Habla el alcalde José Ernesto Martínez Tarquino

Temas como su fe en Dios, los amargos días privado de la libertad, su motivación por regresar de nuevo a la alcaldía, el gabinete municipal, Transmilenio, el Cazucable, las obras de infraestructura y el corto tiempo que queda del actual periodo de gobierno, fueron algunos de los temas que el alcalde Ernesto Martínez quizo compartir hoy con la comunidad de Soacha.


¿Señor alcalde, su libertad se dio por vencimiento de términos o porque en el proceso lo declararon inocente?

Mi libertad primero se debe al respaldo de Dios y a ese “angelito” que es mi madre recientemente fallecida. Se produce por vencimiento del término para dar inicio a la audiencia de juicio, eso significa que ni he sido declarado inocente pero tampoco culpable. Sigue prevaleciendo el principio constitucional de inocencia y el proceso continúa, y la defensa tiene cómo demostrar a los órganos de justicia, que no he cometido delito alguno. No sobra recordar que en este amargo episodio ha habido mucha perversidad.

¿Usted ha dicho que el gobernador debe reintegrarlo al cargo, por qué tendría que hacerlo?

Porque fui elegido por el pueblo para un período que termina el próximo 31 de diciembre y la única razón para impedir que lo ejerza es que esté privado físicamente de la libertad. Recibí el beneficio de la libertad, y en consecuencia, es procedente mi reintegro al cargo.

¿Pero sigue o no vigente una medida en su contra?

Los fines de una medida de aseguramiento se desvirtúan cuando se decreta la libertad. El hecho de que en noviembre de 2010 se haya dictado una medida de aseguramiento no significa un fallo condenatorio, sino el uso de un instrumento para asegurar la comparecencia, evitar obstrucción a la justicia y proteger a la comunidad. En mi caso, esos tres fines están garantizados, aún con el regreso al cargo. Es más, siempre han estado garantizados estos tres objetivos de la justicia.

¿Por qué quiere regresar al cargo?

Porque fue la voluntad de Dios y de la comunidad que ocupara el cargo por cuatro años. De ahí la enorme responsabilidad que tengo con el pueblo que me eligió, y también con el resto de la población. Cuando fui suspendido del ejercicio del cargo, estaban en pleno desarrollo muchos de los proyectos que contempla el Plan de Desarrollo “Soacha para vivir mejor”, los cuales, encierran una verdadera transformación para mejorar la calidad de vida de los habitantes de esta ciudad. Cinco meses después, tengo la urgente necesidad de liderar la consolidación o la recuperación y realización de esos planes, para no ver destruidos los sueños de tanta gente.

Me refiero por ejemplo, al plan integral de seguridad y convivencia ciudadana de manera que la gente no siga viviendo ese drama diario de atracos, drogadicción, impunidad, impotencia, desconfianza hacia la autoridad y de una percepción tan alta de inseguridad. También es urgente mejorar la movilidad de los habitantes de Soacha, y en eso voy a concentrar muchos esfuerzos para recuperar la ruta que habíamos construido durante casi tres años. Por otra parte, el municipio hizo un enorme esfuerzo económico para dotar a la ciudad de un parque automotor y maquinaria para mejorar el estado de las vías, y eso hay que volverlo una realidad.

En materia educativa veníamos realizando una gestión histórica para dotar a Soacha de más y mejor infraestructura combinada con estrategias de calidad educativa, y eso también está por verse. La dotación de agua potable y saneamiento básico en muchos sectores del municipio, no da más espera. No se puede concebir un progreso social o humano, sin hacer efectivos los derechos a tener una ciudad dotada de la infraestructura y las condiciones de una vida digna, y por eso hay mucho por hacer en el plano de los programas sociales, de generación de empleo y de transformación física y cultural del municipio.

¿Qué opinión tiene acerca de la gestión de los alcaldes encargados mientras usted estuvo suspendido?

Lo primero, es que construiremos sobre lo construido. Sin embargo, creo que el balance es que fueron cinco meses de enorme impacto negativo para la comunidad, dado el bajísimo nivel de avance de los planes contemplados en el plan de desarrollo. Creo que el foco de atención estuvo en otros aspectos distintos al desarrollo integral del municipio.

