Montaña inestable en Chipaque mantiene cerrada la vía al Llano y obliga a evacuaciones
La emergencia en la vía al Llano mantiene en alerta a las autoridades y a las comunidades de Chipaque, mientras continúan los esfuerzos por contener una situación que sigue evolucionando.
El pasado sábado un derrumbe de grandes proporciones obligó al cierre total de la vía Bogotá–Villavicencio en el sector de Chipaque. Miles de metros cúbicos de tierra y rocas cayeron sobre el corredor vial, dejando incomunicada esta arteria fundamental y obligando a interrumpir los trabajos de remoción por el riesgo que representa la montaña inestable.
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Ante la emergencia, las autoridades anunciaron la habilitación de un paso provisional de 600 metros en un solo sentido, por la antigua vía al Llano, como medida temporal para mitigar los efectos del cierre.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, confirmó que seis viviendas ya tuvieron que ser evacuadas, debido al riesgo que representa la fractura de la ladera. Según explicó, son más de cien mil metros cúbicos de material los que permanecen en condición inestable sobre la vía.
“En la parte alta es cada vez más progresivo el quiebre de la montaña. Esto representa un peligro para las viviendas que pueden verse comprometidas porque la huella de la rotura sigue avanzando”, señaló el mandatario.
Los trabajos de remoción de material han tenido que interrumpirse en varias ocasiones por seguridad. En un Puesto de Mando Unificado, convocado por la administración municipal de Chipaque, se plantearon nuevas medidas de prevención. La alcaldesa insistió en la necesidad de obras de conducción de aguas y un monitoreo geológico constante para evaluar la magnitud de la amenaza.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la concesión vial aseguraron que atenderán estas recomendaciones y que en las próximas horas se pondrán en marcha obras de canalización y control, con el fin de reducir la presión sobre el terreno y mitigar el riesgo de nuevos desprendimientos.
Respecto a la variante provisional habilitada en la antigua vía al Llano, el gobernador Rey explicó que se trata de un trazado angosto, de no más de cinco metros de ancho, con curvas cerradas y velocidades reducidas, lo que limita especialmente el tránsito de tractomulas. Aun así, será una opción para aliviar parcialmente el tráfico mientras se busca una solución definitiva.
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De acuerdo con el balance de las autoridades, las pérdidas económicas diarias en este corredor vial superan los 20.000 millones de pesos. Además, el impacto ya se refleja en el suministro de alimentos hacia Bogotá, situación que amenaza con encarecer los productos básicos en la capital del país.
Foto: Gobernación de Cundinamarca