De Engaños y Mentiras

El estreno de Bastardos Sin Gloria, la última cinta de Tarantino, nos trajo a la memoria las películas de propaganda de Goebbels. Y es que Propaganda es un concepto que nació con el ascenso al poder de Adolf Hitler en la Alemania de la década de 1930.


(Vea las notas de este artículo en el documento adjunto) El estreno de Bastardos Sin Gloria, la última cinta de Tarantino, nos trajo a la memoria las películas de propaganda de Goebbels. Y es que Propaganda es un concepto que nació con el ascenso al poder de Adolf Hitler en la Alemania de la década de 1930. Joseph Goebbels, padre de la propaganda, fue el artífice de que Hitler se hiciera con el poder en elecciones legales, y luego, como responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, se encargó de hacer lo que hoy día se llama marketing social. La forma como Estados Unidos vendió al mundo la idea de que el comunismo era el gran enemigo, es la misma forma como está vendiendo ahora la idea de que el Islam es, necesaria, fundamental e inequívocamente, una fuerza que por naturaleza choca y chocará con la sociedad occidental. Y esa forma de vendernos esas ideas, está cimentada en los principios de la propaganda definidos y puestos en práctica por Goebbels, a quien se le sigue rindiendo culto como el «gran genio» de la manipulación de masas. Por supuesto, esos mismos principios y métodos han sido utilizados para satanizar al nazismo y obviar el hecho de que la ciencia y la tecnología estadounidenses están fundadas en el trabajo de los alemanes nazis llevados a trabajar para los gringos durante y después de la guerra, y que los experimentos sobre armas biológicas y control mental llevados a cabo por la CIA (gracias a los cuales la sociedad conoció el LSD, entre otras cosas), utilizaron seres humanos como conejillos de indias (incluyendo civiles, agentes y soldados), al estilo de los experimentos nazis en los campos de concentración. «Individualizar al adversario en un único enemigo» es uno de los pilares de la propaganda, por eso se personalizan todos los horrores de la Segunda Guerra Mundial en Hitler, y se sataniza la figura de cada persona que Estados Unidos decide tomar como símbolo que le permita atacar a algún pueblo, país o grupo en particular:

Gaddafi (declarado terrorista por implantar el socialismo en Libia), Sadam Hussein (aliado de Estados Unidos en la guerra contra Irán, con un ejército financiado y entrenado por la CIA, declarado terrorista por interponerse en los intereses petroleros de los Bush), Jomeini (a quien Estados Unidos e Inglaterra vendieron armas para su guerra contra Iraq, declarado terrorista por implantar un sistema económico diferente al capitalismo pro-gringo), Noriega (amigo y aliado del gobierno gringo, investigado y perseguido por narcotráfico para justificar la invasión a Panamá 10 años antes de la entrega del Canal) y por supuesto, Osama Bin Laden (mercenario defensor de los intereses petroleros de la familia Bush, enemigo del Islam, entrenado y financiado por la CIA en los años 80 y enviado a Afganistán a organizar guerrillas contra la invasión soviética, aliado del gobierno gringo y falsamente perseguido para justificar la «guerra antiterrorista»). Todos estos personajes han estado al servicio de los gringos en algún momento (excepto Hitler y Gaddafi), pero en cuanto ya no sirven a los intereses de Estados Unidos, se convierten en foco de la propaganda y son usados para justificar invasiones y guerras (con excepción del caso de Bin Laden que funciona al revés: es foco de la propaganda porque es precisamente así que sirve a los intereses gringos). Por supuesto, ninguno de ellos ha sido inocente, pero se ha hecho aún más daño a la humanidad al utilizarlos para justificar guerras, invasiones, torturas, etc., que el daño que ellos han provocado por sí mismos.

Gracias a la propaganda, por ejemplo, conocemos de memoria las atrocidades cometidas por los nazis. Pero no se nos muestra que dichas atrocidades tuvieron el apoyo de la iglesia católica de Alemania, así como de iglesias protestantes alemanas. Tampoco se dice que británicos y soviéticos, entre otros, le vendieron a los nazis todo lo que necesitaron para construir su gran ejército y la infraestructura necesaria para conformarse como potencia, y hubieran seguido haciendo negocios con ellos a pesar de la persecución a los judíos, si no les hubieran declarado la guerra. Que los suizos guardaron y protegieron los tesoros robados por los nazis, aún después de conocerse los crímenes que cometieron en los campos de concentración. Y que las matanzas y persecuciones no fueron sólo contra los judíos, sino también contra testigos de Jehová, polacos étnicos, socialistas, opositores políticos, gitanos… Tampoco se muestran las atrocidades que cometieron los aliados durante la invasión a Alemania después del Día-D: la violación de más de 2 millones de mujeres alemanas por parte de soldados soviéticos, la tortura y desaparición de miles de alemanes socialistas que habían sido opositores de los nazis por parte de los británicos, la masacre de Katyn por parte de los soviéticos, la violación en masa después de la batalla de Monte Cassino por parte de los marroquíes y franceses, la masacre de Dachau por parte de los estadounidenses…

