Tiendas de video, el fin de la película

Uno de los negocios más prósperos en los años ochenta se encuentra en quiebra económica por las nuevas tecnologías que deja rezagado a los que no se montan en el bus de las nuevas tendencias.


Antes y después de la llegada al país de Betatonio en 1985 era muy común encontrar en los barrios de la capital del país, por lo regular el garaje de la casa, una tienda de video, uno de los sitios más concurridos los fines de semana por grandes y chicos.

Para 1995 con gran expectativa y muchos clientes inició operación la multinacional Blockbuster, empresa que tenía en este momento franquicias en 24 países, generando más de 128.000 empleos y la cadena de renta más grande del mundo.

Por esos años, cuando el auge de las tiendas de video era el centro de atracción para las familias colombianas con el betamax y el VHS hicieron que las salas de cine tuvieran una de las peores crisis en la historia hasta el punto que los teatros que eran exclusivos para proyectar películas se acabaron y dieron paso a los teatros en los centros comerciales.

Después de la llegada de la multinacional Blockbuster, tanto Betatonio como las pequeñas tiendas de video tuvieron que adaptarse a las nuevas tecnologías para poder sobrevivir pues pasaron de del VHS al DVD. Y que la llegada del DVD en 1996 fue uno de los avisos sobre la catástrofe en el negocio de alquiler de películas que estaba a punto de llegar pues el nuevo formato tenía las características de su fácil reproducción y bajo precio. Mientras en las tiendas el alquiler de una película original cuesta entre 5.000 a 7.000 pesos, en cualquier esquina se pueden comprar en 1.000 pesos cada copia.

Uno de los motivos para que en julio termine el negocio Blockbuster en Colombia es la adquisición de películas por Internet, la televisión por cable y la venta pirata de películas hasta el punto que su principal competidor, Betatonio en la actualidad tiene un local en la calle 116.
Pero la caída de Blockbuster fue muy parecida a Betanonio porque desde 2005 cierra locales alrededor del mundo y en Colombia ahora está diversificando el negocio con comida y mercancía. Por ejemplo, en la sucursal de la Carrera Séptima con calle 59, más de la mitad del local es hoy la pizza Papa John’s.

Para menguar las pérdidas, hoy por hoy, Blockbuster incursiona en el alquiler de películas por Internet mediante conexiones de banda ancha donde se pueden descargar películas que tienen sus limitantes como es que sólo se dispone de 24 horas para repetirla o terminarla.
La caída en las ventas es más que inocultable porque mientras en los años de auge del negocio movía 25.000 millones de dólares al año por venta de DVD, pero el año pasado el negocio de las películas en línea produjo 1.000 millones de dólares.

Las pocas tiendas que aún sobreviven se han especializado con películas que no se encuentran en el mercado o que no son las comerciales y tienen fijos a sus clientes.Las tiendas de video que tienen en la espalda el fin del negocio, las atropello las nuevas tecnologías porque no alcanzaron a cumplir los treinta años de vida.

Fuente: El nuevo siglo.com

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp