El Día que los vándalos atacaron a Soacha
Lo que inicialmente se preveía como una multitudinaria manifestación de estudiantes en apoyo al Paro Nacional Agrario y a la educación superior, se convirtió en un escenario de violencia, desorden, caos y enfrentamientos entre vándalos, desadaptados y personas que nada tenían que ver con la protesta que se programó.
Todo comenzó con el bloqueo que un grupo aislado de transportadores realizó en la Autopista sur a la altura de San Mateo, supuestamente porque los acuerdos hechos el pasado lunes entre los voceros del gremio y las autoridades se realizaron sin contar con ellos, por lo que decidieron salir a taponar este corredor. En medio de la tensión generada por este grupo de conductores, decenas de personas ajenas a ellos y por supuesto también a las manifestaciones que estaban previstas, se unieron a esa protesta y empezaron a generar actos vandálicos, que fueron el detonante de lo que está sucediendo en este momento.
Ante la complejidad de la situación, dos de los representantes de los conductores que estuvieron el pasado lunes en la Mesa de negociación, desmintieron la existencia de un nuevo paro de transportadores, pues aseguraron que quienes realizaron el bloqueo de la Autopista eran personas ajenas al gremio transportador:
“No hubo ningún paro de transportadores, si no trabajamos fue porque sencillamente no nos dejaron pasar. Las personas que empezaron con el bloqueo y el desorden, que además dicen ser transportadores, son sujetos ajenos a nosotros, los que estamos en la Mesa de negociación con las autoridades. El gremio transportador en ningún momento estuvo representado por esas personas, porque somos nosotros los que tenemos la vocería de todos los propietarios y conductores de Soacha. Por otra parte, hay cantidades de menores de edad y hasta disidentes de las universidades que como no encontraron nada mejor que hacer, se vinieron a bloquear la Autopista sur”, explicó Andrés Arroyave, vocero de los conductores.
“Nosotros no tenemos nada que ver con los disturbios que comenzaron esta mañana, lo que teníamos que hacer ya lo hicimos el pasado lunes. Nos sentamos a dialogar con el Alcalde y las demás autoridades, y tenemos un acuerdo para volver a reunirnos el próximo lunes para ver qué nos solucionan”, agregó Armando Salgado, vocero de los conductores.
Más infiltrados
Pero el problema de los infiltrados y los falsos manifestantes no termina ahí, pues las marchas estudiantiles que se movilizaron y concentraron en la Autopista sur, justo en el mismo sitio donde estaban los supuestos transportadores, también denunciaron la presencia de terceros ajenos a su propósito, que contribuyeron a desatar la violencia en la Autopista:
“La idea siempre fue mantener esta situación pacíficamente en términos estratégicos, para que pudiéramos hacer llegar nuestro mensaje con más contundencia, pero sin violencia. En la medida de lo posible siempre tratamos de neutralizar a las personas ajenas a la movilización, que vinieron con el único objetivo de saquear, robar e incendiar cosas. Esta es una convergencia de movimientos sociales, y así se tiene que mantener”, agregó Juan Manuel Pinto, uno de los coordinadores de las marchas que realizaron estudiantes, miembros de organizaciones sociales y comunidad en general.
No obstante, sin importar lo manifestado por las personas que dialogaron con Periodismo Público.com, lo cierto es que esos mismos vándalos se apoderaron de la situación, la cual terminó y sigue siendo incontrolable, en medio de enfrentamientos indiscriminados entre los agitadores y los miembros del ESMAD de la Policía Nacional, que con el único objetivo de retomar la Autopista sur, no se mide a la hora de dispersar a cuanta persona esté sobre la vía, sin importar que sea un protagonista de los disturbios, manifestantes pacíficos, niños o mujeres:
“Estábamos sentados haciendo un plantón pacífico, cuando de repente llegaron los miembros del ESMAD y nos empezaron a arrojar gases lacrimógenos sin ningún motivo. Ellos no respetan a nadie, así haya niños y mujeres embarazadas, a todos les arrojan gases por igual”, indicó una persona afectada por la retoma de la Autopista sur.
“Ellos nos empezaron a provocar, unos motorizados venían de frente y los que venían atrás nos arrojaron los gases. La situación fue tal que un señor se cayó en un hueco cuando intentaba escapar del alcance de los gases”, concluyó otro de los afectados.
Durante el día y a medida que los vándalos avanzaban más en su intención de cometer sus fechorías, el alcalde municipal decretó el toque de queda y la ley seca, a través del decreto 164 de agosto 29 de 2013.
Llegaron las 6:00 p.m., hora en que no debería haber ningún menor en las calles, pero en determinados sitios precisamente eran los menores de edad los que enfrentaban a la policía y comenzaban a saquear negocios y establecimientos comerciales.
Pasadas las 6:30 p.m., los protagonistas de los actos violentos iniciaron intentos de saqueos en varios negocios de la Autopista, entre calles 14 y 16. Más tarde, los habitantes de barrios como Ubaté, San Bernardino y San Humberto reportaron presencia de vándalos en sus sectores que amenazaban con saquear los negocios.
Si bien es cierto llegó refuerzo de la policía y del Ejército, en muchos lugares fueron los mismos habitantes quienes tuvieron que armarse con palos y machetes para defenderse de los delincuentes.