Porque en Soacha sí hay páramo
Según los que saben hay dos requisitos básicos para que exista el ecosistema de páramo: la altitud; generalmente están a alturas mayores de 3000 msnm y la latitud; solo se encuentran en la zona ecuatorial del planeta Tierra. Por eso son pocos los afortunados territorios donde se dan estas condiciones, uno de esos, Colombia y cuatro países más.
El 33% del territorio nacional es zona de montaña, representado en su gran mayoría por las tres cordilleras y las varias serranías que dejan los Andes a su paso por aquí, además nuestro país se ubica en la franja de América ecuatorial, donde los páramos son exclusivos e inigualables, tanto en términos estéticos, como en su nicho o funcionalidad ecológica.
Suacha es un municipio colombiano, ubicado al sur del departamento de Cundinamarca. Hace parte de una unidad geográfica y ecológica denominada Sabana de Bogotá; ubicada en la vertiente occidental de la cordillera oriental, un territorio que a partir de su basta historia biogeológica, se configura principalmente por dos tipos de relieve: el altiplano y la cadena montañosa. Los municipios que hacen parte de esta unidad territorial comparten similitudes en sus características ecosistémicas; es así como en la zona montañosa de la Sabana de Bogotá predominan los ecosistemas de Bosque Altoandino y de Páramo, mientras que en la altiplanicie; los bosques de zonas inundables, los humedales y los enclaves xerofíticos (en el sur, sur oeste y norte de la sabana).
La zona montañosa de Suacha, como en Colombia, ocupa gran parte del territorio, se podría decir que el relieve de montaña predomina en el municipio. Solo la zona urbana, que representa entre el 10 y el 15 por ciento del área municipal, la vereda Bosatama y parte de las veredas de Canoas y el Charquito, en el corregimiento dos, son territorios de planicie; en los que es posible percatarse que antes de la intervención antrópica predominaban ecosistemas como el enclave subxerofítico y los humedales. Hoy ecosistemas en su mayoría en estado de deterioro, fragmentación y desaparición, evidencia que desde la política pública municipal e incluso desde las mismas comunidades, son escenarios naturales ignorados, desconocidos e irrelevantes.
El resto de Suacha: las veredas Cascajal, San Francisco, Alto de la Cruz, parte de Canoas y el Charquito en el corregimiento dos y todas las del corregimiento uno, son territorios en los que predomina el relieve montañoso.
En el corregimiento uno, después de pasar los desiertos existentes no por las dinámicas naturales sino por las retroexcavadoras de la minería de materiales de construcción, que arrasaron con ecosistemas nativos y comunidades de las veredas Panamá, Chacua y Fusungá, actuales distritos mineros del municipio, se llega a la vereda San Jorge, donde comienzan los territorios suachunos que se encuentran por encima de los 3000 msnm.
En Colombia los páramos ocupan aproximadamente el 3% de su área continental, parecería mínimo este porcentaje, pero representa el 50% de los páramos del mundo. En la cordillera oriental existen 16 complejos de páramos, entre ellos el Complejo Cruz Verde – Sumapaz, del que hace parte Suacha.
Según la última cartografía a escala 1:100.000 realizada en el 2012 por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (IAvH), el área de páramo en Suacha equivale a 3728 hectáreas. De los 16 municipios de Cundinamarca que hacen parte de este complejo paramuno, excluyendo a Bogotá, Suacha es el séptimo municipio con mayor área de páramo, según este estudio, por encima de municipios como Sibaté, La Calera, Choachí, Ubaque, entre otros. Teniendo en cuenta que la extensión territorial total de Suacha es de 18445 hectáreas, las 3728 de páramo, equivalen a algo más de la quinta parte del territorio municipal, exactamente al 20,2 por ciento.
Sí, el 20,2 por ciento de Suacha es páramo; quien iba a creer que aquí, donde cunde la inseguridad, la negligencia y la deshonestidad de los funcionarios públicos, la falta de oportunidades educativas y laborales, la contaminación y destrucción sistemática del patrimonio natural y cultural, donde no se ve la inversión social, no existe el espacio público, las zonas verdes, donde no hay quien garantice el derecho constitucional a un ambiente sano, a la movilidad, a la educación de calidad, etc; exista un ecosistema tan único, mágico y vital.
Pero es paradójico y más que eso revelador de negligencia, ignorancia, desinterés o intereses mal fundados, que las autoridades ambientales municipales, la Corporación Autónoma Regional (CAR) y Alcaldía Municipal, teniendo toda la viabilidad legal para la adquisición de predios de importancia ambiental, de las 3728 hectáreas de páramo, en la actualidad solo hayan adquirido 235 para su preservación, ¿qué pasa o a va a pasar entonces con las otras 3493?, ¿Será que se las están apartando a la minería, como evidentemente pasa en la vereda San Jorge?
La importancia del ecosistema de páramo, radica en “considerar que no es exagerado decir que prácticamente todos los sistemas fluviales de los países andinos septentrionales nacen en el páramo y que los sistemas de riego, agua potable e hidroelectricidad dependen, en gran medida, de la capacidad del ecosistema de páramo para regular los flujos hídricos” (Hofstede 2002), y que son “ecosistemas reconocidos principalmente por su singularidad biológica y los servicios que prestan a la población, entre los que se destacan la continua provisión de agua en cantidad y calidad y el almacenamiento de carbono atmosférico, que ayuda a controlar el calentamiento global, entre otros” (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible e Instituto Alexander von Humboldt, Aportes a la Conservación Estratégica de los Páramos de Colombia).
Por lo tanto y sin lugar a la mínima duda el páramo de suacha es patrimonio natural y social del municipio, y las entidades competentes estan obligadas a usar los mecanismos pertinentes para garantizar su destinación única y exclusivamente a la conservación.
El páramo además de todo no es un ecosistema completamente uniforme, según características de altitud, relieve y humedad; configura dinámicas ecológicas y formaciones vegetales particulares, que son fáciles de distinguir. Es así como este ecosistema se puede subdividir en tres subsistemas ecológicos: el subpáramo, el páramo propiamente dicho y el super páramo.
Según El Gran Libro de los Páramos del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, en la cordillera oriental el subpáramo comienza entre los 3000-3200 y termina cerca de los 3600 msnm; el páramo propiamente dicho inicia entre los 3000-3300 y llega hasta los 3800 msnm; y el superpáramo, que es el espacio más recientemente abandonado por el hielo, su límite inferior varía desde los 4100 a los 4300 msnm y el superior puede alcanzar los 5200 msnm.
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