al servicio de las mafias de la contratación una entidad que persigue a todos aquellos que han intentado democratizar el capital y erradicar esos aberrantes contubernios que se han conformado históricamente para apropiarse del erario en beneficio de una persona o un grupo de personas.

El señor Alejandro Ordoñez, Procurador General de la Nación, en un concubinato que no quiere aceptar públicamente, se ha convertido en el sirviente y defensor del llamado “señor de la tinieblas” que gobernó a Colombia por 8 largos y ensangrentados años; ha puesto al servicio de una fábrica del mal lo concerniente a la defensa disciplinaria y jurídica de los allegados al “innombrable” para así garantizarle su escaño en el Congreso de la República y a otros más de sus malhechores cómplices en esta sin sentido guerra por el presupuesto nacional; tras su llegada al Senado se espera que el señor Uribe haga lo mismo que hizo con los malhechores Paramilitares, aliados en sus dos campañas electorales para la presidencia, extraditarlos para Estados Unidos para evitar que denuncien ante la Fiscalía a los cómplices políticos y financiadores de la horda del mal; la apuesta es que a todos los que ha encubierto desde la Procuraduría para garantizar los votos regionales, tras el triunfo electoral él mismo los llevará ante los estrados judiciales para ser, por algún motivo loco y sin sentido, extraditados para que no puedan inculparlo por los actos que ha cometido, él o en tercera persona como es el caso del Procurador.

En los últimos días el Procurador Ordoñez lanzó temerariamente un ultimátum contra el Alcalde Mayor de Bogotá, lo destituyó públicamente, sin tener la autoridad para hacerlo; en su afán por cumplir con las órdenes de Álvaro Uribe se inhabilitó para ser la segunda instancia de un falló que desde hace mucho tiempo conocían los allegados a Uribe Vélez y las mafias corruptas de la contratación amigos de sectores políticos; todo esto sin contar que las multitudes saldrían a las calles y romperían el silencio que por años ha dominado al pueblo colombiano; millares de jóvenes, artistas,
recicladores, madres cabezas de familia y el general de los colombianos dejaron ver su indignación y en todos los rincones de Colombia se podían escuchar las voces de protesta que exigían respeto a la democracia.

El próximo 10 de enero se han vuelto a convocar todos estos seres humanos, que dejando de lado el color político y las ideologías han unido su fuerza y sus esfuerzos para estar en las calles gritando y exigiendo la renuncia del Procurador Ordoñez y el respeto de la democracia. Este 10 de enero los colombianos tendrán la oportunidad de reencontrarse; los verdaderamente demócratas, los amantes de las libertades, los defensores de los derechos, los animalistas, los ambientalistas, todos los que luchan dignamente por una causa, unirán sus banderas para hacer respetar la democracia.

El 10 de enero la cita es en la Plaza de Bolívar en el centro de Bogotá, pero en el lugar que se encuentre puede salir y dar un grito por la libertad.

Yo en la ventana de mi casa ya tengo pegado un cartel que dice: “NO PASARÁN” “NO MÁS CORRUPCIÓN” “NO MÁS GUERRA” “NO MÁS INQUISICIÓN”

@gabobenavidesb
Gabriel.benavides@etb.net.co

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