Por supuesto, algo tan grande, efectivo y duradero como la propaganda, no puede tener un origen único. Goebbels se basó en las teorías que Walter Lippman y Edward Bernays pusieron en práctica a comienzos del siglo XX en Estados Unidos para que los ciudadanos gringos apoyaran la entrada de su país a la Primera Guerra Mundial. Y ellos se basaron en los principios puestos en práctica por la Iglesia Católica en el Medioevo con el fin de extender la labor doctrinal de las misiones en el mundo, principios que a su vez datan de preceptos con los que era manejado el poder en Roma. Todos conocemos el viejo dicho «para el pueblo, pan y circo», que resume la política que Julio César y otros emperadores romanos utilizaron para mantener a los ciudadanos tranquilos o lanzar cortinas de humo sobre controversias o escándalos relacionados con el gobierno. Práctica que continúa hoy día con el uso del fútbol, los reinados de belleza y otros eventos masivos e inocuos, útiles para distraer.

En efecto, la manipulación de las masas es un viejo arte del que se valen las clases dirigentes para oprimir y mantener el poder. Esta manipulación siempre ha tenido un componente inalterado: la ignorancia. Mientras más ignorante sea un pueblo, más fácil es manipularlo a través de sus necesidades básicas, sus impulsos primitivos y sus creencias supersticiosas [1]. El otro elemento fue principalmente la oratoria, pero gracias a Goebbels, ahora está diversificado en todos los medios audiovisuales posibles: cine, televisión, prensa escrita, radio, y por supuesto, el mismo sistema educativo, que prepara a los niños para un tipo de pensamiento determinado, que incluye una serie de estereotipos, verdades a medias, falacias históricas, mitos, etc., que serán reforzados, alimentados y acrecentados por los medios masivos durante toda la vida [2].

El eminente científico Rodolfo Llinás, director del departamento de Fisiología y Neurociencia de la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York, aseguró en una entrevista: «Mire en la televisión. A uno le venden una máquina de escribir con una mujer bella, como si las dos cosas estuvieran relacionadas. Entre menos vestido tenga, venden más. En esta situación lo están engañando. Es muy eficaz, pero es grave. Es manipulación. Eso es engañar, absolutamente. Si se regulara lo que se puede decir en la televisión con respecto al producto. Es que cuántas porquerías no venden… Pero la televisión gana, el que vende las porquerías gana. Los únicos que pierden son las personas que compran» [3]. Pero aunque uno sea consciente de ello, es muy difícil no caer, al menos ocasionalmente, en el error de creer lo que se nos vende en los noticieros, revistas, diarios, carteles, afiches, pasacalles, etc., etc.

Añadamos a lo anterior que hoy día, con el auge de la red mundial (Internet), cualquier persona puede publicar cualquier cosa, y si alguien le cree, la puede reproducir, enviarla en correos masivos o mantenerla rondando durante años en cadenas de correos, y sustentar sobre ella opiniones, rencores, falacias, etc. En su gran mayoría, la gente es poco crítica con lo que recibe a través del correo o el Facebook, en especial si contiene imágenes. De manera que tenemos un público cada vez más crédulo, sometido a cada vez más cantidad de información falsa. Y muchas personas, con muy buenas intenciones pero sin una mínima dosis de curiosidad formativa, difunden informaciones falsas creyendo que son ciertas y que hacen una gran labor al comunicarlas a otros. Caen en lo que se denomina «hoax». Al respecto, informa el sitio web de VS Antivirus:

Hoax (mistificación, broma o engaño), son mensajes con falsas advertencias de virus, o de cualquier otro tipo de alerta o de cadena (incluso solidaria, o que involucra a nuestra propia salud), o de algún tipo de denuncia, distribuida por correo electrónico. Su común denominador, es pedir que los distribuya «a la mayor cantidad posible de conocidos».

