Expertos desmienten el mito de que no hay relación entre el colesterol y el infarto

A raíz de la polémica causada por la publicación del libro La verdad sobre el colesterol, del neumólogo francés Phillipe Even, que pone en duda la relación entre el colesterol y el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis). Expertos de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular aseguran que en las últimas cuatro décadas, el control de los niveles de colesterol en la sangre ha sido una de las principales estrategias de los cardiólogos para evitar muertes por infarto.


“Existe evidencia suficiente a nivel mundial de la relación entre el colesterol elevado y las enfermedades cardiovasculares. El control de los niveles de colesterol, conjuntamente con el control de otros factores de riesgo, una alimentación saludable y la actividad física regular, han demostrado una reducción significativa de la morbimortalidad cardiovascular”.

El texto, firmado por los presidentes de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y de la Fundación Colombiana del Corazón, fue la respuesta a la fuerte polémica causada por la publicación del libro La verdad sobre el colesterol, del neumólogo francés Phillipe Even, que pone en duda la relación entre este y el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis).

No es para menos: en las últimas cuatro décadas, el control de los niveles de colesterol en la sangre ha sido una de las principales estrategias de los cardiólogos para evitar muertes por infarto. Según Efraín Gómez López y Alexis Llamas Jiménez, presidentes de las dos organizaciones, dudar del daño que causan ciertos tipos de colesterol “sería un mensaje altamente perjudicial que podría traer consecuencias en la reducción de la protección cardiovascular que hemos venido por años recomendando a nivel mundial para la prevención secundaria de nuestros pacientes cardiovasculares”.

Los estudios en esta materia han tenido tanto impacto para la salud y la ciencia que en 1985 los doctores Joseph Leonard Goldstein y Michael Brown merecieron el Nobel de Medicina “por sus descubrimientos concernientes a la regulación del metabolismo del colesterol”.

Sin embargo, el daño que niveles elevados de colesterol causa al organismo es un descubrimiento mucho más antiguo. “En 1913, cuando aún no existían tratamientos para la arteriosclerosis, el patólogo y coronel del ejército ruso Nikolai Anichkov demostró, en experimentos con animales, que dietas altas en grasas producían placas de colesterol en las arterias, asegura el cardiólogo Luis Eduardo Echeverría, jefe del Servicio de Falla y Trasplante Cardiaco de la Fundación Cardiovascular de Colombia.

Echeverría añade que, posteriormente, el Estudio del Corazón de Framingham –un estudio poblacional patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos que se inició en 1948 y completó más de 50 años de seguimiento– estableció que la hipertensión y los niveles altos de colesterol aumentaban el riesgo de morir por eventos cardiovasculares.

El desarrollo de fármacos para tratar el colesterol tuvo sus primeros éxitos en la década de los setenta gracias al bioquímico japonés Akira Endo, reconocido como el padre de las estatinas, la familia de medicamentos que cambiaron la historia de la arteriosclerosis. Tal fue el impacto de sus hallazgos que en 2006 mereció el Japan Prize, una especie de Nobel en versión nipona.

Según el doctor Echeverría, “múltiples estudios clínicos en los últimos 30 años han provisto evidencia solida sobre el beneficio del control del colesterol. Una revisión reciente de 26 artículos (meta-análisis) con más de 170.000 pacientes, publicada hace dos años en la prestigiosa revista The Lancet, demostró que una reducción adicional de 80 mg/dL (miligramos por decilitro) del colesterol LDL (“colesterol malo”) en pacientes de riesgo, lograda con estatinas, disminuye los eventos cardiovasculares en aproximadamente un 40% anual”.

Ante una evidencia tan contundente, las guías de manejo de Estados Unidos, Europa, Canadá y Japón –por solo mencionar algunos países– recomiendan el uso de estos medicamentos para el tratamiento de los niveles elevados de lípidos.

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en Colombia y en el mundo, inclusive por encima de las muertes violentas. La adopción de hábitos como la nutrición saludable, el ejercicio regular, el abandono del tabaquismo y la adherencia a los medicamentos –únicamente cuando han sido recetados por el médico–, constituyen los pilares fundamentales de la prevención.

“Los estudios sobre colesterol y riesgo cardiovascular no son una farsa –puntualiza el doctor Echeverría–. Detrás de ellos hay científicos serios y brillantes que han consagrado,

estos sí, su vida a este tema. La hipotesis del doctor Even pone en entredicho el trabajo de estos pioneros de manera peligrosa, además de hacerlo en escenarios no adecuados para la discusión científica. Sus conjeturas colocan en tela de juicio la totalidad de la investigacion sobre factores de riesgo cardiovascular (hipertension, colesterol, diabetes y tabaquismo) que tienen, bases y metodología común, y cuyo descubrimiento cambió de manera profunda y para siempre la visión de la medicina moderna”.

Cómo ocurre un infarto?

La mayoría de los infartos del corazón son provocados por un coágulo que bloquea una de las arterias coronarias (las que llevan sangre y oxígeno al corazón). Esto en general se debe a la acumulación de placas de colesterol en las paredes de las arterias, lo que provoca su endurecimiento y aumenta el riesgo de formación de un coágulo de sangre que bloquea el flujo sanguíneo. Sin embargo, la simple acumulación permanente de estas placas puede, por sí misma, bloquear las arterias.

La evidencia científica ha demostrado la existencia de un tipo de colesterol bueno (lipoproteínas de alta densidad, HDL) y un tipo de colesterol malo (lipoproteínas de baja densidad LDL), responsables de la arteriosclerosis.

Otras estrategias preventivas son la dieta y el ejercicio.

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