¿Busca fe y descanso fuera de Bogotá? Estas son las iglesias más lindas de Cundinamarca para Semana Santa
Descubra tres joyas arquitectónicas ideales para tomar un descanso fuera de Bogotá y vivir la espiritualidad de la Semana Santa en medio de historia, tradición y paisajes únicos.
La llegada de Semana Santa es, para muchos, un momento de introspección, conexión espiritual y pausa. En Colombia, esta celebración va más allá de los templos urbanos: se vive con fuerza en pueblos cercanos a Bogotá, donde la tradición religiosa se entrelaza con la belleza del paisaje y el valor patrimonial de sus iglesias.
Salir de la ciudad durante la Semana Mayor no solo representa un descanso del ritmo capitalino, sino una oportunidad para vivir la fe desde lugares con identidad propia. En Cundinamarca, tres templos religiosos se destacan como destinos imperdibles.
Catedral de la Santísima Trinidad, San Antonio de Padua – Zipaquirá
Muy cerca de la famosa Catedral de Sal, esta catedral impresiona por su imponente fachada y su interior artístico. Se encuentra en el costado norte de la Plaza de los Comuneros, en el corazón del centro histórico de Zipaquirá. Su historia, simbolismo y ubicación la convierten en un punto central para quienes desean reflexionar en un entorno lleno de misticismo.
Iglesia de Nuestra Señora de Fátima – Tocancipá
En Tocancipá se levanta un templo que combina fervor y arquitectura sólida. Reconocida también como la iglesia de los Caballeros de la Virgen, se sitúa en la vereda El Porvenir, a pocos minutos del centro del municipio. Esta iglesia se convierte en un punto de encuentro espiritual que atrae a fieles por su solemnidad y devoción.
Parroquia San Francisco de Sales – San Francisco
Ubicada en el Parque Principal del municipio de San Francisco, esta parroquia representa la unión entre tradición religiosa y comunidad. Su estilo arquitectónico, sumado al compromiso de los feligreses, ofrece un ambiente propicio para la reflexión y el reconocimiento.
Además, si se pregunta cuál es la iglesia más hermosa del país, dos opciones suelen figurar entre las favoritas: el Santuario de Las Lajas en Ipiales , por su construcción sobre un cañón, y la Catedral de Sal de Zipaquirá , una obra tallada a 180 metros bajo tierra, única en su tipo.
Desde Zipaquirá hasta San Francisco, Cundinamarca abre sus puertas a quienes buscan vivir la fe lejos del ruido y cerca del alma. Una invitación a redescubrir la espiritualidad en algunos de los templos más hermosos de la región.
Foto: Catedral Diocesana de Zipaquirá