Hay mensajes de este tipo que datan de los primeros años de la década de 1990 y todavía siguen siendo enviados y reenviados una y otra vez, ya sea en sus versiones originales o en derivaciones, modificaciones, traducciones y adaptaciones. Estas características permiten reconocer un hoax:

-No establece una fecha de ocurrencia de los hechos narrados, no es posible determinar desde qué momento está circulando el mensaje por la red, cuándo caduca ni cuándo ocurrió lo que cuenta.
-Los datos sobre ubicación y detalles de lugares son omitidos o dados de forma muy vaga. Son mensajes geográficamente genéricos, cada quien se imagina que la historia narrada ocurre en su propio país, pero casi nunca hay forma de establecerlo con certeza
-Por lo general tienen errores de ortografía y muchas veces se hace evidente que se trata de malas traducciones del inglés.
-Nunca se dan nombres completos ni más datos de los protagonistas de las historias.
-Cuando hablan de estudios e investigaciones, nunca dan la fuente donde se puedan consultar dichos estudios y conocerlos con detalle, y generalmente nombran instituciones inexistentes. Si muestran datos o estadísticas, nunca citan la fuente y no hay forma de comprobar que los números mostrados sean reales o en qué contexto y época fueron calculados.
-Jamás están acompañados de una bibliografía o de enlaces que permitan corroborar la información con otras fuentes.

Cualquier mensaje o nota de prensa que tenga estas características, debe ser puesta en duda hasta que pueda confirmarse que lo que dice es cierto. Los hoax son hoy día más abundantes y nocivos que los virus y troyanos. Cada vez que una persona reenvía un mensaje de estos, ayuda a la saturación de los servidores de correo y a difundir sensaciones de malestar, pánico e inseguridad entre sus contactos, así como a inflamar odios infundados y fortalecer estereotipos y mitos absurdos que son fuente de muchos actos de violencia en el mundo.

Lo más común es el mensaje que alerta sobre algún virus terrible [5]. Todos los sitios de antivirus están llenos de recomendaciones que piden a los usuarios no reenviar estos correos, sino cerciorarse primero de su veracidad. Los fabricantes de antivirus publican continuamente alertas de virus y actualizaciones para sus productos, de modo que cualquier virus nuevo primero es anunciado por ellos en sus websites antes que las cadenas se propaguen por todo el mundo, congestionando inútilmente los servidores de correo. Sin embargo, mensajes con falsas advertencias, como el del virus «antorcha» [6] siguen haciendo de las suyas entre los usuarios crédulos de la red mundial.

También hay mensajes que buscan estafar a los incautos prometiendo negocios con rentabilidad increíble, como en el caso de una pirámide virtual [7] que promete una ganancia de US$40,000 en 60 días y con la que mucha gente en el mundo ha perdido su dinero. Otros simplemente engañan a la gente diciéndole que sólo por reenviar ese correo recibirán computadores, teléfonos móviles, como en el caso del hoax en que se anuncia falsamente que Ericsson distribuye gratuitamente computadores portátiles sólo por reenviar el correo a 8 contactos [8]. También hay mensajes donde se afirma que el simple reenvío de ese correo representará una donación de determinada cantidad de dinero por parte de una empresa a alguna causa social, lo que es absurdo pues ninguna empresa puede hacer seguimiento de a quiénes reenviamos un correo determinado (si así fuera, se estaría violando el derecho a la privacidad). Ejemplo de este tipo de hoax es el que afirma que los padres de un bebé con leucemia recibirán 32 centavos de dólar por cada persona que reenvíe el correo a por lo menos 3 de sus contactos [9]. Por supuesto, no sólo es imposible que alguna empresa pueda saber qué tantos correos envía cada persona en el planeta con ese mensaje en particular, sino que además, la pareja y el bebé de los que se habla en el correo son ficticios.

Muchos son falsas advertencias sobre modalidades de robo o noticias falsas sobre violadores o asesinos que llevarían tiempo actuando en una zona sin que la policía logre capturarlos. Uno de los más conocidos es el de un supuesto minusválido que en los centros comerciales solicita ayuda para drogar a las víctimas con burundanga y así robar sus órganos [10].

Otros son falsos estudios sobre el peligro de consumir cierto tipo de alimentos, como el falso «descubrimiento» de que tomar agua en botella plástica provocaría cáncer [11]. Incluso hay falsas alertas sobre supuestos ataques terroristas inminentes [12] y mensajes que piden apoyo solidario con causas falsas o a organizaciones inexistentes, o para ayudar a niños enfermos que, en realidad, son personajes ficticios [13]. De hecho, muchas personas en el mundo creen hoy día que ya hubo un caso exitoso de un hombre embarazado que habría dado a luz a un bebé sano, gracias a un hoax muy elaborado que incluye el montaje de un hombre supuestamente embarazado apareciendo en la portada de la revista Time [14]. El artículo Los bulos más locos de Internet (hoax) [15] muestra algunos casos de hoax particularmente elaborados que han sido creídos y difundidos por miles de personas en el mundo.

