Pensamiento de un Estudiante de Derecho
Veo con desdén como se derrumban mis estudios, creencias, carrera y todo lo que pensé que era tan claro y obvio que no había necesidad de repasar, lo dicen los textos, tratados internacionales, pronunciamientos de las altas cortes y por supuesto nuestra Constitución Política de 1991. Donde quedaron tantas cátedras y horas de explicación de expertos docentes que me hicieron creer en lo maravilloso de los derechos humanos, las premisas fundamentales del derecho, la vida, la dignidad humana y que todos somos iguales, por lo menos ante la ley, que los abogados defenderíamos los derechos de todos, buenos y malos y que la justicia era una condición sine qua non para que un Estado se mantuviera en pie.
A lo anterior se suman conceptos adicionales como: Estado Social de Derecho, territorio, Soberanía, Democracia, Dignatarios Elección Popular, Mandatarios, Patriotismo, Nacionalidad; todo aderezado desde mi infancia con un Himno Nacional que me hace sentir orgulloso de mi patria «(…) Oh gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal! ¡En surcos de dolores El bien germina ya (…) Cesó la horrible noche La libertad sublime Derrama las auroras De su invencible luz(…) «Independencia» grita El mundo americano (…) «, pero con dolor de patria y mis fundamentos de derecho se desmoronaron, cuando a mis compatriotas les violaron cada parte de la carta política de su país y me pregunto si la prepotencia de un mandatario es suficiente para que se olviden que todos somos seres humanos, “una raza superior” que es capaz de llevar hombres a la luna, hacer grandes construcciones y espectaculares inventos, pero que no han sido capaces de razonar, vernos todos con ojos de igualdad y valorar a nuestros hermanos.
Cuando veo los actos de crueldad, injusticia y violación de derechos de mis hermanos Colombianos, me pregunto, si los verdaderos agresores son los dirigentes del país que expulsaba a los Colombianos con hostilidad, los dirigentes de mi país que guardan silencio en un constante estupor o los demás Estados que se hacen llamar desarrollados, promotores y defensores de derechos humanos, cuando no hacen nada para que estas violaciones cesen; no hay Pronunciamientos serios y contundentes de las Naciones “amigas” y al solicitar audiencia para que se discutan el tema en mención ante la OEA, dan la espalda a Colombia, cuando en verdad no importaría la Nacionalidad de aquellos a los que les violan su humanidad, pero sí, que ahí actuaciones inapropiadas y que deben ser corregidas, el concepto de poder, solidaridad y derecho, perdió su naturaleza ante las Organizaciones Internacionales.
Es anti natura, que un humano trate a otro como si no lo fuera, sacarlo de su residencia y el territorio que ha asumido como suyo, alejándolo de su familia y de lo que ha construido; las señaladas actuaciones, no tiene nada de humano, ni sensato con la premisa fundamental de cualquier constitución del mundo “LA VIDA”, ya que sin esta no ahí a que, ni a quien aplicarle derecho alguno, más aún, cuando a un ser humano le quitan su dignidad y la calidad de persona, no tiene mucho por que vivir.
Qué hacer, cuando en mis clases de derecho siempre se me inculco que ante una violación de un derecho, existía una acción para que este derecho fueran restablecido y el violador de ese derecho penalizado, hoy no veo restablecimiento alguno, ni responsable por dicha violación, pero lo que sí veo con asombro, es la indolencia, burla e inhumanidad por nosotros mismos, que vemos el problema de la frontera como si fuera ajeno de otro mundo, me cuestiono que Nación les estamos dejando a nuestros hijos sino somos capaces de detener a un agresor que burlescamente baila una canción emblemática de nuestra patria (pollera colora) mientras nuestros nacionales sortean el transporte de sus enseres por el rio, indignante pensar que en pleno siglo XXI estos hechos son una realidad y arán parte de nuestra historia.
Sin duda, una respuesta bélica por parte del Estado Colombiano no es la solución más ortodoxa a nuestros principios de Nación pacifica, humanitaria y solidaria, más sin embargo el tomar una posición de rechazo, veto social y político hacia el tirano y reclamación respecto a las violaciones de derechos humanos, es más que necesario, en conjunto con una atención integral a las familias que si en algún momento tuvieron que salir del Estado Colombiano, muy seguramente obedece a que las condiciones ofrecidas en su momento no eran las necesarias para poder permanecer en Colombia, debiendo contar con salud, empleabilidad, vivienda y otros aspectos que hoy día muchas familias aún no pueden suplir.
Cómo entender que la humanidad es una sola, que todos somos parte de una misma especie, la cual debe buscar su evolución, desarrollo y permanencia en el territorio en condiciones dignas y apropiadas para subsistir.
Y la pregunta que deben responder los gobernantes es, si a la fecha han cumplido sus promesas de campaña y se han permitido satisfacer tantas necesidades insatisfechas de sus gobernados para no tener que brindar ayuda humanitaria en un momento de crisis con esfuerzos excesivos, pero si ofrecer y mantener las condiciones dignas necesarias para que nadie deba abandonar nuestro territorio en búsqueda de oportunidades en otras Naciones, porque nosotros les ofrecemos lo necesario para encontrar el fin último de la vida, “la felicidad”.
HAYDEN BARRAGAN MORA
ABOGADO – ESPECIALISTA
DERECHO PUBLICO – DERECHO PROCESAL.