La tecnología satelital al servicio de una especie acuática en Cundinamarca

Esta especie vulnerable ha venido disminuyendo y la apuesta de la CAR Cundinamarca es protegerla con chips satelitales y ciencia local.

En el marco del convenio firmado entre la CAR y la Universidad Nacional de Colombia, se instalarán chips en seis ejemplares adultos con el fin de monitorear sus patrones de desplazamiento, estudiar su comportamiento y evaluar las posibles interacciones con las comunidades humanas.

El convenio entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR y la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia, es proteger el caimán aguja o caimán del Magdalena (Crocodylus acutus) dentro de su jurisdicción.

La CAR lidera una intervención integral que combina monitoreo satelital, análisis genéticos, estudios toxicológicos y actividades de educación ambiental, para garantizar su conservación en la región.

El Caimán Aguja es un depredador clave para mantener el equilibrio en los ecosistemas acuáticos, ya que controla las poblaciones de otras especies. También ayuda a enriquecer los suelos con nutrientes como fósforo y nitrógeno, a través de sus desechos, y favorece la oxigenación de ríos, lagunas y otros cuerpos de agua cuando se desliza y se mueve en ellos.

El director de Recursos Naturales de la CAR, Sebastián Saldarriaga, recordó que la propia Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica al caimán aguja como especie Vulnerable, con cerca de 5.000 individuos maduros a nivel global. Sus poblaciones han disminuido principalmente por la pérdida de hábitat, la contaminación de los cuerpos de agua y los conflictos con las comunidades humanas.

Conservación basada en tecnología satelital, ciencia y participación comunitaria

Las acciones impulsadas por la CAR se concentran en los municipios ribereños de la cuenca del río Magdalena y sus afluentes, donde aún se registra presencia del acutus, particularmente en los municipios de Puerto Salgar, Beltrán, Girardot, Guataquí, Yacopí y Guaduas, en Cundinamarca, además de otros sectores estratégicos definidos para la protección de rondas hídricas y el fortalecimiento del monitoreo comunitario.

Con este proyecto se permitirá evaluar el estado de los ecosistemas acuáticos, identificando zonas prioritarias para restauración y conservación, así como áreas con mayor riesgo de conflicto humano–cocodrilo, mediante análisis espaciales.

Se realizará una evaluación preliminar de los patrones de movimiento de individuos adultos de caimán aguja en el territorio CAR Cundinamarca, para lo cual, seis ejemplares adultos serán equipados con transmisores de telemetría satelital que permitirán seguir sus desplazamientos, conocer sus patrones de uso del espacio y evaluar riesgos de interacción negativa con comunidades. Este componente también servirá para definir protocolos de manejo y reubicación en caso de ser necesario.

A partir de muestras recolectadas en campo, se analizará la diversidad genética y la estructura poblacional del caimán aguja en la jurisdicción CAR, comparándola con otras regiones del país. Los resultados ofrecerán insumos científicos para orientar decisiones de conservación.

La CAR Cundinamarca avanza en la implementación de estrategias integrales de protección de esta importante especie, con el acompañamiento científico y técnicos de la Universidad Nacional para asegurar su permanencia y sostenibilidad.

Foto: CAR Cundinamarca

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