En Cundinamarca transforman puntos viales críticos en 64 municipios
Los usuarios que transiten por las vías de Cundinamarca encontrarán nuevo mobiliario urbano y señalización, diseñados para mejorar el comportamiento de todos los actores viales.
Una intervención sin precedentes avanza en 64 municipios del país, donde 120 puntos viales, considerados altamente peligrosos, comenzaron a ser transformados con una inversión cercana a los 8.700 millones de pesos. El objetivo: reducir la accidentalidad y proteger la vida de peatones y conductores en zonas urbanas y rurales con altos índices de siniestralidad.
La iniciativa, liderada por la Secretaría de Movilidad de Cundinamarca, responde a un diagnóstico técnico y social: cruces escolares inseguros, entradas a hospitales sin señalización y pasos peatonales inexistentes que ponían en riesgo diario a miles de personas. A partir de los reportes de accidentes, las solicitudes de la comunidad y las particularidades de cada terreno, se definieron las zonas prioritarias para intervenir.
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Tabio y Vergara son los primeros municipios donde ya se ven los cambios. En Tabio, por ejemplo, las obras avanzan en el tramo que conecta con el sector El Mirador y en la vía hacia Subachoque, donde más de 28.000 personas en su mayoría estudiantes y familias rurales se beneficiarán de nuevas señalizaciones, reductores de velocidad y cruces seguros. La inversión en este municipio supera los 399 millones de pesos.
En Vergara, la intervención abarca cinco puntos estratégicos. Con una inversión de 187 millones, se está mejorando la infraestructura vial alrededor de centros educativos y el hospital local, beneficiando a más de 8.300 habitantes que diariamente enfrentaban condiciones viales riesgosas.
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Este esfuerzo institucional, que inicialmente contemplaba 80 puntos, fue ampliado a 120 tras evidenciarse la magnitud del problema y la urgencia de actuar. La transformación de estos espacios no solo responde a cifras, sino a historias cotidianas: madres que cruzan con sus hijos por vías sin demarcación, adultos mayores que deben sortear el tránsito sin rampas ni avisos, conductores que enfrentan intersecciones confusas y mal diseñadas.
Así, más allá de la inversión monetaria, esta intervención representa una apuesta por la vida, una manera de reconciliar la infraestructura con la seguridad, y de hacer de las vías un lugar menos hostil y más humano.
Foto: Gobernación de Cundinamarca