La televisión en los niños, el «enemigo» en casa
Algunos padres de familia cuando están ocupados o no cuentan con estrategias para utilizar adecuadamente el tiempo libre con sus hijos, permiten que desde los primeros meses de vida el infante esté «entretenido» con el televisor.
El problema de la televisión en los niños, no es el contenido de los programas sino en impacto neurológico que tienen las imágenes en el cerebro infantil (especialmente el de los bebés). Una gran cantidad de destellos, sonidos, luces, colores, vistos a través de la pantalla; dejan de ser un estimulante para convertirse en un impulsor que aumenta la pasividad neuronal.
En la revista de la organización: American Academy of Pediatrics, se reporta que por cada hora que los niños miran programas de televisión, las posibilidades de que desarrollen atención deficiente se eleva en un 10 % . Esto ha llevado a proponer que los niños de menos de 2 años no vean televisión. Hay otros factores que hacen que las horas que pasan frente a sus programas favoritos mermen la salud de los niños, uno de ellos es la obesidad.
El cerebro es un órgano que al momento del nacimiento esta inmaduro. El proceso de maduración crucial, ocurre entre el nacimiento y los tres años. Este consiste en el establecimiento de conexiones entre las neuronas, llamadas sinapsis. Las experiencias y estímulos en esa época crítica, van a modificar la forma como se conectan las neuronas es decir las sinapsis que se establezcan para toda la vida. En la actualidad muchas enfermedades neuropsiquiátricas, conocidas como alteraciones del neurodesarrollo, tienen este postulado como factor desencadenante o de vulnerabilidad para que en el futuro y debido al uso exagerado de la televisión, sea normal el desarrollo de alteraciones como el trastorno por atención deficiente, la depresión mayor, la esquizofrenia y el trastorno obsesivo compulsivo entre otras.
Para los pequeños tener un trastorno por atención deficiente, no es sólo tener malas calificaciones en la escuela, ser propenso a accidentes y no ser aceptado por el resto de los niños de su edad, desconocer normas de convivencia porque no ha tenido atención para escucharlas. Es también el tener un vacío existencial, que se llena con actividades intrépidas en la adolescencia, como buscar emociones fuertes en donde de manera exagerada se puede pensar en la drogodependencia.
Investigadores y expertos en psicología infantil, han podido determinar que el trabajo del cerebro disminuye cuando está expuesto a la pantalla y aumenta con actividades como la lectura, juego, deporte, entre otras. Por eso, preocupa ver a muchos niños que incluso a costa de su voluntad han de ver televisión todo el día, teniendo en cuenta que a futuro podrán tener dificultad para concentrarse, cansancio mental precoz, impulsividad y otros problemas que afectarán todas las esferas de la vida.
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