Algunas veces, estos hoax son hechos con fines mercantilistas, y quienes los inventan pueden ganar mucho dinero con ellos, como en el caso del falso OVNI de Alvin, Texas [16], y por supuesto están los hoax sobre piegrande, el chupacabras y otros monstruos. También hay artistas que han utilizado los hoax para difundir lo que ellos consideran su forma de arte. El caso más sonado es el de los fetos humanos servidos como comida en Taiwán [17], una serie de fotomontajes en los que su autor aparece comiendo lo que parecen fetos humanos, pero en realidad son muñecos y patos asados, arreglados digitalmente para una exposición fotográfica.

Muchas veces, estos mensajes son enviados sólo como bromas. El sitio web NotiFreaks [18] está diseñado para que cualquier persona ingrese los datos de un amigo, vecino o bromista molesto. Con esos datos, el sitio construye una noticia falsa con un formato idéntico al de prestigiosos diarios digitales argentinos, donde la persona aparecerá como protagonista de alguna noticia falsa y dramática, como la de un violador de perros o la de una esposa que castró a su marido. La noticia es enviada en forma de postal a la víctima de la broma. Sin embargo, algunas de estas bromas son convertidas en noticias falsas que la gente comienza a reproducir como si fueran verdaderas, como ocurrió con la broma del avión que se estrelló contra las torres gemelas, un fotomontaje de un supuesto turista en el mirador de una de las torres que se fotografía mientras el avión se acerca rápidamente a su destino fatal [19].

También hay hoax escritos para promover la fe de alguna religión. Uno de los más difundidos es el que afirma que el salmo 118 es el centro de la Biblia y se encuentra entre el capítulo más largo y el más corto de la misma, lo que según el mensaje, es prueba de que sólo Dios pudo diseñar un libro de esta forma [20]. El primer cuestionamiento a esta hipótesis es: ¿de qué Biblia hablamos? ¿La hebrea, la protestante, la católica? Cada una tiene una extensión diferente, tanto en el número de libros como en el número de versículos dentro de cada libro [21]. El segundo cuestionamiento es: la división en capítulos y versículos de la Biblia no corresponde a los textos originales, se llevó a cabo muchos siglos después de que fueran escritos, por tanto no corresponde a un diseño originalmente perfecto de la Biblia como conjunto final, máxime si consideramos que el Nuevo Testamento como lo conocemos hoy no fue establecido hasta el Concilio de Trento en el siglo XVI. Antes de eso la extensión del mismo varió durante siglos. Otros hoax tratan de utilizar la religión como justificación de la barbarie, como aquel que dice falsamente que el Corán describe la fuerza del águila limpiando las tierras de Al-Lah, lo que supuestamente sería una profecía cumplida con la invasión brutal de Estados Unidos a Afganistán e Iraq [22]. Por supuesto, ese texto no se encuentra en ninguna parte del Corán. Pero por otro lado, es un poco absurdo que el autor de este mensaje quiera justificar el ataque inmisericorde de una superpotencia contra países débiles militar y económicamente, citando una supuesta profecía escrita en el Corán: si este texto fuera verdad, como mínimo estaría demostrando la veracidad del Corán en tanto texto revelador de profecías correctas. Es un contrasentido que se quiera atacar al Islam confirmando el valor sagrado de su Escritura, pero parece ser que precisamente mientras más absurdo sea un hoax, mientras más estupideces y mentiras contenga, más aceptación y credibilidad logrará entre el público.

Otros mensajes están enfocados a calumniar a una persona, institución, medio o comunidad [23] a fin de hacerle mala prensa. Desde las absurdas advertencias sobre el cierre de las cuentas de Hotmail cuyos propietarios no saturen los servidores de Microsoft enviando peticiones de no-cierre [24], hasta la no tan obviamente falsa pero muchas veces refutada teoría de que el viaje a la Luna del Apolo 11 fue un montaje de Hollywood [25]. Algunos de estos mensajes han tenido serias consecuencias en el mundo real: El artículo Ese bulo sólo quiere capturar su ‘e-mail’ [26] nos cuenta cómo el presidente de Venezuela prohibió la Coca-Cola Zero en ese país debido a un hoax que anuncia falsamente que el edulcorante utilizado en dicha bebida es nocivo para la salud, y cómo la Comisión Europea llamó a la empresa de tecnología Apple a responder por un hoax que hablaba de dos falsos casos en los que habrían explotado las baterías de un iPod y un iTouch, causando heridas a un joven francés y a otro en el Reino Unido (jóvenes que jamás aparecieron).

Este tipo de mensajes no son nuevos de la era de Internet. Mucho antes ya se utilizaba la publicación de falsas noticias para crear mitos y adoctrinar a la gente. Por ejemplo, el periódico New York Evening Mail publicó en 1917 un artículo en el que se afirmaba que la tina de baño fue rechazada por los médicos estadounidenses cuando fue introducida a ese país a mediados del siglo XIX. El propio autor del artículo reconoció públicamente en 1926 que el artículo era «un tejido de absurdos, todos ellos deliberados y muchos de ellos obvios» [27]. La diferencia es que hoy día cualquier persona, sólo con un computador y una conexión a Internet, puede inventar una falsa noticia y divulgarla rápidamente por todo el mundo.

La finalidad política ha sido siempre uno de los principales motivos para crear falsas noticias. Quizás el caso más sonado recientemente es el de un hoax que afirma que 450 niñas habrían sido forzadas a casarse con hombres mayores en Gaza, Palestina, con el apoyo y financiamiento del grupo Hamas. Periodista Digital retiró la noticia cuando se demostró que se trataba de una falacia [28]: las fotos publicadas en realidad corresponden a niñas hijas de viudas de palestinos que murieron durante la brutal y genocida operación plomo fundido, en la que Israel bombardeó de forma continua, metódica y premeditada, escuelas, hospitales, y hasta una instalación de la ONU en la franja de Gaza. Eran las viudas, y no las niñas, las que iban a casarse ese día. Las niñas estaban vestidas como novias pues esto hace parte de la tradición en Palestina, Siria y Líbano (tradición que no tiene nada que ver con el Islam). La noticia real, publicada por la agencia EFE (titulada Una Boda para Cien Viudas de Hamas) [29], fue deliberada y malintencionadamente alterada por el autor del sitio thelastcrusade.org, Paul L. Williams, cristiano fundamentalista, alarmista apocalíptico y furibundo defensor de las teorías de «grandes conspiraciones», sobre quien recae una demanda de la Universidad McMaster de Canadá por US$2 millones de dólares por difamación. Williams afirmó en uno de sus libros que dicha universidad había vendido combustible nuclear a una facción de Al-Qaeda para que hiciera un atentado con bomba atómica en los Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de la poca credibilidad del autor, y de que se ha demostrado que la noticia es falsa, muchos blogger la mantienen publicada en la red y siguen circulando correos con esta información, que sólo busca acrecentar la islamofobia, poniendo en peligro la vida de millones de musulmanes en Europa y toda América [30]. Con las falacias del gobierno estadounidense para justificar su «guerra antiterrorista», se ha dado carta blanca para todo tipo de ataques contra el Islam en forma de falsas noticias, como la que muestra la supuesta mutilación de un niño a quien se le hace pasar un auto sobre el brazo como castigo por haber robado una fruta, cuando en realidad se trata de un espectáculo callejero y al niño no le pasa absolutamente nada (es un truco de ilusionismo) [31]. Pero esto tampoco es algo nuevo. Ya a comienzos de los años 1990 se acusó a organizaciones islámicas de los atentados realizados en Buenos Aires (Argentina) contra la embajada de Israel y contra la sede de la mutual judía AMIA, pero hoy se sabe que ningún musulmán tuvo relación alguna con dichos ataques [32]. Igualmente, después del ataque con bomba de Oklahoma, la prensa se apresuró a declarar que había una «conspiración de Medio Oriente» detrás del ataque. El culpable fue luego identificado como un soldado de las fuerzas armadas estadounidenses [33].

Aunque también es un hoax el que dice que España produce el 70% de los hoaxes [34], lo grave es que importantes medios periodísticos suelen reproducir estos rumores falsos sin hacer mínimas verificaciones sobre lo que publican. Gracias a esto, la gente lee muchas de estas mentiras en medios de comunicación que suponen confiables, y comienzan a reproducir dichas mentiras asumiendo que el medio que las publicó en primera instancia hizo las verificaciones del caso. Precisamente, de eso trata el documental Starsuckers. Chris Atkins y su equipo de cineastas se ocuparon en inventar falsas noticias y enviarlas a los medios, mientras documentaban su experimento en formato de cine. Periódicos británicos como The Guardian, Daily Express, The Sun y Daily Star, publicaron las falsas noticias de estos documentalistas, sin tener idea que su mediocridad, negligencia e imprudencia, quedarían registradas para la posteridad. La película Starsuckers fue estrenada durante el Festival de Cine de Londres en octubre de 2009, mostrándole al mundo que no se puede confiar en los medios de comunicación [35].

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