¿Va a recomponer nuevamente el gabinete?

Teniendo en cuenta el escaso tiempo que queda y la responsabilidad que tenemos de hacer realidad los sueños de la gente, haremos lo estrictamente indispensable para que el equipo de gobierno con el que aspiro a terminar mi período gubernamental, en el momento que yo reasuma, debe tener pleno conocimiento de los proyectos que están en marcha, y también debe conocer en detalle los planes que aún no se han podido desarrollar y además es importante que hayan estado palpando el sentir de la comunidad. A ese equipo, vamos a definirle y a exigirle unos objetivos medibles continuamente, de manera que como resultado de un trabajo organizado, intenso y consagrado, al final la comunidad salga bien librada. Es decir, va a ser un compromiso serio de todo el equipo con unos resultados y una buena atención a las necesidades de la gente.

Es importante agregar que al interior de la administración hay que culminar todo lo concerniente a la modernización y elevación de la eficiencia de todas las dependencias de la administración, para lo cual, es indispensable que los directivos conozcan bien los antecedentes de esa gestión en marcha.

¿Está enterado de una iniciativa tendiente a detener la construcción de nuevas viviendas en el municipio, hasta tanto no se resuelvan los problemas de redes de servicios públicos y de movilidad?

Lo primero es que noto un bajo nivel de conocimiento y profundización en estos temas. La falta de redes, las malas condiciones de movilidad, la inseguridad, la pobreza, y en general la baja calidad de vida, que predomina en Soacha, es consecuencia de la mala gestión de quienes tuvieron la responsabilidad de evitarlo, y en cambio, permitieron un crecimiento caótico y desordenado del municipio. En todo ese pasado primaron los intereses individuales sobre los de la comunidad. Ahora, en este gobierno es que se han empezado a enderezar las cosas, y cada paso que hemos dado, han tenido como regla general, la prevalencia del interés público, de manera que este territorio se desarrolle en forma ordenada, armónica, con dotaciones adecuadas de servicios públicos, y bajo la alianza público-privada hemos despegado hacia la ejecución de obras que suplan necesidades, tales como: vías, colegios, organismos de salud, parques, supermercados, etc. Con esa inversión privada además se está generando empleo y mejores condiciones de vida, no sólo para los nuevos habitantes sino para los ya existentes. Pero eso no nos exime de la obligación de ser inflexibles con los que promuevan las nuevas viviendas, en tanto, ellos no deben olvidar que deben ser aportantes en otros aspectos al progreso del resto del municipio.

¿Frente a la ola invernal y los problemas de reubicación de familias que habitan en las laderas, cuál es el reto?

El gobierno nacional y el gobierno departamental hicieron unos ofrecimientos concretos para la construcción de más de 700 soluciones de vivienda, esperamos que lo conviertan en realidad muy pronto. En cuanto tiene que ver con la responsabilidad del municipio, habrá que honrar los compromisos y contribuir decididamente a la pronta solución de esa problemática. Pero creo que el enfoque de la ayuda externa, tanto pública como privada, debió estar más orientada a la dotación en esos sectores de redes de servicios públicos, de obras de mitigación y a la atención integral de esas familias, dado el escaso presupuesto del municipio. Por otra parte, hay que trabajar rápidamente en el dragado del río Soacha y en las demás obras de prevención. Esperamos que con la ayuda de Dios, la situación no se empeore a raíz de la nueva temporada invernal.

¿Y Transmilenio, cuándo?

Como lo dije antes aspiro a retomar la gestión que veníamos desarrollando hasta noviembre del año pasado, cuando ya las obras, tanto de redes de servicios públicos, como la construcción del sistema, con los puentes peatonales y vehiculares, estaban financiadas. Este año debe ponerse en funcionamiento este sistema de transporte masivo, razón por la que nos va a tocar trabajar muy duro, para recuperar el terreno perdido. Es un asunto en donde la Nación juega un papel muy importante.

¿Y de las otras mega obras, qué?

Perdimos un tiempo valioso. Sin embargo, voy a establecer una agenda intensa para tratar de recuperar parte de ese tiempo. Son alrededor de 24 grandes realizaciones que aspiramos a dejar concluidas o por los menos en marcha, y con las cuales, vamos a cambiarle la cara a Soacha. En tal sentido, trabajaremos por una Soacha con mayor inversión en programas de atención a las necesidades básicas de la población, con aumento de la productividad y mejor distribución de la riqueza, con el Sistema Cazu-cable, con seis o siete mega colegios con educación gratuita, bilingüe y de calidad, con un Comando Metropolitano de Policía, con cámaras de seguridad y alarmas comunitarias, con construcción de redes de acueducto y alcantarillado en los sectores más necesitados, con Estaciones de Policía en las Comunas, con semaforización, paraderos y mobiliario urbano, con red de ciclo rutas y uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo, con grandes complejos deportivos, con un Palacio de Justicia, con Casa de Justicia en la Comuna 1, con el nuevo Parque del Bicentenario, con una Gran Terminal de Pasajeros, con estaciones de Transmilenio mezcladas con nuevos desarrollos comerciales, con Centros de Atención Integral para los adultos mayores, con bellos Jardines Infantiles, con mejores vías y servicios para el sector rural; entre otras, y solo así Soacha será una verdadera ciudad. Los que aspiren a sucedernos en el gobierno, tienen en esta agenda una buena oportunidad para llegar a una unidad de propósitos.

¿Habrán las condiciones suficientes para llevar a cabo todo ese propósito de gobierno que nos anuncia?

Lo sucedido nos deja una lección a todos. Lo indiscutible es que la gran perdedora fue la comunidad. Presionar a la justicia y a los órganos de control, dejó más vencidos que vencedores. La falta de apertura a algunos sectores políticos por mi excesivo celo de dar cumplimiento a los principios de mi programa de gobierno, sirvió como detonante. Si todos aportamos un propósito de enmienda y concertamos en torno al mejor presente y futuro para Soacha, la ganadora será la comunidad y de alguna manera todos nos reivindicaremos con ella. Tengo fe que con la ayuda de Dios y de todos los estamentos de la ciudad, sacaremos adelante a Soacha. Asumiré el liderazgo y la responsabilidad que me corresponde con entusiasmo y grandeza.

Finalmente, ¿hay resentimiento en su corazón después de esa dura prueba que logró superar?

No voy a negar que viví situaciones muy duras que dañarían cualquier corazón. Estuve a punto de ser recluido en una cárcel como cualquier delincuente a pesar de ser inocente, percibí el sufrimiento de mi madre a quien no podía ver en medio de su delicado estado de salud y finalmente murió sin el consuelo de verme, pasé eternas noches de insomnio e incertidumbre, vi sufrir a mi familia, fui perseguido sin contemplación, hubo una conjura de todos contra mí, sentí el dolor del abandono y la ingratitud.

Sin embargo, nunca desmayé, puse mi fe en Dios continuamente, mi familia tuvo un comportamiento extraordinario, muchos ciudadanos y ciudadanas de Soacha estuvieron dándome aliento permanente, todos los días recobré fuerzas de donde no tenía, porque sabía que al final del túnel surgiría la luz que solo Dios da. Tuve manifestaciones de apoyo que jamás imaginé como aquellas de Natalia, una niña, que se peleó en el colegio con otro compañero porque no aceptó que me llamaran ladrón, y todos los días le preguntaba a Dios por qué no podía yo volver a la alcaldía.

Todo ese sufrimiento lo asumí en el entendido que Dios nos pone a prueba, pero no más allá de lo que podamos resistir; que él me hablaba de que la respuesta se da en su tiempo y no en el nuestro. Que él nos invita a confiar en su justicia y a bendecir a nuestros enemigos. Por eso, creo que regreso sin odio, ni sed de venganza. Por el contrario, mi espíritu está más vigoroso para aceptar la crítica, para tolerar a los demás, para asumir una actitud pacífica y estimular la concordia y no la división. Quiero contribuir en un proceso de reconciliación alrededor de los mejores ideales de progreso y bienestar para toda la población de Soacha.

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