La moral baja y la delincuencia sube en Olivos II

A la creciente inseguridad que azota al sector de Olivos II en la comuna tres, se suma el desánimo y el miedo de su comunidad por denunciar a los delincuentes. Muchos aseguran que las represalias pueden ser fatales y por tal motivo prefieren callar antes que hablar del tema.


Hace algunos meses, todo hacía pensar que la seguridad de Olivos II estaba mejorando gracias a las acciones que se habían tomado para contrarrestar los problemas sociales que venían aquejando a sus habitantes. La instalación de una alarma comunitaria, el compromiso de la comunidad en la creación de frentes de seguridad y la unión con la policía, hacían pensar que de algún modo la satisfacción de la gente iba a aumentar al visibilizar estas acciones y de esta manera hacer que la colectivización fuera tomando fuerza.

Pero, hoy en día la situación es totalmente diferente: La alarma que alguna vez se instaló dejó de funcionar, los habitantes decidieron tomar un rumbo distinto en cuanto a las iniciativas conjuntas se refiere y como si fuera poco, la policía ha visto reducidas sus posibilidades de actuar en esta zona que se caracteriza por su alto grado de vulnerabilidad y la capacidad de los delincuentes para cometer sus actos ilícitos.

“Ya los ladrones no solo atracan a cualquiera que va caminando, sino que ahora nosotros los comerciantes somos las víctimas y nos sentimos desprotegidos porque a la gente ya le da miedo denunciar por lo que nos puedan hacer estos sinvergüenzas, lógicamente uno prefiere conservar la vida y la de su familia, antes de exponerse hablando por ahí sobre estos temas que son bien delicados”, aseguró un comerciante del sector, quien solicitó no revelar su nombre por motivos de seguridad.

“Al señor de una salsamentaria por acá cerca le pegaron un tiro por atracarlo, menos mal no opuso resistencia porque si no lo habían matado; pero imagínese el miedo con el que ya uno camina y vive por estos lados, a veces dan ganas es de irse para otro lado, aunque sabemos que la situación es difícil en todo Soacha, pero es que aquí se está volviendo terriblemente complicada”, señaló otro de los vecinos de Olivos II.

Así mismo, hay que decir que la desmoralización es uno de los efectos que producen todos estos hechos, tanto así que, según algunos miembros de las Junta de Acción Comunal que han sido consultados, manifiestan que a veces quisieran hasta dejar su cargo porque la colaboración de la administración municipal en los sectores más lejanos de la comuna tres es mínima, en comparación a las ayudas que se disponen para otras comunas.

“Hace falta solidaridad, me parece sorprendente que hasta los mismos ladrones son solidarios entre ellos y la comunidad no nos apoya como quisiéramos, a pesar de las iniciativas que hemos tenido para convocarlos y trabajar unidos, por lo que ya no sé qué podemos hacer si queremos erradicar esta problemática”, indicó uno de los integrantes de la dirigencia comunal, quien también solicitó la reserva de su nombre.

“Llega un momento en el que no nace ya trabajar por una comunidad que nos envía los problemas pero que no nos colabora para salir adelante. Hace unos días, al señor que reparte los recibos del acueducto lo atracaron y le quitaron todo lo que llevaba; por poco y le quitan los recibos también, entonces lo que tuve que hacer fue darle para el pasaje y que se devolviera. Ahora les toca venir en grupo a repartir los recibos a cada casa”, agregó Andrés Barcenas, habitante de este sector.

Hay que destacar que el fin de semana pasado se realizó una asamblea general encabezada por la JAC de Olivos I, en la que se trataron temas similares, y en donde la Policía, a través de su comandante, Coronel Carlos Rojas, enfatizó en la necesidad de volver a unir esfuerzos entre los residentes de la comuna tres y la institución, para así mitigar los efectos que genera la delincuencia en este deprimida zona.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp