Por fin: Altos de La Florida y otros barrios de Soacha tendrá servicio de agua por primera vez
Durante años, los residentes de Altos de La Florida y sectores vecinos han tenido que pagar por el agua suministrada en carrotanques, un gasto considerablemente más alto que el que asumen otras familias del municipio que cuentan con redes de acueducto y alcantarillado.
Luego de varios años de espera y lucha comunitaria, más de 40 mil habitantes de Altos de La Florida y otros siete barrios de la Comuna 6 de Soacha accederán por primera vez al servicio de acueducto por red. Así lo confirmó el alcalde Julián Sánchez ‘Perico’, tras anunciar el cierre financiero de un proyecto que por décadas fue exigido por las comunidades.
La obra será posible gracias a un acuerdo entre la Alcaldía de Soacha, la Región Metropolitana Bogotá–Cundinamarca y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), entidades que aseguraron los recursos técnicos, normativos y financieros por 4 mil millones de pesos para iniciar la construcción de redes de acueducto y alcantarillado en ocho barrios de la zona.
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“Una promesa más que le cumplimos a la ciudadanía. Hemos conseguido el cierre financiero para la construcción de las redes de acueducto que abastecerán a Altos de La Florida y los sectores aledaños. Un total de ocho barrios podrán disfrutar por fin de este servicio tan esencial. Así es como realizamos los sueños de la gente en el territorio”, expresó el mandatario local.
El sistema se conectará al tanque ubicado en el sector conocido como El Vínculo, el cual será el punto de distribución para garantizar el acceso continuo al agua potable en esta parte alta de la ciudad, una de las más afectadas por el déficit en infraestructura de servicios básicos.
Una deuda histórica con Altos de La Florida
La llegada del acueducto a esta zona representa un hito, no solo por el alcance técnico del proyecto, sino por su profundo significado social. Altos de La Florida ha sido uno de los sectores históricamente marginados de Soacha, donde miles de familias han sobrevivido sin el acceso regular al agua potable, dependiendo exclusivamente de carrotanques que, en ocasiones, tardan hasta varios días en llegar.
Como lo ha documentado Periodismo Público en múltiples ocasiones, el costo de una caneca de agua es de hasta $ 2.500, lo que implica un gasto mensual excesivo para familias de bajos ingresos. La escasez ha sido tan crítica que incluso se ha registrado el uso de aguas lluvias o de nacederos no aptos para el consumo humano.
Las afectaciones no han sido solo económicas. Enfermedades gastrointestinales, afectaciones en la higiene menstrual y condiciones precarias de salubridad en colegios y hogares han sido parte del panorama diario en este sector, como lo denunciaron líderes comunitarios en reportajes y reportes ciudadanos de medios locales.
Protestas, organización y presión comunitaria
A lo largo de los años, la comunidad ha recurrido a múltiples estrategias de movilización para exigir soluciones. Una de las más recordadas ocurrió en octubre de 2022, cuando residentes bloquearon la vía perimetral en señal de protesta por la falta del servicio. En aquella ocasión, señalaron que la situación era insostenible y que el abandono estatal era evidente.
«Nuestros niños crecen viendo cómo se raciona el agua gota a gota», declaró entonces una madre comunitaria, en entrevista con Soacha Ilustrada. La manifestación fue solo una muestra del nivel de organización barrial que ha caracterizado a Altos de La Florida y que ha sido clave para mantener vigente esta exigencia en la agenda pública.
Lo que sigue para la Comuna 6
La obra se encuentra ahora en fase de alistamiento técnico y contará con el acompañamiento de la Empresa de Acueducto de Bogotá y la Región Metropolitana, que garantizarán el cumplimiento de las normas ambientales, técnicas y urbanas. Aunque aún no se ha revelado el cronograma detallado, se espera que la ejecución inicie en los próximos meses, con un modelo de avance por etapas.
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Para muchas familias, esta noticia representa un cambio estructural en sus condiciones de vida. El acceso continuo al agua potable transformará no solo la salud y el bienestar, sino también la dignidad de miles de personas que por años vivieron bajo condiciones que vulneraban sus derechos fundamentales.
El reto ahora será garantizar que la ejecución cumpla los tiempos y se mantenga el acompañamiento institucional para que lo prometido no quede solo en el papel. Como han insistido líderes comunitarios: el agua es un derecho, no un privilegio.
Foto: Alcaldía de Soacha y Alcaldía de Bogotá