El borojó no es tan bueno como la gente cree
Una investigación de la UN comprobó que este fruto tiene baja actividad antioxidante y que las propiedades benéficas y bioactivas que le atribuyen no son ciertas.
“Después de haber estudiado el borojó llegamos a la conclusión que el fruto tiene actividad antioxidante por debajo inclusive de la que tienen frutas con baja actividad antioxidante, y que el contenido de fenoles totales es menor que el de la mayoría de los frutos”, afirmó la profesora Astrid Garzón, investigadora del proyecto.
Sobre el borojó, y a través de los años, se han hecho muchas afirmaciones que tienen que ver con sus supuestas propiedades benéficas y bioactivas. Las comunidades afrodescendientes, especialmente, lo consumen como parte de su dieta permanente.
La creencia popular considera que el fruto es un energético natural, baja la hipertensión, el alto nivel de sangre en el azúcar, combate enfermedades del riñón, tiene alto contenido de fibra y proteína, regula las funciones genéticas, sirve para curar enfermedades bronquiales, previene la desnutrición, incluso que hasta es afrodisiaco.
“Con base en estas afirmaciones decidimos hacer un estudio del fruto desde el punto de vista de la fuente de fenoles y de actividad antioxidante, teniendo presente que los frutos en general tienen bastantes propiedades bioactivas”, agregó la investigadora.
Hasta el momento no existen estudios científicos que respalden estas afirmaciones, por lo que el conocimiento de las propiedades antioxidantes del fruto y de sus productos procesados puede validar los usos etno botánicos en la medicina tradicional.
De esta manera, el proyecto de investigación, realizado por el grupo de Alimentos y Nutracéuticos, del departamento de Química de la UN, buscó determinar la composición proximal del fruto, los fenoles totales, el contenido de taninos, el potencial que presenta el borojó como alimento funcional y materia prima para la obtención de alimentos procesados con valor agregado y la validación de los usos etno botánicos del fruto en la medicina tradicional.
-Los resultados
Después de un año de investigación, este grupo de químicos encontró que la composición del borojó es bastante sui generes porque tiene un contenido de agua muy bajo comparado con el del resto de las frutas y que a su vez tiene un alto porcentaje de carbohidratos, 50% de la fruta, lo que no es común en un fruto.
Según la profesora Garzón, “realmente es una buena fuente de energía por el contenido de carbohidratos. Pero en cuanto a las otras propiedades que se afirman, habría que hacer otra investigación porque desde el punto de vista de los antioxidantes, que por lo general esta correlacionado con esas características, los efectos que se le atribuyen no pueden tener una base científica”.
Aunque la investigación no ha terminado, otro factor que comprobaron los investigadores es que el contenido de taninos del fruto también es bajo y que la actividad antioxidante, medida como su capacidad de atrapar radicales libres, es menor que el de la mayoría de las frutas.
El contenido de compuestos fenólicos y la capacidad de atrapar radicales libres del fruto de borojó es mayor en la cáscara, por lo que se puede explicar que la baja concentración de estos componentes puede ser la razón de su baja actividad antioxidante.
Así mismo se pudo determinar que el alto contenido de carbohidratos del fruto puede ser la causa por la que es común su uso etno botánico como alimento energético.
“Desde el punto de vista de actividad antioxidante, el potencial que presenta el borojó, como alimento funcional y materia prima para la obtención de alimentos procesados con valor agregado, es bajo. Los resultados obtenidos en este estudio no validan los usos etno botánicos en la medicina tradicional”, concluyó la experta.
Fuente: Unimedios
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