Libertad de comunicar, cuestión de derechos humanos

Muy preocupados estamos los que participamos y apoyamos los procesos de comunicación alternativa, popular y comunitaria, quienes soñamos con enseñar a los ciudadanos, líderes y personas del común y a esas voces tímidas para que aprendan a decir su palabra por medio de un escrito, una grabación radiofónica o un video en internet. Con esto se podrán construir las agendas informativas en los pocos medios que nos permiten comunicarnos.


Hace varios años conocí al periodista Carlos Rodríguez y al investigador Ariel González quienes con su vehemencia por la defensa de la libertad de prensa y de expresión nos enseñaron los principios y las tesis del periodismo público y la comunicación para el cambio social que desarrollan tanto en la radio comunitaria y en la prensa web más reconocidas en Suacha, así, ellos abren un espacio para la comunicación de la ciudadanía del municipio, tal como dice el eslogan para nuestra voz.

Tanto en la declaración de los derechos humanos Art.19, como en nuestra constitución política Art. 20 se proclama la defensa de la libertad de expresión para poder difundir nuestro pensamiento y opiniones e informar, recibir información veraz e imparcial y fundar medios masivos de comunicación.

Desde el año 2000 los periodistas y comunicadores sociales han contado con un programa especial de protección del Gobierno, actualmente son incluidos entre las 16 poblaciones en situación especial de riesgo, la CIDH reconoce la disminución en los últimos años en el número de casos de asesinatos de periodistas y comunicadores, pero también advierte que el efecto amedrentador y disuasivo generado por los actos de violencia y amenazas pueden resultar en el silenciamiento de estos actores de la sociedad, sin embargo los panfletos y discursos incendiarios están a la orden del día en la televisión y las redes sociales.

Los casos más recordados entre 2012 y 2013 son los del periodista frances Roméo Langlois capturado por las FARC, el atentado a Fernando Londoño periodista y político colombiano, la antena de radio comunitaria indígena Voces de Nuestra Tierra de Jambaló habría sido destruida el 3 de julio de 2012 y Nasa Estéreo de Toribío, otra emisora indígena, habría suspendido temporalmente sus emisiones el mismo día, el grupo guerrillero (ELN) habría difundido panfletos intimidantes que criticaban a las emisoras Caracol Radio y RCN en Arauca. Estos son tan solo unos casos de violación a la libertad de prensa y expresión que suceden en el país y sin contar con las amenazas a periodistas que se mencionan en el cuarto informe de derechos humanos en Colombia.

En diciembre de 2014 los amigos de la revista cultural El Salmón, la agencia de prensa Techotiba quienes conocí en actividades universitarias y que desarrollan procesos con sus comunidades, medios de comunicación liderados por personas profesionales, estudiantes, ciudadanos activos que creen en una Colombia justa y en paz, son amenazados entre otros medios comunitarios y alternativos por unas oscuras águilas que rondan la capital.

De manera hay que recordar que este mes se celebra el día internacional de los derechos humanos y comunicar es cuestión de ejercer lo que la ley permite, comunicar es tan solo escuchar al otro y compartir, comunicar es mi derecho.

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