Cundinamarca potencia nacional en avistamiento de aves durante el Global Big Day 2025
Los espectadores avistaron más de 50 especies de aves, una prueba de que, incluso entre la contaminación y el concreto, la vida persiste y florece.
El pasado 11 de mayo, Cundinamarca vivió una jornada inolvidable para la biodiversidad. Durante el Global Big Day 2025, evento mundial de observación de aves promovido por la Universidad de Cornell (EE. UU.), el departamento reafirmó su posición como uno de los territorios más ricos en avifauna del país y del continente.
En un solo día, se registraron 590 especies de aves, ubicando a Cundinamarca en el quinto lugar a nivel nacional. No solo eso: el departamento fue segundo en número de listados subidos a la plataforma Bird, con más de 1.100 reportes oficiales, solo superado por el Meta.
Este impresionante resultado fue posible gracias a la participación activa de 66 municipios, es decir, el 57 % del total del departamento, y al compromiso de más de 920 observadores, entre expertos, aficionados, colectivos ambientales y ciudadanos comunes, que salieron al campo con cuadernos, binoculares y aplicaciones móviles para sumarse a la ciencia ciudadana.
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“Nuestro departamento logró ubicarse como un escenario privilegiado para el avistamiento de aves, gracias al compromiso de los avistadores, las autoridades ambientales y la comunidad. Estos resultados demuestran que Cundinamarca tiene un enorme potencial para el turismo de naturaleza”, declaró Diego Cárdenas Chala, secretario de Bienestar Verde.
La participación masiva en esta jornada no solo fortalece la imagen del departamento como potencia nacional en avistamiento, sino que posiciona al aviturismo como una alternativa real de desarrollo sostenible, educación ambiental y conservación de ecosistemas.
El Global Big Day, que nació en Estados Unidos como un proyecto de investigación liderado por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, se ha convertido en una de las iniciativas de ciencia ciudadana más importantes del mundo. Su objetivo es simple pero poderoso: registrar el mayor número de especies de aves posibles en un solo día, creando una base de datos global que permite monitorear el estado de las poblaciones y sus migraciones.
Cundinamarca, con sus variados ecosistemas que van desde páramos hasta zonas húmedas, ofrece condiciones privilegiadas para esta actividad. La gran participación registrada en 2025 es testimonio del creciente interés ciudadano por el entorno natural, y de la articulación institucional que hoy pone a la biodiversidad en el centro del desarrollo regional.
Soacha: vida alada entre concreto y humedales
Este año, Soacha también se sumó al Global Big Day con entusiasmo, demostrando que la vida persiste incluso en entornos altamente urbanizados. Durante la jornada, se registraron más de 50 especies de aves en ocho rutas estratégicas, que incluyeron humedales como Neuta, El Vínculo y Santa Ana, la Reserva Natural Moncerrate, y zonas como Boquemonte, Campo Tangara, Altos de Cazucá y Aguas Vivas.
Participaron colectivos ambientales, autoridades locales y ciudadanos interesados, que no solo aportaron datos valiosos al conteo global, sino que reforzaron el vínculo con su territorio y la conciencia sobre la riqueza que habita en medio del concreto.
Oasis inesperado para aves migratorias endémicas
En paralelo, Bogotá consolidó su rol como refugio vital para más de 200 especies de aves, muchas de ellas migratorias, otras endémicas y algunas en estado de amenaza, como la tingua bogotana y la monjita de los humedales.
La capital, con sus once humedales reconocidos como sitio Ramsar, y sus Cerros Orientales, ofrece servicios ecosistémicos esenciales como la regulación hídrica y la captura de carbono, al tiempo que se convierte en paso obligado para miles de aves que recorren el continente.
En 2025, Soacha se sumó con entusiasmo a este reto global, demostrando que miles de aves conviven en el municipo. Durante la jornada, equipos integrados por ciudadanos, colectivos ambientales, entidades oficiales y amantes de la naturaleza recorrieron ocho rutas estratégicas del municipio: los humedales Neuta, El Vínculo y Santa Ana; la Reserva Natural Moncerrate; Boquemonte, Campo Tangara, Altos de Cazucá y Aguas Vivas.
Una invitación a mirar el cielo
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El avistamiento de aves es mucho más que una actividad recreativa: es una herramienta para la conservación, una fuente de datos científicos y una oportunidad para reconectarse con la naturaleza.
Cundinamarca, Soacha y Bogotá han demostrado que es posible observar, proteger y convivir con las aves, incluso en entornos urbanos. La invitación queda abierta: toma unos binoculares, sal al campo o al parque más cercano y déjate sorprender por el canto de la biodiversidad.
Porque donde hay aves, todavía hay esperanza.
Foto: Gobernación de Cundinamarca