La autopista de los atropellos en la alcaldía de Soacha

Desesperante, tedioso e irrespetuoso para los ciudadanos de Soacha resulta el lento tránsito de vehículos por la Autopista Sur, un hecho que se complica cada día y que se hace más evidente los fines de semana con la operación retorno. Guardando las proporciones, los trámites y procesos que deben realizarse en la alcaldía, igualmente desesperan a cualquiera y terminan por sacar de casillas a quienes los adelantan.


No es raro escuchar a diario a contratistas y habitantes del común quejarse de la lentitud de cualquier trámite en la alcaldía municipal, del irrespeto de sus funcionarios, del atropello y humillación que son sometidos quienes deben adelantar trámites y de las repetidas veces que tienen que llenar un formulario para que ciertas dependencias les den el visto bueno.

Si bien es cierto el paralelo no resulta ser el más apropiado, sí se puede asegurar que la tramitología en la alcaldía de Soacha es igual o quizá más desesperante que transitar por la autopista Sur. Por el corredor vial hay que aguantar ruido, maltrato, un pésimo servicio, contaminación, trancones, desvíos y apretones, en la alcaldía se evidencia algo similar, sólo que todo se hace a pie y los resultados dependen del genio del funcionario de turno. Por colocar un ejemplo, para cobrar una cuenta alguien se puede demorar hasta cinco días llenando formularios, pasando documentos, sacando fotocopias, corrigiendo una y otra vez letras, palabras o frases, esperando que el funcionario lo quiera hacer y tenga ‘tiempo’ para dar el visto bueno, rogando y suplicando que le den la firma, y como si fuera poco, subiendo y bajando escaleras en el edificio administrativo, etc, etc, etc.

Se supone que en Colombia la Ley antitrámites se expidió precisamente para evitar tanto complique y agilizar la función del Estado. Pero parece que en Soacha se aplican costumbres del siglo pasado y a ciertos funcionarios públicos les gusta ‘atormentarle’ la vida a todo aquel que requiere adelantar algún trámite con la administración pública.

La Ley antitrámites “es una iniciativa gubernamental que se expidió para reducir buena parte de los trámites y procedimientos que las personas jurídicas y naturales deben hacer ante diferentes entidades del Estado. Se fundamenta en los principios rectores de la política Antitrámites consignada en el Documento Conpes 3292 de 2004, el de la racionalización, la estandarización y automatización de trámites, con un fin el de evitar exigencias injustificadas a los colombianos, así como ahorros en costos, tiempo y propender por la utilización de las herramientas tecnológicas. Además prohíbe la exigencia de requisitos adicionales para el ejercicio de derechos o actividades que hayan sido reglamentadas de manera general por la Ley”.

Pero parece que la Ley dijera: Comuníquese y cúmplase en todo el territorio nacional, menos en el municipio de Soacha Cundinamarca.

Nadie se explica por qué tanto complique en la alcaldía de Soacha. Es cierto, y eso lo entendemos todos, que se deben cumplir los mínimos requisitos para cobrar una cuenta o realizar cualquier trámite, pero parece que a ciertos funcionarios, especialmente de la oficina jurídica, les encanta atropellar a las demás personas, hacerles perder tiempo y pasar cuantas veces puedan, por encima de aquellos seres humanos que lamentablemente necesitan hacer ciertas ‘vueltas’.

Hay que hacer de la alcaldía una entidad eficiente, amable, que respete a los ciudadanos, especialmente a sus funcionarios, no esa entidad que abusa, menosprecia y atropella.

Que tanta falta le hace a buena parte de los funcionarios unas clases de valores, urbanidad y servicio al cliente. Claro que debo decirlo, todo depende de la directriz que se dé en cabeza del mismo alcalde, y de la jerarquía que se tenga para que los funcionarios entiendan de una vez por todas que a ellos se les paga es para que presten un cálido y amable servicio, no para que atropellen y abusen del poco poder que tienen hoy, por que recuerden, mañana… no se sabe. A ese que hoy maltratan, mañana puede ser su jefe.

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